EDITORIAL: Papa Francisco, Paz y Justicia Ambiental
EDITORIAL: Papa Francisco, Paz y Justicia Ambiental
Santiago, Chile, lunes 15 de enero de 2018, por Luis Alberto Gallegos, Boletín GAL.- La visita del Papa Francisco a Chile que empieza hoy lunes 15 de enero 2018 a las 20:00 horas, amerita algunos comentarios, en el marco de una perspectiva distinta a la que ha proliferado en los medios de comunicación del país.
Haciendo uso del derecho a emitir su palabra, el sistema del mass media, las redes sociales y algunas instituciones nacionales se han convertido en plataformas de opinión acerca de este hecho, desde diversas interpretaciones, que van desde lecturas ideológicas, políticas, sociales, encuestas, condenas a la corrupción de ciertos agentes y esferas eclesiales, hasta el cálculo de costos domésticos del viaje.
En esta nota, nuestro horizonte y coordenadas de reflexión se sitúan en el pensamiento sencillo de un cristiano católico común y corriente, aunque observador crítico ante el escenario y el acontecer que le toca vivir en este tiempo y espacio precisos con esta visita papal. En tal sentido, trataremos de dibujar o pincelar algunos temas de fondo involucrados, un poco más allá de la simple percepción denotativa, empírica, circunstancial, efímera o superficial.
Lema Papal
El Lema de este viaje del Papa Francisco es “Mi Paz les Doy”. Lema que tiene a la Paz como tema central y que constituye uno de los ejes transversales y constantes en la Biblia. Por ello, según estudiosos, esta palabra aparece en el Nuevo Testamento 91 veces en total: 31 en los Evangelios y Hechos, 43 en Pablo y 17 en otros escritos restantes.
Las acepciones con las que figura la Paz en la Biblia son diversas: como un Don de Dios; como la Buena Nueva de un futuro inminente; como componente básico de la existencia humana; como expresión del amor, alegría, justicia y honradez; como saludo o despedida; como inexistencia de conflicto, desorden o guerra.
Para el caso de la visita Papal, la Conferencia Episcopal fundamentó el Lema de la Paz considerando que “necesitamos contar con un clima que nos permita volver a construir puentes de cercanía y confianza, base fundamental de toda convivencia cívica. Y ello solo se logra a partir de la generosidad de cada uno de quienes formamos la nación, yendo más allá de los intereses particulares y poniendo el centro de nuestra preocupación en el bien común, especialmente de los excluidos y vulnerables”.
Paz que no existe aún
No es casual que la Paz sea el tema central del Lema del Papa Francisco en su visita a Chile. En este sentido, la Paz se convierte en la aspiración, ideal, motivación y el anhelo de nuestra comunidad nacional, lo que, obviamente nos está expresando un sentir y una realidad aún inexistente en el país.
¿Hay Paz en Chile? Si consideramos las acepciones indicadas anteriormente, definitivamente no. De haber Paz, esta palabra no se habría constituido en el eje y anuncio de una Buena Nueva para todo nuestro pueblo. Debemos entenderla, más bien, como una invocación, un llamado y una gesta. Por ello es que la visita del Papa Francisco se constituye en una potente señal, no necesariamente para esperar que imparta recetas políticas o sociales, sino básicamente como una invitación a la conversión espiritual.
¿Qué impide la Paz en Chile? La violencia originada por el neoliberalismo y expresada en la pobreza, la injusticia, la inequidad y la discriminación de diverso tipo.
De ahí que el Papa Francisco se pronunció, en noviembre de 2016 en Roma, contra el “orden mundial que ha hecho del dinero un ídolo que tiraniza a los pueblos y denunció la bancarrota de la humanidad”, e instó a los participantes del Tercer Encuentro Mundial de los Movimientos Populares, a “rebelarse contra este sistema económico y a asistir a quienes más sufren o menos tienen”. Tajante, dijo: “¿Quién gobierna entonces? El dinero ¿Cómo gobierna? Con el látigo del miedo, de la inequidad, de la violencia económica, social, cultural y militar que engendra más y más violencia”.
La corrupción: Otra forma de violentar la Paz
Pero también hay otra forma de violencia que le cierra las puertas a la Paz: la corrupción.
Frente a ello, el Papa Francisco advirtió: “Hay corrupción en la política, hay corrupción en las empresas, hay corrupción en los medios de comunicación, hay corrupción en las iglesias y también hay corrupción en las organizaciones sociales y los movimientos populares”.
Añadió: “A cualquier persona que tenga demasiado apego por las cosas materiales o por el espejo, a quien le gusta el dinero, los banquetes exuberantes, las mansiones suntuosas, los trajes refinados, los autos de lujo, le aconsejaría que se fije qué está pasando en su corazón y rece para que Dios lo libere de estas ataduras; (…) el que tenga afición por todas esas cosas, por favor, que no se meta en política”.
La Paz nace de la Justicia
La Paz no resulta de fariseos conciliábulos o negociaciones a espalda del pueblo. La Paz es hija de la Justicia. Sin Justicia para los pobres y dolientes de nuestro pueblo, no habrá Paz. Es un camino que se construye día a día, palmo a palmo. La Paz es nuestra vocación ontológica y, a su vez, es nuestra tarea y quehacer cotidiano.
Hoy en Chile cuatro son las situaciones de violencia más relevantes y urgentes que socavan la construcción de un país en Paz:
1. Las injusticias generadas por el sistema neoliberal y sus manifestaciones más dolientes para nuestra gente: pobreza, pensiones, vivienda, salud, educación, discriminación a migrantes.
2. Las Zonas de Sacrificio Ambiental expresadas en las comunidades que sufren los graves impactos contaminantes de las termoeléctricas, mineras, industrias emisoras de GEI.
3. Las comunidades de las zonas de alta vulnerabilidad ante desastres climáticos producto del calentamiento global: inundaciones, incendios, aludes, sequía, aumento del nivel del mar.
4. Las comunidades mapuche y sus demandas de territorio, autonomía, reconocimiento constitucional de los pueblos originarios, derechos humanos, derechos políticos, enfrentar la pobreza.
Inicio de nuestro Kairós
No existe la Paz como una utopía idílica. La Paz solo existirá luchando con espíritu, tenacidad, voluntad, decisiones y proyectos específicos. La construcción de la Paz y la Justicia requiere de estrategias, programas y planes políticos, socioeconómicos, indígenas, culturales, ambientales y climáticos. La Paz y la Justicia no es un favor u oferta generosa de la clase política y económica dominante, es un derecho inalienable del pueblo.
Es un Don de Dios que hay que recuperar.
La Esperanza de nuestra gente es que la visita del Papa Mario Bergoglio se constituya en renovada conversión personal y colectiva, en el inicio de nuestro nuevo Kairós y en una poderosa señal de empoderamiento espiritual, político y orgánico de nuestras comunidades creyentes y no creyentes, en torno a estos cuatro desafíos hoy en Chile.
“Jesús le dijo: Te aseguro que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios” (Jn.3.3).
¡Bienvenido a Chile, Hermano Francisco! (FIN)
0 comentarios