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Luis Alberto Gallegos

EDITORIAL: El impacto estratégico del Frente Amplio (I)

EDITORIAL: El impacto estratégico del Frente Amplio (I)

 

Santiago, Chile, lunes 4 de diciembre de 2017, por Luis Alberto Gallegos, editorial Boletín GAL.- Los procesos sociopolíticos siempre generan o reactivan fenómenos cualitativamente distintos o diferenciados a los habituales en la historia de un país. Por lo demás, nos encontramos en el epicentro de profundos cambios a nivel global en esta materia. Chile no podía eximirse de ello. Por el contrario, aquí se ha instalado un tránsito inédito que hemos denominado el nuevo Paradigma del Frente Amplio. ¿En qué consiste? ¿Cuál es su origen? ¿Sus puntos de convergencia o ensamblaje? ¿Sus componentes? ¿Su proyección o tendencia? ¿Su destino final? Pasemos a revisarlo.

 

Juventud frenteamplista

 

Del universo de aristas que integran la plataforma del Frente Amplio seleccionaremos el factor humano, es decir, de los participantes que lo integran, tanto en su conducción, estructura y mediante el voto.

 

Esta orgánica cuenta, de acuerdo a los resultados de la primera vuelta, con 1.336.622 preferencias, equivalente al 20,3% del electorado habilitado. Una cifra numerada, según expertos, principalmente por estudiantes, jóvenes vulnerables al tema de la educación, hijos de familias sensibles a las reformas del país, segmentos diversos de este sector etáreo disconformes con una institucionalidad y clase política cuestionables y núcleos juveniles portadores de nuevos valores e innovadores en articularse con las demandas ciudadanas y en generar redes de participación sociopolítica de sus pares.

 

La juventud frenteamplista es, desde esta perspectiva, el gran protagonista del surgimiento de este nuevo fenómeno en la política chilena.

 

Por cierto, esta irrupción de la juventud en los escenarios políticos ya estaba en agenda en países como España con Podemos, en Grecia con Syriza, entre otros registrados en las décadas precedentes: Mayo francés, el movimiento estudiantil en Estados Unidos, la revolución cubana, el movimiento pacifista, etc. Y sus aciertos los tenemos a la vista: bancarrota de los partidos tradicionales y generación de cambios y nuevas formas de gobernabilidad.

 

La juventud contemporánea empieza nuevamente a hacer historia. Con el Frente Amplio, resulta evidente que Chile se reincorpora a esta tendencia.

 

Estudios sobre la juventud a nivel global, apuntan a una percepción de las nuevas culturas juveniles como “la manera en que las experiencias sociales de los jóvenes, son expresadas colectivamente mediante la construcción de estilos de vida distintivos, localizados fundamentalmente en el tiempo libre o en espacios de intersección de la vida institucional. Se refieren además a la aparición de «micro-sociedades juveniles», con grados significativos de autonomía respecto de las «instituciones adultas», que se dotan de espacios y tiempos específicos y que se configuran históricamente, en los países occidentales, principalmente en Europa, Estados Unidos y Canadá, tras la Segunda Guerra Mundial. Esto coincide con grandes procesos de cambio social, en el terreno económico, educativo, laboral e ideológico” ().

 

Nuestra lectura, asumiendo parcialmente esta aseveración, va más allá.

 

Nuevos liderazgos estratégicos

 

Si bien el movimiento frenteamplista se ha nutrido de la necesidad de atender las demandas vigentes y urgentes del país como la reforma educativa, pensiones, Constitución, AFP, salud, entre otras, ello de por sí no explica de modo suficiente y/o consistente las constelaciones de cambios ideológicos, orgánicos y sociopolíticos desplegados en su praxis.

 

Estimamos, más bien, que el frenteamplismo expresaría la punta del iceberg de un movimiento telúrico mucho más profundo de lo que vemos a simple vista de modo denotado, inmediato y coyuntural. Un movimiento que tendría perfiles cada vez más definidos:

 

1.Tendencia creciente a darle formas nuevas a un recambio generacional en los liderazgos políticos y sociales en el país, reemplazando dialécticamente a la clase política tradicional, por la búsqueda de nuevas identidades, innovaciones en la gobernabilidad y proyecto-país. El frenteamplismo podría expresar embrionariamente lo que quizá, en una o dos décadas, en Chile se instalaría una clase política distinta y renovada. Y nuevas maneras de gobernar el país.

 

2.Se visualiza y confirma que, en efecto, la Academia y las universidades en Chile juegan un rol de primer orden en su calidad de generadores de intelectuales orgánicos -junto con otras institucionalidades como la Iglesia, sector económico, Estado y ciudadanía organizada-, capaces de brindarle soporte científico, perspicaz y estratégico a las necesidades de desarrollo sustentable, democrático y de Buen Vivir de Chile.

 

3.Percepción acerca de la necesidad ineludible del Frente Amplio de construir mayorías sociopolíticas que le otorguen poder y soporte al nuevo bloque histórico ad portas, mediante alianzas inteligentes, amplias redes ciudadanas, metodologías inclusivas y coincidencias programáticas de largo plazo. Sin acumulación de fuerzas propias, no hay manera de que el frenteamplismo cumpla sus cometidos.

 

4.El movimiento frenteamplista no pertenece a otras latitudes, es chileno. Por tanto, es responsabilidad de todos que esta iniciativa de recambio generacional en los liderazgos sociopolíticos, resulte un éxito en la medida que expresa los caminos que en un futuro cercano el país debe transitar. Son leyes de las sociedades en toda civilización humana. Por ello, la juventud involucrada amerita respaldo, protección y apoyo del Estado, de la institucionalidad vigente y ciudadana, mediante procesos específicos de educación, formación y adiestramiento en los menesteres de gestión, administración y gobernabilidad sociopolítica, desde los más básicos y primarios, hasta los más complejos y de largo aliento.

 

5.Asimismo, es preciso anotar que, al decir de las organizaciones femeninas y de sus propios líderes, “no da lo mismo quien gobierne” luego de la segunda vuelta. Ello debido a que la construcción democrática y el avance para aunar voluntades al cambio, a la conquista de programas, espacios y tiempos, es un proceso donde la resultante de la ecuación es producto de la sumatoria de variables recurrentes y no divergentes. Y, en esta perspectiva, las opciones electorales para este 19 de diciembre, están meridianamente claras. Esto, el Frente Amplio lo sabe. ( 2). (FIN PARTE I) VER:

 

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(1)http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-22362003000200008

(2) http://www.eldesconcierto.cl/2017/10/31/mujeres-no-da-lo-mismo-quien-gobierne/

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