Sobre despidos masivos de trabajadores fiscales y el carácter del Estado de Chile
Sobre despidos masivos de trabajadores fiscales y el carácter del Estado de Chile
Santiago, Chile, miércoles 9 de mayo de 2018, por Luis Alberto Gallegos, Boletín GAL.- El Estado de Chile viene atravesando una crisis desde la instalación del nuevo gobierno. Una de sus expresiones es el despido masivo que el presidente de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales, ANEF, ha denunciado frente a los 700 despidos de funcionarios públicos. Señaló que ello se debe a que estas autoridades ven al Estado como botín ya que contratan a otras personas de su confianza política. En todo el país y sobre todo en regiones la ANEF reclama por el desmantelamiento de divisiones completas y de relativo estancamiento de las funciones institucionales (1).
Este es un buen punto de vista sobre este asunto y esta crisis. Pero hay más.
Para el gobierno neoliberal, el Estado, efectivamente, es su nuevo Instrumento de Dominio, a través del cual trata de ejercer su Hegemonía Política e Ideológica. Es decir, hoy el poder de la Infraestructura Económica ya en manos de las grandes corporaciones desde y con el beneplácito de la dictadura, se ha extendido hacia uno de los componentes fundamentales de la Superestructura Política: el Estado.
El presidente de la ANEF alude a un rol inexacto del Estado en este proceso de conflicto laboral. La clase neoliberal no considera al Estado de Chile como un botín, simplemente porque contabiliza que ya le pertenece desde su refundación en dictadura y que los gobiernos de la Concertación o Nueva Mayoría son simples allegados temporales. La clase neoliberal no requiere de botines porque desde hace décadas los obtiene desde la intensa tasa de plusvalía explotada de los trabajadores y la ciudadanía del país. Pero sí requiere del dominio del Estado para darle fluidez, certezas y estabilidad a sus proyectos productivos y a mitigar la tendencia al descenso de la tasa de ganancia.
La clase neoliberal chilena estima en la actualidad que la labor mesiánica y futurista de Piñera es recuperar para sí el Estado y refundarlo nuevamente. Por ello habla de una estrategia no de cuatro años, sino de ocho años de gobierno (2). Son sus sueños… Por eso mismo, necesita reciclar a los trabajadores fiscales reemplazándolos por otros de mayor confianza; aunque también use este mecanismo de recambio para pagar favores y cumplir el rol de agencia de empleos.
Este rol de Instrumento de Dominio del Estado por parte de la clase neoliberal tiene -como ocurre a nivel global y en todos los regímenes-, un Sello Binario. Es decir, sus códigos y expresiones, tanto en el ejercicio del papel político como en el ejercicio del papel ideológico, dispone de dos componentes clave: la Coerción Política Real y el Discurso Ideológico que la enmascara y le brinda consenso ante la sociedad civil (3).
Algunos ejemplos:
Acción Política Real: La política y el Estado están al servicio de la clase económica liberal dominante.
Discurso Ideológico: “La política y el Estado deben estar al servicio de las personas y la sociedad” (4).
Acción Política Real: El desarrollo es para las grandes empresas dueñas de la economía chilena.
Discurso Ideológico: “El desarrollo es para las personas y las familias” (5).
Acción Política Real: El Estado no es unitario, es diverso, pluriétnico, segmentado y hasta discriminador.
Discurso Ideológico: “Gobierno se desarrollará con políticas de construcción y unidad” (6).
Acción Política Real: El Estado y Gobierno no son solidarios, son funcionales a los intereses de quien detenta su poder”.
Discurso Ideológico: “Seremos un Gobierno de progreso y solidaridad” (7).
Finalmente, el Estado y Gobierno expresan la situación de la correlación de fuerzas económicas, sociales y políticas actualmente vigentes en Chile. Es lo que se denomina la Condensación de la Confrontación entre las diversas variables socio-políticas realmente existentes. En estas institucionalidades se cristaliza el verdadero poder neoliberal y progresista vigentes. Un poder neoliberal que pretende alcanzar la modernidad en sus diversas relaciones globales, pero que aún padece de secuelas de una cultura pre moderna o post agraria; para ello, basta con sonreír con los burdos asaltos de Nepotismo que le aquejan en distintos niveles y jerarquías de autoridad.
Ante estas circunstancias, del virtual desmantelamiento de los servicios en regiones y de la alteración de las funciones institucionales, resulta evidente que el cirujano Piñera se equivocó. No extrajo grasa, sino músculo y hueso del paciente…
No obstante, la situación y perspectivas de los trabajadores fiscales ante esta embestida neoliberal, es compleja debido a que se trata no de una empresa privada, sino de instituciones públicas que tienen sus propios procedimientos, protocolos y formas de resolver los conflictos laborales. Quizá en este caso, los 700 trabajadores fiscales -a los que se podrían sumar muchos más en las próximas semanas-, puedan generar una movilización y resistencia creativas, solidarias y amplias de la CUT y otros gremios, sindicatos y organizaciones sociales. Y, sobre todo -ante el manto de silencio del gobierno-, es indispensable la visibilización del conflicto ante la opinión pública de regiones y en la capital. Los perjudicados directamente con esta caza de brujas de Piñera son los trabajadores fiscales, y los perjudicados indirectos son las ciudadanas y ciudadanos del país. VER:
Notas
(1) Cfr. http://www.elsiglo.cl/2018/04/08/gobierno-sigue-con-despidos-masivos-de-funcionarios/
(2) Cfr. Programa de Gobierno 2018-2022 de Sebastián Piñera: “Nuestro programa ha sido concebido para un horizonte de ocho años, porque creemos que el momento actual requiere levantar la mirada yendo más allá de lo contingente”. http://www.sebastianpinera.cl/images/programa-SP.pdf
(4) Cfr. http://www.sebastianpinera.cl/images/programa-SP.pdf
(5) Ibid.
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