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Luis Alberto Gallegos

El “Facho Pobre” y las Comunicaciones en la Hegemonía del Poder Neoliberal de Piñera

El “Facho Pobre” y las Comunicaciones en la Hegemonía del Poder Neoliberal de Piñera

 

Santiago, Chile, miércoles 2 de mayo de 2018, por Luis Alberto Gallegos, Boletín GAL.- El Día Mundial de la Libertad de Prensa es una buena oportunidad para comentar el Estado de la Libertad de Expresión hoy en Chile. Estudios internacionales nos informan del buen estado de salud del respeto y ejercicio de este derecho humano, salvo contadas excepciones que podamos constatar y que nos distancian claramente de las barbaridades que grupos de poder cometen contra algunos periodistas, comunicadores y medios de otros países de la Región y a nivel Global. (1)

 

En esta ocasión, más bien vamos a comentar el actual Carácter, Rol y Estrategia de las Comunicaciones, en el Contexto Neoliberal e incidencia sobre los diversos procesos sociales, económicos, políticos, culturales, religiosos y étnicos de Chile. Como suele decirse, todo tiene una forma y un fondo. Toda cosa o signo tiene una Dimensión Denotativa (lo que aparece visible, lo fenomenológico y se manifiesta en forma de discurso o imagen), y otra Dimensión Connotativa (lo que está oculto, lo sustancial, lo abstracto y lo tendencial). (2)

 

En las Ciencias de las Comunicaciones, este tránsito de pasar de lo denotativo a lo connotativo, se denomina Decodificación del Mensaje, es decir operar la recepción, análisis, interpretación, desestructuración y asimilación del mensaje. En tanto que el proceso inverso, y previo, se llama Codificación del Mensaje, o sea, la definición del propósito, estrategia, diseño, construcción y emisión del mensaje. (3)

 

La codificación es labor de los medios de comunicación en sus distintos géneros: radio, TV, prensa escrita, Redes Sociales, Web, publicidad en vías públicas, presentaciones orales en eventos, etc. En tanto que la decodificación es actividad propia de los radioyentes, televidentes, lectores, usuarios de Internet, peatones y asistentes a eventos temáticos. Veamos un caso.

 

El “Facho Pobre”

 

En 2017, algunas encuestas y medios de comunicación, publicaron a coro, en campaña y sin desparpajo que la principal promesa del programa económico de Sebastián Piñera –en aquél entonces con un 40% de respaldo-, es convertir a Chile en un país desarrollado y sin pobreza para 2025, mediante un paquete de siete medidas económicas con las que, supuestamente, pretende duplicar el crecimiento, las inversiones y mejorar la calidad del empleo de los chilenos. (4)

 

Ese fue un mensaje potente. Un Código que, obviamente, incidió en el pensamiento y en las preferencias políticas de diversos sectores de la opinión pública que constituyen los segmentos más pobres, vulnerables y sensibles a la manipulación ideológica.

 

Y apareció en el imaginario colectivo la figura del Facho Pobre. Es decir, del desamparado y condenado a la miseria con ideas de derecha. Algunos comentaristas “objetivos” señalan que, “para el Facho Pobre, buen gobierno es el que crea buenos trabajos, oportunidades de educación, el que se preocupa por la salud y que asegura el respeto a la ley y el orden por igual en todo Chile”. (5)

 

En otras palabras, el Facho Pobre desmenuzó, asimiló e internalizó rápidamente el mensaje de Piñera. Decodificó el Código que recibió de la prensa, TV y radio, y lo hizo suyo, se lo apropió y votó. Y votó por Piñera sencillamente porque el trabajo, la educación y la salud, son sus máximas y largamente esperadas aspiraciones en la vida.

 

¿Cómo es el Facho Pobre?

 

“Es aquella persona que no está consciente de que también ha sido afectada por las políticas generadas por la derecha. Aquellas personas que no son parte del 10% más rico de la población, gente que a duras penas llega a fin de mes, con la plata justa para comer y pagar la BIP. Para mucho Facho Pobre el identificarse de derecha lo sienten/viven como algo que le da más status, como si ser de derecha los acercará más a aquellas familias que llevan generaciones creando riqueza y poder”. (6)

 

El meollo del asunto no reposa en culpar al Facho Pobre de su forma de pensamiento y de su decisión política en estas elecciones. En otros comicios próximos, seguirán existiendo Fachos Pobres. Y quizá en mayor número.

