Boletin GAL 2149
Nº 2.149. Miércoles 23 de mayo de 2018. Año XIII. Boletín de Medio Ambiente. Santiago, Chile. Editor: Luis Alberto Gallegos M. Lectores(as): 33.091. Contacto: luisalbertogmz@gmail.com 9-63761205
RESUMEN
ESPECIAL: Dossier sobre la Revolución Feminista 2018 en Chile
Ante el Neoliberalismo y el Patriarcado: Revolución Feminista, Desobediencia Civil y Nueva Hegemonía Cultural
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Luis Alberto Gallegos, Boletín GAL.- Antes que nada, les hacemos llegar a las mujeres de Chile nuestras felicitaciones, agradecimientos y solidaridad ante el gran triunfo que ha significado la movilización nacional del 16 de mayo y que ya se ha constituido ante la opinión pública nacional y global, en la Tercera Revolución Feminista de la historia de este país. Nos sentimos orgullosos de lo que hacen por el país, su gente y la humanidad.
No podemos atrevernos a proseguir sin pedirle disculpas a las integrantes de este movimiento y a sus intelectuales, liderezas e ideólogas, por el atrevimiento nuestro en emitir estas modestas opiniones que, por cierto, resultan simples balbuceos de un aprendiz del feminismo ante la contundencia y coraje de los argumentos, acciones y fundamentos que ellas han registrado y defienden en sus escritos y actividades.
La Primera Gran Revolución Feminista en Chile, logró la promulgación del Sufragio Universal Femenino en 1949 durante el gobierno de Gabriel González Videla (1). La Segunda Revolución se generó en la década de los 60, denominada la Revolución Sexual Femenina que, junto a otras demandas, llegó aparejada con la aparición de la píldora anticonceptiva (2). La Tercera Revolución Feminista es la que hoy, 2018, empieza y de la que somos privilegiados testigos.
Capitalismo y patriarcado
Una de las sentidas y urgentes demandas de la actual Revolución Feminista es la Equidad Salarial entre los géneros. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la brecha salarial entre hombres y mujeres en 2016 fue de 31,7% (3).
El sistema económico neoliberal actualmente vigente en Chile, lleva a una de sus máximas expresiones la intensificación de la explotación de la mano de obra femenina, a fin de incrementar su tasa de plusvalía y compensar la tendencia decreciente de la tasa de ganancia.
Por tanto, la Revolución Feminista podría tener en sus manos el desafío histórico de incidir en cambios sustanciales en la estructura económica del país, interpelando y cuestionando las bases de un sistema inviable que privilegia el crecimiento económico como la panacea de futuro de Chile, en desmedro de un desarrollo integral.
Además, el sistema capitalista neoliberal se ha ensamblado en Chile de manera tal que, a la estructura económica, se le ha dotado de una superestructura cultural, educativa e ideológica patriarcal, que le brinda soporte, sentido común y estrategia:
“¿de qué manera capitalismo y patriarcado logran integrarse perfectamente para profundizar la situación de opresión de las mujeres? El desarrollo del capitalismo dio paso a la separación del espacio para la producción en la fábrica o empresa, y el espacio para la reproducción humana en el hogar. La producción toma un carácter público y es ejercida por los hombres, y la reproducción toma un carácter privado y es ejercida por las mujeres. Por este carácter privado, la reproducción -que tiene que ver con el trabajo doméstico- es poco reconocida ante la sociedad y de esa manera el papel de las mujeres se ve reducido a la nada. Esto favorece a los intereses del capitalismo pues el trabajo que las mujeres hacen en el hogar además de no ser valorado, por razones patriarcales, tampoco es remunerado y esto significa más ganancias. En este sentido, ambos sistemas están basados en la explotación y dominación y por eso sus intereses cazan perfectamente, perpetuándose uno a otro: mientras el capitalismo oprime a la mujer basado en la explotación de su clase, el patriarcado lo hace basado en la dominación de su género” (4).
