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Luis Alberto Gallegos

Oportunidades propicias de un nuevo Chile

Santiago, viernes 13 de diciembre de 2013, por Luis Alberto Gallegos, editorial de Boletín GAL.-  Las circunstancias electorales actuales en Chile estarían develando procesos inéditos en distintos niveles. Procesos que, vistos superficial o empíricamente, pudieran pasar desapercibidos. Pero, analizándolos en su dimensión profunda, pueden revelarnos tendencias con trascendencia de largo plazo. Los apoyos de Alfredo Sfeir, Antonio Horvath e Iván Fuentes al programa de Bachelet no es casual. Se trata de distinguidos  líderes políticos y, sobre todo, de reconocidos activistas e intelectuales socio ambientales y regionalistas del país. Son, por cierto, parte integrante del nuevo bloque histórico como intelectuales orgánicos. Del mismo modo, podemos identificar en este mismo rol a los líderes de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), a los dirigentes vecinales  comunitarios, trabajadores de la cultura y a representantes de la educación y los estudiantes que se han manifestado como integrantes de este inédito bloque histórico en Chile.

 

Las circunstancias electorales actuales en Chile estarían develando procesos inéditos en distintos niveles. Procesos que, vistos superficial o empíricamente, pudieran pasar desapercibidos. Pero, analizándolos en su dimensión profunda, pueden revelarnos tendencias con trascendencia de largo plazo.

 

En otro editorial anterior señalábamos que este proceso político pudiera significar un cambio de era o ciclo político. Y, al parecer, no estábamos tan equivocados. Lo que ahora vemos en el escenario político del país es que, efectivamente, se estarían produciendo recomposiciones y transformaciones profundas en lo que se denomina la superestructura política, tanto en el segmento de la derecha, el centro y la izquierda. Quizá, lo que resta es que, en los años siguientes, estas transformaciones pudieran incidir y modificar la infraestructura económica neoliberal en la que actualmente vivimos. Este, es el desafío de los actores políticos actuales, del próximo gobierno y de la ciudadanía.

 

Construcción de un nuevo bloque histórico

 

Dentro de la ciencia política y económica ortodoxa existe el concepto determinista que señala que la estructura y los procesos económicos de un país, determinan por sí mismos, una correspondiente e irrestricta superestructura o procesos político-ideológicos, que les fueran funcionales y operativos para su existencia, supervivencia y reproducción. No se percibía otra opción.

 

Antonio Gramsci, por el contrario, aportó a esta ciencia que, si bien el concepto determinista tenía fundamento en términos generales, también era posible que hubiera procesos y períodos específicos donde la superestructura política pudiera sobredeterminar e incidir en forma decisiva sobre los procesos económicos vigentes y transformarlos en otros nuevos. Con ello, Gramsci generó una ruptura con el mecanicismo determinista de las ciencias políticas.

 

Un requerimiento indispensable para esta sobredeterminación, consistía en la construcción de un nuevo bloque histórico alternativo al ya existente. Un bloque histórico no es sino el conjunto de actores, programa, alianzas, ideas, valores y convicciones que fundamentan una manera de construir un país.

 

Hasta el momento en Chile, el bloque histórico dominante ha estado definido estructuralmente por el modelo neoliberal y, superestructuralmente, por un peso determinante de grupos de poder fácticos, corporativos y conservadores que le han dado sustento y lo han reproducido en la esfera económica, política y cultural.

 

Hoy, con la eventual posibilidad de un nuevo gobierno de tinte de centro-izquierda, es posible considerar la posibilidad que el tipo de bloque histórico vigente –y obsoleto- desde hace 20 años sea modificado y/o reemplazado por otro distinto.

 

El programa político de la Nueva Mayoría abre la posibilidad de construir un nuevo tipo de actores políticos, un nuevo ordenamiento de tipo constitucional, un rol nuevo de la ciudadanía, una nueva cultura socio-político-ambiental; es decir, la opción de tener un nuevo ciclo histórico en este país. Al decir de Gramsci, un nuevo bloque histórico en Chile.