 

El asunto se complejiza debido a que la clase dominante neoliberal y los medios de comunicación que le son afines y funcionales, requieren del Facho Pobre. Les resulta indispensable su voto, para sustentar su Hegemonía Cultural y para la optimización de rentabilidad y tasa de plusvalía del Sistema Económico Neoliberal; y, por ende, tratan por todos los medios de mantenerlo sujeto al mismo status social, cultural y en las mismas relaciones de producción; naturalmente dopándolo de modo regular, sistemático y calculadamente, con alguna que otra migaja en sus demandas. En definitiva, son la clase de productores de riquezas del empresariado. Son los “rotos” de este país…

 

La práctica hegemónica de la clase neoliberal tiene por objeto la “formación del conformismo cultural en las masas: una serie de actitudes, de comportamientos, de valores y de pensamientos que permiten a una clase ejercer su supremacía y articular, para los fines de su dominio, los intereses y las culturas de otros grupos sociales. En definitiva, este proceso (fundamentalmente cultural) le permite a los grupos dominantes hacerse también dirigentes de la sociedad. Para esta finalidad, los grupos dominantes trabajan el interjuego entre hegemonía y consenso a través de la educación, el derecho, los partidos políticos, la opinión pública, los medios de comunicación, etc. (…) la dominación, lejos de ser un proceso de imposición desde el ‘exterior’ de lo social y de la cultura, es un proceso en el que una clase se hace hegemónica en la medida en que logra representar intereses diferentes de las clases populares y, además, en la medida en que los sectores populares se reconocen ‘adentro’ del proceso hegemónico, lo asumen, lo hacen propio, son conformistas con él. En ese proceso, la cultura (como espacio de hegemonía) es algo que se transforma permanentemente: se transforman las culturas y las identidades dominantes y se transforman, también, las culturas e identidades populares, conformando entre ambas articulaciones muchas veces insospechadas (…) Las culturas populares sobreviven a través de estratagemas, de tácticas cotidianas frente a las estrategias hegemónicas, de manera de poder materializar (ante nuevas condiciones) sus modos de vivir y de pensar. A través de esas tácticas y estratagemas, las culturas populares logran filtrar, apropiarse y reorganizar lo que viene de la cultura hegemónica: productos de mercado, producciones artísticas, modos de pensar y de vivir, etc. En la cultura de masas, precisamente, es posible observar que las culturas populares logran articular lo que viene de su memoria con lo que viene del mercado burgués” (7).

 

En resumen, el Facho Pobre y la clase dominante neoliberal establecen una empatía, conexión y articulación de Hegemonía Cultural que se constituye en el soporte de la Formación Social o Bloque Histórico en proceso o en ciernes. Son, por cierto, motivaciones distintas y hasta contradictorias en cada uno de ellos, pero complementarias y funcionales para la reproducción del Sistema Neoliberal. Es un proceso de mutua dependencia semejante al denominado Síndrome de Estocolmo transferido al escenario de las relaciones económicas, sociales, comunicacionales, políticas y culturales (8).

 

La culpa no es del Facho Pobre

 

A la clase dominante le resulta imperativo mantener o reproducir el status cultural del Facho Pobre y de otros segmentos de la sociedad civil que le son afines. Y lo promueve mediante dos mecanismos que le brinda el Sistema Neoliberal: la Coerción Política y la Persuasión Ideológica.

 

Entre los mecanismos de Coerción Política podemos visibilizar, por ejemplo, su oposición o distorsión de la Reforma Educativa; el mantenimiento del Impuesto del IVA a los Libros; la deplorable Calidad de la Educación excluyendo la Filosofía de la malla curricular; la negativa a disminuir las horas laborales evitando la reproducción de la fuerza de trabajo en forma de adquisición de saberes; y una deficiente gestión de los Ministerios de Cultura y de Educación.

 

En tanto que la Persuación Ideológica, la clase dominante la promueve mediante la segmentación de los medios de comunicación; su rol de intermediadores del discurso hegemónico; la desinformación, criminalización y banalización de los temas de interés de los trabajadores y la ciudadanía; la programación irracional y estupidizante de algunos medios de comunicación, mediante espacios de farándula y entretenimiento mal entendido; y el analfabetismo funcional.

 

Respecto al Analfabetismo Funcional, la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico señala que el 84% de la población chilena lo padece, y “son personas que son capaces de leer, pero no de comprender lo que leen. Cuando falta esa habilidad para comprender lo que ocurre es que las habilidades cognitivas están poco desarrolladas, que no permiten entregar una estructura, un soporte a lo que se lee. Cuando una persona tiene problemas para leer comprensivamente el mundo en el cual está inserto, su probabilidad de insertarse adecuadamente a la sociedad y de ser un sujeto protagónico de su vida, se ve reducida”. (9)

 

Resistencia al Sistema Hegemónico Cultural

 

Las instituciones funcionales y articuladas a la Hegemonía Cultural del Neoliberalismo, y cuyo rol fundamental es sostener ideológica y valóricamente el Sistema, lo conforman las empresas, el Estado, los medios de comunicación –salvo excepciones-, las instituciones generadoras de ideología, las universidades, profesionales en ejercicio del Derecho y las Iglesias en sus versiones Evangélicas y Católica.