Machismo y Patriarcado: Un país intolerable
En efecto, nuestro país se ha vuelto intolerable ante la cruda realidad de ser uno de los países con más alto nivel de machismo, patriarcado y discriminación, rasgos que se han instalado en la médula de las institucionalidades económicas, sociales, políticas y culturales. La violencia machista y el acoso callejero se han instalado en la sociedad (5).
Según el Observatorio Contra el Acoso Callejero Chile, la sociedad no sólo ampara a los acosadores, sino que, además, le quita gravedad a sus acciones y fomenta, a través de miles de expresiones culturales, su violencia. (6)
La cineasta Marcela Said señala que:
“Los chilenos somos muy abusados, por el capitalismo, por trabajos precarios. Comemos a crédito, en un país carísimo. Estamos bajo presión y hay demasiadas cosas intolerables (…) el acoso donde más ocurre es en las personas que tienen menos recursos, en las mujeres que tienen que tomar la micro y un tipo las sobajea. En aquella que tiene que caminar sola en la noche y le da miedo que la violenten. El machismo ha sido particularmente violento en Chile, estructural” (7)
Las cifras de estudios lo confirman. Según reciente encuesta CADEM, la mayoría de las personas cree que Chile es un país machista, sin embargo, en hombres esta afirmación alcanzó un 64%, mientras que en mujeres un 90%. (8)
Este escenario de intolerancia ante el patriarcado, el machismo y discriminación –escenario, por lo demás, jamás percibido por las élites dominantes, a pesar de sus invocaciones a “escuchar a la ciudadanía”-, es lo que lleva a la explosión social a la que hoy asistimos. Las mujeres dijeron “¡BASTA!” y se echaron a andar.
Hannah Arendt reflexiona sobre este asunto:
“las revoluciones son los únicos acontecimientos políticos que nos ponen directa e inevitablemente en contacto con el problema del origen. Los procesos revolucionarios son sucesos que revisten la posibilidad de un nuevo y abrupto comienzo de la historia, en ellos se pueden apreciar las características de inicio, singularidad y acontecimiento. Son por esto, un tesoro sin edad que en las circunstancias más diversas aparece bruscamente de improviso y desaparece en condiciones misteriosas. Instantes de apertura en donde los actores disfrutan de la acción concertada, aparecen y se muestran a los demás. Es el momento en el cual emerge la libertad: este ‘tesoro sin edad’, donde ‘todo está dicho y nada está dicho’. Acontecimiento, ruptura e inicio serán notas que pasarán a formar parte de una definición del espíritu revolucionario. La descripción del ambiente de ese momento estará permeada de fragilidad y se caracterizará por la alegría de estar juntos y actuar” (9)
Desobediencia Civil y Revolución Femenina
La Revolución Feminista, a nivel local, nacional y global va sumando alianzas, redes y respaldo ciudadano. Está en su momento de expansión. Diversos estamentos sociales como los estudiantes, pensionados, trabajadores, funcionarios del Estado, entre otros, van confluyendo paulatinamente en este “instante de apertura” y prometen constituirse en una marea incontenible. Una marea multitudinaria, diversa, con demandas comunes y, también, exigencias particulares y propias de cada estamento. La Revolución Feminista podría irse constituyendo en la principal corriente que conduzca este proceso de unidad ciudadana contra la ignominia del sistema neoliberal y el avance en el recambio en la Hegemonía Política y Cultural del país.
Si bien es cierto que las razones de fondo de esta irrupción femenina, se debe a los propios procesos internos de Chile, en gran medida también ha contribuido la acción de las redes sociales globales. La globalización, en este caso específico, ha jugado un rol preponderante. El estallido de denuncias, movilizaciones, escándalos de la elite y delitos sexuales por doquier, ha activado el sistema colaborativo, solidario y cooperador de las mujeres chilenas y se han dicho: “No estamos solas, el Planeta está con nosotros”.
En este contexto, resulta inevitable preguntarnos acerca de las Estrategias y Herramientas disponibles actualmente para canalizar, hacer eficaz y lograr triunfos y avances sustanciales en este proceso transformador.
