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Luis Alberto Gallegos

Fallo de La Haya no debería desunir a pueblos chileno-peruanos

Santiago, miércoles 22 de enero de 2014, por Luis Alberto Gallegos, editorial Boletín GAL.- Este próximo lunes 27 es un día muy sensible y complicado en Chile y en Perú. Ese día a las 11.30 hora chilena, se emite el veredicto de la Corte de La Haya sobre el diferendo limítrofe marítimo entre ambos países.

 

Quienes somos peruanos y radicamos en Chile resulta, por cierto, un tema difícil de digerir en cualquiera de las sentencias y escenarios, debido a que toca nuestras fibras más íntimas de pertenencia a las dos tierras que nos vincula: a la que nos vio nacer y a la que nos acogió con afecto y generosidad.

 

Si el fallo favorece a Chile, nos alegraría debido a que las comunidades del norte, en Arica -especialmente a los que dependen de la pesca-, mantendrían sus fuentes de trabajo marítimo; pero nos apenaría que el pueblo peruano pueda sentir nuevamente la frustración histórica que siempre ha sido su karma.

 

Si el fallo se inclina por Perú, sentiríamos satisfacción por la alegría de las comunidades del sur de ese país y las opciones de desarrollo que se les abre a los pescadores de Tacna e Ilo, pero lamentaríamos la incertidumbre y temores de las comunidades de Arica frente a sus opciones de pesca.

 

Los intereses económicos soterrados

 

No obstante, más allá de los sentimientos encontrados que este asunto puede generar en nuestro fuero interno a los inmigrantes peruanos en Chile, es preciso aterrizar nuestras percepciones a lo más concreto, pragmático y prosaico de cualquier desenlace que se presente este próximo lunes.

 

¿Cuáles podrían ser los beneficios productivos y financieros de un fallo favorable a Lima para las 10 más grandes exportadoras pesqueras de Perú? ¿éstas empresas, serán lo suficientes “nacionalistas y solidarias” como para compartir sus adicionales eventuales ganancias futuras con los pueblos, comunidades, pescadores y el desarrollo del sur de Perú?

 

De otro lado, ¿qué expectativas tienen respecto a este fallo los nueve dueños del mar chileno respecto a las posibilidades que se les abre con un eventual fallo a favor de Chile? ¿compartirán sus eventuales nuevas ganancias en proyectos de desarrollo de las Zonas Extremas del norte de Chile? ¿suscribirán las peticiones ciudadanas y de pescadores respecto a modificación de la Ley Longueira sobre la pesca? ¿admitirán la posibilidad de respaldar la defensa de los recursos marinos de Chile? ¿incluirán en sus proyectos la opción de generar la desalinización del agua del mar para enfrentar la sequía y el cambio climático del norte de Chile?

 

El capital no tiene fronteras ni ideologías, solo intereses

 

El grupo Angelini de Chile se ha mostrado tan generoso y dispuesto a colaborar con las autoridades chilenas en la disputa por los límites marítimos con Perú que llama la atención y conmueve con su patriotismo:

 

“Genera preocupación la demanda arbitral que Perú presentó en el Tribunal de La Haya, con el propósito de modificar unilateralmente los límites marítimos históricos con Chile. Ciertamente afectaría la actividad pesquera, al ser el área de mar involucrada una zona de gran riqueza marina”, escribió Angelini en la Memoria anual de Corpesca de 2009 (ver).

 

El director de la ONG Ecocéanos, Juan Carlos Cárdenas, ratifica la importancia que el fallo tiene para los negocios que el grupo Angelini mantiene en la industria pesquera: 

 

Este es un típico caso en que el amor a la patria está muy vinculado con los intereses del bolsillo. Hoy Corpesca opera en esa zona con cinco plantas procesadoras: dos en Arica, dos en Iquique, una en Mejillones, y acaba de traer un gran barco con capacidad de captura desde el sur a la zona norte. La zona norte para ellos es clave, ya que le permite tener cuota estable de anchoveta. Recientemente se entregó una cuota global de casi 800 mil toneladas para el 2014. Corpesca controla casi el 90% de las cuotas de captura de la zona norte”

 

Es muy probable que esta misma versión a imagen y semejanza, como frente a un espejo, podríamos encontrar en Perú en algunas de sus 10 más grandes exportadoras pesqueras.

 

Solidaridad entre los pueblos latinoamericanos

 

Más allá de los intereses de las grandes corporaciones sobre el salitre en siglos pasados, los recursos energéticos y mineros, del agua potable, de los recursos naturales y de los recursos marinos -en este caso que nos aborda-, los pueblos tienen sus propios intereses democráticos, sustentables y solidarios en nuestra América Latina.

 

No cometamos nuevos errores de no distinguir los intereses de unos y de otros. La historia nos enseña que no podemos seguir siendo el furgón de cola o la carne de cañón de los pretendidos dueños económicos y de la historia de nuestros países. Los pueblos de nuestra Latinoamérica hoy tienen la oportunidad de decir su propia palabra, reivindicar sus propias demandas y defenderlas a toda costa.

 

Los intereses de las grandes empresas no son los nuestros. Los intereses de nuestros pueblos, chileno, peruano y latinoamericano, es construir nuestros países, nuestra región y nuestro planeta, en paz, en concordia, en democracia y en Buen Vivir. (FIN)

 

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