 

De otro lado, también existen instituciones, organizaciones o sectores ciudadanos que asumen una Activa Resistencia a este tipo de dominación.

 

Esta interacción entre Sumisión y Resistencia suele ser dialéctica, contradictoria, compleja y hasta conflictiva. Es el componente que lo hace dinámico y donde las diversas variables en juego no garantizan ninguna Resultante previsible o predeterminada en los ciclos de desarrollo de la historia, y menos aún los rasgos o pinceladas de una posterior formación de una nueva sociedad civil. Los instrumentos que cada contendor dispone en sus estrategias cubren un amplio abanico de opciones, desde la coerción política imperativa, hasta el diálogo consensuado que permita renovar las reglas de juego.

 

No obstante, en todo diseño político o ideológico de una nueva formación social en Chile, y a la luz del concepto de bloque histórico, las superestructuras no dejan de ser expresión de la estructura, aunque infinitamente más compleja y creativa. Complejidad, podríamos decir, pluridireccional: no solamente las superestructuras se componen de elementos mucho más heterogéneos, sino que se abren, además, a muy variados desarrollos posibles, cuantitativa y cualitativamente. En esta interacción interna del bloque histórico, la superestructura cultural es necesaria a determinada estructura económica. La superestructura sobredetermina a la estructura económica en ciclos de transformaciones; y la estructura económica determina en última instancia los derroteros de estos ciclos. (10)

 

Los que históricamente han desempeñado el papel de vanguardia y pioneros en este tipo de procesos de Resistencia Cultural, son los Estudiantes y los Profesores, tal como lo vienen demostrando desde hace décadas en Chile con sus demandas de equidad, calidad y fin al lucro en la Educación. Las Mujeres en su búsqueda de equidad de género, superar las brechas salariales, respeto a sus derechos reproductivos. Los Pueblos Indígenas con sus aportes de sabiduría ancestral, cosmovisiones y exigencias de tierra, justicia y soberanía. Los Trabajadores y sus luchas por justicia social, mejores salarios, jubilaciones dignas y el derecho a la salud. La Sociedad Civil organizada en entidades funcionales y territoriales en sus comunas, en defensa de su territorio, medio ambiente, seguridad ciudadana y calidad de vida. Los Partidos Políticos Progresistas que reconstruyen política y culturalmente creativas e inéditas estrategias y programas acordes a las nuevas características del país.

 

Estos son los segmentos de la sociedad chilena, capaces y corresponsables de conducir de modo creativo e inteligente, la transformación de la actual Hegemonía Política, Cultural y Valórica en Chile. Construir diálogos, alianzas, redes y asociatividades con otros potenciales actores, es la prioridad para el futuro mediato e inmediato. Hoy, diseñar la táctica de corto plazo y la estrategia de largo aliento, son las necesidades de todo proceso transformador de la Hegemonía Cultural y el Sistema Neoliberal que dé paso a nuevas realidades más humanas y armónicas en nuestro país. (FIN)

 

Notas

 

1.  Cfr. http://www.cooperativa.cl/noticias/sociedad/medios/libertad-de-prensa-aumento-en-chile-en-medio-de-una-tendencia-mundial-a/2016-04-27/105403.html

2. Cfr. http://web.udlap.mx/co21501/2013/04/22/nivel-denotativo-connotativo/

3. Cfr. https://estudioscultura.wordpress.com/2011/10/18/codificar-y-decodificar-de-stuart-hall/

4. Cfr. http://www.la-razon.com/mundo/Pinera-Chile-desarrollado_0_2803519681.html

5. Cfr. https://www.publimetro.cl/cl/opinion/2017/05/08/facho-pobre.html

6. Cfr. https://www.elquintopoder.cl/sociedad/personajes-del-chile-actual-el-facho-pobre/

7. Cfr. http://perio.unlp.edu.ar/sitios/opinionpublica2pd/wp-content/uploads/sites/14/2015/09/P2.1-Ficha-de-c%C3%A1tedra.-Huergo.pdf

8. Cfr. https://www.psicoactiva.com/blog/sindrome-estocolmo-cuando-la-victima-empatiza-abusador/

9. Cfr. http://www.biobiochile.cl/noticias/2016/01/05/realmente-comprendemos-lo-que-leemos-el-analfabetismo-funcional-en-chile.shtml

10. Cfr. https://kmarx.wordpress.com/2014/04/28/gramsci-teorico-de-la-superestructura/

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