Y aquí es donde encontramos un instrumento fundamental para activar y sostener un movimiento social de esta envergadura: la Desobediencia Civil. Como dice Rosalía Romero Pérez, “la desobediencia civil es, históricamente, hija del pensamiento democrático” (10). Son innumerables las “expresiones colectivas que han apelado a la desobediencia civil como estrategia para reivindicar derechos, para cuestionar las leyes y las políticas gubernamentales o para confrontar a las corporaciones trasnacionales” (11).
Como diría Virginia Wolf:
“Hablando en términos generales, la principal distinción entre nosotros, entre las que por estar fuera de la sociedad somos extrañas, será que, mientras ustedes harán uso de los medios suministrados por su posición… la mejor manera en que podemos ayudarle a evitar la guerra no consiste en repetir sus palabras y en seguir sus métodos, sino en hallar nuevas palabras y crear nuevos métodos” (12).
Medio Ambiente y Revolución Femenina
Finalmente, un tema recurrente e inevitablemente conectado al de la Revolución Feminista, es el del Medio Ambiente, Cambio Climático y el cuidado de nuestro único hogar, la Madre Tierra, la Pachamama.
Según Greenpeace, la contaminación global, la quema de combustibles fósiles, la expansión de la industria agropecuaria y toda actividad humana que provoque cambio climático afecta directamente a las mujeres. Entre el 60 y el 80% de los alimentos es producido por mujeres y la producción agrícola está directamente afectada por el cambio climático. Como resultado del cambio climático global, las catástrofes naturales son cada vez más frecuentes y severas. Las consecuencias no son las mismas para todos y es la población con menos recursos, conformada en un 70% por mujeres, la más afectada. Las mujeres que habitan en zonas rurales o áreas remotas son quienes se ven más perjudicadas, ya que dependen directamente de los recursos naturales para subsistir (13)
Según Patricia Espinosa y Caty Arévalo, los científicos coinciden en que las mujeres se sitúan, junto a niños y ancianos, entre los grupos de población más vulnerables al cambio climático, pero, sin embargo, en la mayoría de países están infrarrepresentadas en la toma de decisiones para combatir este fenómeno (14).
Es decir, las mujeres, a nivel local, nacional y global, son las que más sufren los efectos del cambio climático, pero, paradójicamente, son las que menos atribuciones e incidencias poseen para adoptar decisiones en políticas públicas ambientales y climáticas. La Revolución Feminista tiene el desafío de incluir estas demandas estratégicas en sus programas y propuestas. (FIN) VER: http://luisalbertogmz.blogia.com/
Notas
(1) Cfr. http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-96054.html
(3) Cfr. http://lanacion.cl/2017/08/05/brecha-salarial-de-genero-la-deuda-pendiente-de-chile-con-las-mujeres/
(5) Cfr. https://elpais.com/internacional/2017/06/05/america/1496638530_267332.html
(6) Cfr. https://www.ocac.cl/10-razones-por-las-que-no-debes-sentirte-culpable-del-acoso-callejero/
(9) Citada por Claudia Galindo Lara en “El concepto de revolución en el pensamiento político de Hannah Arendt”, Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México vol. XLVII, núm. 195, septiembre-diciembre, 2005, pp. 31-62. Cfr. http://www.redalyc.org/pdf/421/42119503.pdf
(10) Cfr. https://revistas.ucm.es/index.php/INFE/article/viewFile/51385/47665
(11) Cfr. http://www.redalyc.org/pdf/628/62811391003.pdf
(12) Citada por Montserrat Cervera Rodon, “Desobediencia civil desde el feminismo”, “Tres guineas”, Virginia Wolf
(14) Cfr. https://www.efeverde.com/noticias/mujeres-cambio-climatico/
Momento del feminismo: que la ola se convierta en océano