 

Con la Unidad Popular de 1970-1073, se abrió la posibilidad de este cambio histórico, pero fracasó. Hoy, para Chile, la actual podría ser la segunda oportunidad que la historia le brinda. Esperemos que no vuelva a fracasar.

 

Quién va a ganar y quién va a perder

 

Sun Tzu, fue uno de esos sabios militares chinos cuyas ideas se han convertido en paradigmas que transcienden la propia disciplina bélica que las generó y que, finalmente, se universalizaron y transversalizaron a otras disciplinas y ciencias humanas. Una de ellas, son sus enseñanzas en las ciencias políticas.

 

Para el caso nuestro, de un país en guerra contra la pobreza, contra la desigualdad, inequidad y contra la discriminación, Sun Tzu nos alecciona al decir: “cuando se crea una estrategia, los objetivos y las metas deben constituirse a partir de supuestos realistas y de riesgos calculados. Objetivos o metas demasiado optimistas pueden conducir a la frustración. El que tiene más factores estratégicos a su favor es el que gana; el que tiene menos factores estratégicos a su favor pierde, y mucho más quien no tiene ningún factor estratégico a su favor. Considerando el asunto de esta manera, puedo ver quién va a ganar y quién va a perder”.

 

Asimismo, Sun Tzu nos ayuda a imaginar o diseñar un proceso político liberador en Chile cuando nos enseña: “existen cinco maneras de conocer al futuro vencedor. Gana los que saben cuándo luchar y cuándo no. Los que saben discernir cuándo utilizar muchas o pocas tropas. Los que tienen tropas cuyos rangos superiores e inferiores tienen el mismo deseo. Los que se enfrentan con preparativos a enemigos desprevenidos. Los que tienen generales competentes y no limitados por sus gobiernos. Estas cinco son las maneras de conocer al futuro vencedor”.

 

Medio ambiente

 

En contraste con algunas corrientes ambientales del país que se reservan sus propias opciones socio-político-ambientales, algunas otras tendencias han admitido que el programa ambiental de Bachelet es una propuesta que podría generar nuevos y positivos escenarios en estos temas.

 

Los apoyos de Alfredo Sfeir, Antonio Horvath e Iván Fuentes a dicho programa no es casual. Se trata de distinguidos  líderes políticos y, sobre todo, de reconocidos activistas e intelectuales socio ambientales y regionalistas del país. Son, por cierto, parte integrante del bloque histórico del que hemos señalado, aunque no necesariamente se expresen en forma organizativa a partidos políticos, aunque sí como intelectuales orgánicos de este proceso.

 

Los bloques históricos se conforman con líderes o intelectuales orgánicos que representan las ideas, conocimiento, demandas y exigencias de las clase subordinadas, es decir, de las ciudadanías hoy postergadas por el modelo neoliberal no sustentable. Sfeir, Horvarth, Fuentes y otros intelectuales y líderes socio ambientales, conforman precisamente este componente de representantes ciudadanos que se integran al nuevo bloque histórico que Bachelet encabeza.

 

Del mismo modo, podemos identificar en este mismo rol a los líderes de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), a los dirigentes vecinales  comunitarios, trabajadores de la cultura y a representantes de la educación y los estudiantes que se han manifestado como integrantes de este inédito bloque histórico en Chile.

 

Ciudadanía

 

Demás está decir que hoy, en los inicios del Siglo XXI, Chile requiere de las enseñanzas de nuestros ancestros de pueblos originarios y de los sabios socio político ambientales de otras latitudes. El desafío no es solo para quienes lideran los procesos político-sociales, sino para los aliados, para los contrincantes y para el pueblo; esa ciudadanía que ha sido y es la protagonista central en las decisiones clave que los actuales líderes han adoptado.

 

Y, sobre todo, más allá de las lecciones de los sabios señalados, existen las propias enseñanzas de nuestra gente y de nuestra ciudadanía, que ha alimentado planes, proyectos, estrategias, voluntades y afectos que hoy nos animan a esforzarnos a intentar crear un nuevo Chile, una nueva oportunidad de hacer de nuestro país, un espacio de bienestar y de Buen Vivir para nosotros, nuestros hijos, nietos y las generaciones que nos seguirán. Aprendamos de todos ellos. (FIN)

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