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Luis Alberto Gallegos

Cumbre ONU sobre cambio climático y los desafíos de Chile

Santiago, Chile, lunes 22 de septiembre de 2014, por Luis Alberto Gallegos, editorial Boletín GAL.- No existen muchos motivos para tener grandes expectativas acerca de los resultados de la Cumbre sobre Cambio Climático que Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, ha convocado para mañana martes 23 de septiembre. Este organismo internacional se encuentra lo suficientemente atenazado por los poderes fácticos de las corporaciones y las potencias, como para romper el cerco y producir acuerdos viables y razonables.

 

Tampoco hay que hacerse muchas ilusiones respecto a las posibilidades de que la COP 20 de diciembre 2014 en Lima y la COP 21 de diciembre 2015 en París, hagan lo propio. Lo más probable es que el protocolo de París –que debe reemplazar al protocolo de Kioto  de 1997-, se convierta, como ha sucedido en las recientes COP, en una declaratoria de principios inocua, poco ambiciosa y no vinculante.

 

El poder fáctico de las potencias

 

El contexto internacional sitúa a China y a Rusia empecinados en una carrera expansionista en lo económico y geopolítico, en donde la preservación de sus plataformas energéticas requiere de los combustibles fósiles, principalmente gas y carbón.

 

China, con 6017,7 millones de toneladas de emisiones totales de CO₂, ahora pretende acelerar su mercado de emisiones de carbón, y supuestamente reducirlas en un 45% para el 2020, aunque en realidad este país se ha convertido en el mayor emisor de CO₂ del mundo desde 2008.

 

Rusia, primer exportador de energía fósil del mundo, y con 1704,4 millones de toneladas de emisiones totales de CO₂, busca presentarse globalmente como ajeno a todo uso geopolítico de la energía convencional, aunque la crisis de Ucrania ha revelado, en cambio, que bien pudiera estar tentada a usar la energía como herramienta geopolítica; del mismo modo que lo hace el Departamento de Estado norteamericano.

 

En tanto que EEUU, con 5902,8 millones de toneladas de emisiones totales de CO₂, se encuentra apuntalado por el recién descubierto shale gas  o esquisto –nueva forma de combustible fósil-, que podría situarlo como autosuficiente e incluso gran exportador de este carburante no convencional. Los EEUU prometieron en 2009 a reducir en 17% sus emisiones antes del 2020, y este 2014, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) propuso reglas de reducción del 30% de emisiones de CO₂ al 2030 de plantas térmicas de carbón y gas. Sin embargo, las promesas de Barack Obama se las lleva el viento o, mejor dicho, se las lleva el Partido Republicano que, como fiel servidor de la gran industria y las corporaciones transnacionales petroleras, frena todas las medidas de reducción de emisiones de CO₂.

 

Fuente: http://4.bp.blogspot.com/-WMDAwN3WiX8/T2o6cXX1B8I/AAAAAAAAANE/GrTVBZ-Xfj0/s1600/ranking.jpg

 

La clave en mitigación: Voluntad y fuerza política de los gobiernos de países vulnerables

 

Por ello, las exigencias de la comunidad global por obtener compromisos de estas potencias por reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, caerían en saco roto en las cumbres de los próximos años.

 

Solo resta lo que ya alguna vez la ONU ha señalado: los esfuerzos por la mitigación de GEI y por la adaptación al cambio climático, debe reposar sustancialmente en las voluntades y decisiones políticas de los gobiernos –principalmente los más vulnerables-, en su capacidad de asociatividad regional, en su rechazo a la irracional ceguera de las superpotencias y en la gestión ambiental local de las propias comunidades en riesgo.

 

Chile y sus desafíos

 

El gobierno de Chile ha tenido una política acertada en lo fundamental en materia de cambio climático. Pudo haberse hecho más y mejor las cosas, como siempre suele suceder.

 

No obstante, a efecto de optimizar nuestras políticas públicas en este tema y, en esa misma medida, en avanzar en generar asociatividades en conjunto con los demás países de América Latina y el Caribe, sugerimos incluir los siguientes puntos, sobre la base de los ejes estratégicos adoptados por la ONU y el Ministerio del Medio Ambiente:

 

1. MITIGACIÓN:

 

1.1. Transformar la actual Ley 20/25 de ERNC en la Estrategia 20/20/20 que la anterior administración de la Presidenta Bachelet presentó en la COP 15  el 18 de diciembre de 2009 en Copenhague.

1.2. Incentivar en la región latinoamericana a liderar y asumir esta misma Estrategia 20/20/20 de reducción de emisiones y aumento de las ERNC.

1.3. Acelerar, profundizar y extender las Acciones Nacionales de Mitigación Apropiadas (NAMAs) mediante la incorporación proactiva de municipalidades y la ciudadanía a los procesos de medición de huella de carbono y las estrategias de desarrollo local bajas en carbono (LEDS). 

 

2. ADAPTACIÓN:

 

2.1. Nacionalización del Agua, modificación del Código de Aguas, ampliar los planes de emergencia ante la sequía y legislar sobre la protección de los Glaciares como nuestras reservas estratégicas de Agua.

2.2. Desarrollar la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), incluyendo en este instrumento la variable del cambio climático y aplicándola obligatoriamente en los Planes Reguladores Comunales (PRC).

2.3. Fortalecer e inyectar recursos técnicos y financieros al Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) a fin de acelerar la generación de semillas resistentes, transferencia tecnológica y capacitación a productores, en torno al calentamiento global.

 

3. GENERACIÓN DE CAPACIDADES:

 

3.1. Fortalecer la participación ciudadana otorgándole carácter vinculante especialmente en las zonas más vulnerables y de mayor riesgo.

3.2. Desarrollar formas de subsidios, fondos concursables o créditos blandos a las organizaciones socio ambientales para su gestión ambiental climática local.

3.3. Generar planes, mallas y programas de educación ambiental climática en la educación formal, así como en la educación no formal.

 

4. INSTITUCIONALIDAD:

 

4.1. Convertir al Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático en una instancia nacional que incluya a las municipalidades, ciudadanía organizada, las empresas y la academia, con carácter resolutivo y vinculante.

4.2. Generar una Subsecretaría de Cambio Climático en el Ministerio del Medio Ambiente.

4.3. Producir una evaluación con participación ciudadana del primer Plan de Acción Nacional de Cambio Climático 2008-2012 (PANCC) , generando las condiciones para el desarrollo del Segundo del 2014-2018.

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