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Daniela Carvacho, El Mostrador.- Desde universidades y planteles educativos, la crítica circula y se articula con nuestras experiencias más dolorosas. El hartazgo frente a la desprotección, el insulto sexista, la humillación permanente y la insolente impunidad de la violencia machista, han alimentado este momento violeta que te recorre el cuerpo y la conciencia. Somos parte de una catarsis colectiva que ha hecho visible lo invisible, instalando al feminismo en la televisión, las conversaciones cotidianas y la sobremesa familiar. En todas partes se habla de nuestras demandas por espacios seguros garantizados por organismos adecuados, protocolos efectivos y acompañamiento integral para las víctimas; formación en género y violencia para las comunidades educativas; reconocimiento de las diversas identidades y una educación no sexista. VER: http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2018/05/20/momento-del-feminismo-que-la-ola-se-convierta-en-oceano/
Feminismo chileno vive su revolución más importante en 40 años
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Paulina Sepúlveda Garrido, La Tercera.- Desde las peticiones sociales de los 80 que, según académicos, Chile no experimentaba un movimiento de género tan fuerte. Historiadoras y sociólogas afirman que se trata de una “tercera ola” feminista, que sería la más grande registrada en el país. “Si no les pides a los hombres que lleven tacos, tampoco lo puedes pedir a nosotras”, dijo la actriz Kristen Stewart (Crepúsculo) cuando se sacó sus zapatos e ingresó descalza por la alfombra roja del Festival de Cannes, la semana pasada, desafiando el protocolo del evento. Protestas como estas se están multiplicando en el mundo. Las mujeres piden igualdad. En organizaciones de hace décadas y otras más recientes, las demandas se repiten en Zimbabue y Uganda. Se escuchan en Filipinas, y en México, Perú, Honduras y en toda Europa. Las reivindicaciones feministas abandonaron las cátedras y ahora inundan no solo las calles, sino también las redes sociales. VER: http://www.latercera.com/tendencias/noticia/feminismo-chileno-vive-revolucion-mas-importante-40-anos/172111/
Capitalismo y Patriarcado: aliados perfectos para la opresión de la mujer
San Salvador, El Salvador, miércoles 23 de mayo de 2018, por Xenia Barrera, Militante Bloque Popular Juvenil.- La opresión de las mujeres tiene raíces históricas profundas, y se manifiesta de maneras muy sutiles y diversas en todas las áreas de la vida de la mujer, desde el área económica hasta la social, cultural y política. Las primeras expresiones de esta opresión y discriminación hacia las mujeres por parte de los hombres la encontramos con la aparición de la sociedad dividida en clases, Engels explica que “el primer antagonismo de clases que apareció en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en la monogamia; y la primera opresión de clases, con la del sexo femenino por el masculino”. En la sociedad primitiva la mujer se quedaba en casa destinada al cuidado y a la procreación, y el hombre trabajaba en la agricultura y la ganadería, esta división del trabajo en un primer momento no significaba ningún tipo de opresión. VER: https://bloquepopularjuvenil.org/capitalismo-y-patriarcado-aliados-perfectos-para-la-opresion-de-la-mujer/
Brecha salarial de Género: La deuda pendiente de Chile con las Mujeres
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Paula Tupper, La Nación.- La brecha salarial entre hombres y mujeres ha aumentado en los últimos dos años alcanzando un 31,6%. Esto ubica a Chile como el país de Latinoamérica donde hay una mayor diferencia junto con Brasil. A pesar de que Chile ha avanzado en equidad de género en ámbitos como el ingreso a la educación, el país aún tiene muchas deudas pendientes con las mujeres, entre ellas la abismante brecha salarial que sufren frente a sus pares hombres. Según el informe de brecha de género del Foro Económico Mundial publicado en 2015, Chile se ubica en el lugar 131 a nivel mundial en el ránking de países sobre inequidad salarial entre hombres y mujeres por el mismo trabajo. Esto posiciona al país como el segundo con mayor brecha en Latinoamérica, superado solo por Brasil, que se ubica en el lugar 133. De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la brecha salarial entre hombres y mujeres en 2016 fue de un 31,7%, lo que significó un mínimo aumento respecto de 2015, pero un aumento de 2 puntos en comparación con 2014. VER: http://lanacion.cl/2017/08/05/brecha-salarial-de-genero-la-deuda-pendiente-de-chile-con-las-mujeres/
71% de los chilenos apoya la Revolución Feminista y un 65% apoya también las Marchas Públicas
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, El Mostrador.- Movimiento feminista tiene amplio respaldo ciudadano: 71% de los chilenos lo apoya y un 91% cree que hay que seguir avanzando para alcanzar la igualdad. La última encuesta Cadem, correspondiente a la tercera semana de mayo, muestra una importante brecha de la percepción del machismo entre hombres y mujeres: si bien la mayoría de las personas cree que Chile es un país machista (77%), en los hombres ese porcentaje alcanza un 64%, mientras que en las mujeres aumenta hasta un 90%. Tras una semana marcada por movilizaciones feministas, la última encuesta Cadem, correspondiente a la tercera semana de mayo, mostró que un 71% de los chilenos apoya la movilización, mientras que un 65% apoya también las marchas en la vía pública. VER: http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2018/05/22/movimiento-feminista-tiene-amplio-respaldo-ciudadano-71-de-los-chilenos-lo-apoya-y-un-91-cree-que-hay-que-seguir-avanzando-para-alcanzar-la-igualdad/
El machismo sigue presente en la sociedad chilena
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Rocío Montes, El País.- La mayoría de chilenos apoya afirmaciones que desvalorizan el desarrollo profesional de la mujer, según la encuesta del Centro de Estudios Públicos. Pese a que en los últimos años en la sociedad chilena se han abierto debates históricamente silenciados —como la despenalización del aborto, el acoso callejero y los feminicidios—, el machismo parece instalado en las entrañas culturales de la población del país sudamericano. De acuerdo a la encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) dada a conocer el pasado viernes, la mayoría de los ciudadanos apoya afirmaciones que desvalorizan el desarrollo profesional de la mujer, cuyo papel identifican sobre todo con la familia y el cuidado de los hijos. “Considerando todo lo bueno y todo lo malo, la vida familiar se resiente cuando la mujer trabaja tiempo completo”, fue una de las sentencias. El 61% de los encuestados señaló estar de acuerdo o muy de acuerdo. VER: https://elpais.com/internacional/2017/06/05/america/1496638530_267332.html
La Revolución Feminista va a ser una lucha larga, como todas las revoluciones, porque al final se están peleando espacios de poder
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Marco Fajardo, El Mostrador.- Testigos del cambio de época: directoras de cine adelantan que lucha feminista será de largo aliento. Ellas han retratado las problemáticas de la mujer en sus obras. Marcela Said mostró el machismo brutal existente en Chile en su película "Los perros", que cuenta la historia de amistad entre una mujer de clase alta y un ex militar involucrado en los crímenes de terrorismo de Estado. Constanza Figari, en el filme "Siete semanas", abordó el calvario que sufre una joven que evalúa someterse a un aborto. En tanto, Marialy Rivas, en "Joven y alocada", habló sobre una chica que vive libremente su sexualidad. "Va a ser una lucha larga como todas las luchas, como todas las revoluciones, porque al final se están peleando espacios de poder, y porque hay gente que tiene que soltar el poder. Eso siempre es complejo", dice esta última. No es una época de cambio, sino un cambio de época. Eso es lo que ven tres directoras de cine en medio del mayor movimiento feminista de los últimos 40 años en Chile, surgido en un contexto mundial y nacional particular y la vigorosidad de las redes sociales. VER: http://www.elmostrador.cl/cultura/2018/05/22/testigos-del-cambio-de-epoca-directoras-de-cine-adelantan-que-lucha-feminista-sera-de-largo-aliento/
Encuesta Cadem revela que hay mayor machismo en el trabajo, la política, el humor y la TV
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, El Mostrador.- El estudio muestra que el 63% de las mujeres encuestadas han sentido discriminación de género. En cuanto a las tomas y marchas en la vía pública, el apoyo baja considerablemente. Hoy, existen al menos 17 universidades en toma en el país, se hizo una marcha en contra de la educación sexista y la violencia machista, y se han producido numerosas protestas a nivel nacional en cuanto a la misma tónica. El movimiento feminista, el cual busca luchar y exigir derechos básicos de la mujer, se ha llevado la atención del país, teniendo al parecer una aceptación en la población. Esto, ya que los resultados de la última Encuesta Cadem arrojaron que alrededor de un 71% de la población apoya esta movilización. VER: http://www.elmostrador.cl/braga/2018/05/20/encuesta-cadem-revela-que-hay-mayor-machismo-en-el-trabajo-la-politica-el-humor-y-la-tv/
Las demandas tras las tomas feministas en universidades
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Paula Yévenes, La Tercera.- Educación no sexista, cambios en mallas curriculares, capacitación en materia de igualdad de género y un ministro como interlocultor son algunas de las exigencias que plantea el nuevo movimiento. El inicio de este histórico movimiento de alumnas partió en la Universidad Austral de Valdivia, luego de que trascendiera que un docente, acusado de acoso sexual en contra de una funcionaria, sería despedido y por ello recibiría una millonaria indemnización. Este hecho detonó la molestia del alumnado y la toma de las dos sedes de la institución (Valdivia y Osorno). Dos semanas después se sumó Derecho de la U. de Chile, y desde entonces la cifra ha ido en alza. “Hemos sido testigos (sic) de distintos hechos de violencia que constantemente viven las mujeres en todo espacio social, y las universidades no son la excepción”, manifestaron las alumnas de Ingeniería, luego de tomarse la torre central de la facultad. Pero, en lo concreto, ¿cuáles son las banderas por las que luchan las alumnas? VER: http://www.latercera.com/nacional/noticia/las-demandas-tras-las-tomas-feministas-universidades/157888/
Movimiento Feminista crece y suma respaldos
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, El Ciudadano.- Coordinadora NO + AFP entregó su apoyo a movilizaciones feministas en todo Chile. “Este levantamiento debe servir para avanzar en conquistar un estado de derechos sociales, en beneficio de todas y todos", señalaron las dirigentas, recordando que el sistema privado de cotizaciones "condena a las mujeres a pensiones miserables, luego de trabajar doble y hasta triple jornada”. El pasado viernes una multitudinaria marcha fue convocada por el movimiento Ni Una Menos, exigiendo el fin de “la cultura de la violación”. Este miércoles 16 la Confech llamó a otra movilización “contra la violencia machista” y por una “educación no sexista”. En este contexto, la Coordinadora de Trabajadores No + AFP -que ha logrado convocar a miles de personas en torno a la demanda del fin del sistema privado de pensiones- este viernes entregó públicamente su apoyo al histórico proceso de cambio cultural encabezado por el feminismo en nuestro país. VER: https://www.elciudadano.cl/organizacion-social/coordinadora-no-afp-entrego-su-apoyo-a-movilizaciones-feministas-en-todo-chile/05/18/#ixzz5G3C1KhvF
La ola feminista a cuatro voces
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por L. Ayala, M. Ahumada y F. Velásquez, La Tercera.- Aun en áreas distintas, comparten experiencias similares y un mismo diagnóstico sobre la necesidad de promover políticas activas para facilitar el ingreso de mujeres a nuevos territorios. Cuatro profesionales que son exitosas en ámbitos considerados tradicionalmente “tierra de hombres” analizan el fenómeno de la “ola feminista” en Chile. Con destacadas trayectorias en sus áreas, la jefa de Alta Complejidad de la fiscalía, Ximena Chong; la premio nacional en Ciencias, Claudia Hidalgo; la teniente coronel del Ejército Bárbara Ojeda y la fundadora de Magistradas de Chile, Francisca Zapata, se suman a las voces que piden más mujeres en espacios de poder. VER: http://www.latercera.com/reportajes/noticia/la-ola-feminista-cuatro-voces/171463/
Luna Follegatti: Por un feminismo sin silencio
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Tania González, Radio Universidad de Chile.- En el marco de un foro organizado por Le Monde Diplomatique y titulado “Feminismo y movimientos sociales: hacia la construcción de las izquierdas”, un grupo de expositoras concordaron en que la movilización de hace unos días atrás fue distinta a otras. A su juicio, se dio mayor visibilidad a las variadas aristas y/o áreas de la población desde donde se potencia el discurso contra las consecuencias del patriarcado y el capitalismo sobre la mujer. De este modo, por ejemplo, se levantó la campaña por medios de comunicación no sexistas de parte del Colegio de Periodistas, se vio el rechazo de mujeres trabajadoras a la firma del TPP-11 y desde sectores rurales, de la educación, de la salud, pensionadas, migrantes, entre otros, se evidenció un interés por aunar fuerzas. La Doctora en Filosofía Política y Moral e historiadora de la Universidad de Chile, Luna Follegati, instó a las protagonistas de este resurgir del movimiento, a no desconocer su historia e identificar qué tipo de actrices existieron, sus prácticas y qué modos de organización anteriores han resultado y cuáles no. VER: http://radio.uchile.cl/2018/03/31/luna-follegatti-por-un-feminismo-sin-silencio/
10 razones por las que NO DEBES sentirte culpable del acoso callejero
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, Observatorio contra el Acoso Callejero Chile.- 1. Tu ropa: cuando denunciamos acoso callejero solemos recibir un “pero mira cómo andabas vestida”, pero ¡hey! ¿Acaso deberíamos vestirnos diferente para evitar estas situaciones? ¡Obvio que no! La culpa no es nuestra, poco importa si vestimos peto y minifalda o abrigo y beatle, porque la ropa que escogemos NO da derecho a faltarnos el respeto. En simple, cuando queramos su opinión, se las vamos a pedir. VER: https://www.ocac.cl/10-razones-por-las-que-no-debes-sentirte-culpable-del-acoso-callejero/
Las mujeres, las más afectadas por el Cambio Climático
Buenos Aires, Argentina, miércoles 23 de mayo de 2018, Greenpeace.- La contaminación global, la quema de combustibles fósiles, la expansión de la industria agropecuaria y toda actividad humana que provoque cambio climático afecta directamente a las mujeres. Entre el 60 y el 80% de los alimentos es producido por mujeres y la producción agrícola está directamente afectada por el cambio climático. Como resultado del cambio climático global, las catástrofes naturales son cada vez más frecuentes y severas. Las consecuencias no son las mismas para todos y es la población con menos recursos, conformada en un 70% por mujeres, la más afectada. Las mujeres que habitan en zonas rurales o áreas remotas son quienes se ven más perjudicadas, ya que dependen directamente de los recursos naturales para subsistir. En los países en desarrollo, entre el 60 y el 80% de los alimentos es producido por mujeres, siendo la producción agrícola el rubro que más se ve afectado por los efectos del cambio climático. VER: http://www.greenpeace.org/argentina/es/noticias/Las-mujeres-las-mas-afectadas-por-el-Cambio-Climatico/
Las mujeres, las más afectadas y las que menos deciden en cambio climático
Madrid, España, miércoles 23 de mayo de 2018, por Patricia Espinosa y Caty Arévalo, EFE Verde.- Los científicos coinciden en que las mujeres se sitúan, junto a niños y ancianos, entre los grupos de población más vulnerables al cambio climático, pero, sin embargo, en la mayoría de países están infrarrepresentadas en la toma de decisiones para combatir este fenómeno, como ocurre en España. El Gobierno elabora desde hace un año una Ley de Cambio climático y Transición Energética que marcará las pautas a seguir por los principales sectores económicos para que España sea un país libre de emisiones en 30 años, así como para adaptarse a los impactos irremediables del calentamiento, como la menor disponibilidad de agua o mayor frecuencia e intensidad de climas extremos. VER: https://www.efeverde.com/noticias/mujeres-cambio-climatico/
Piñera anuncia hoy miércoles agenda para promover equidad de género
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Paula Catena C., La Tercera.- En medio de “ola feminista”, Mandatario dará a conocer medidas que el gobierno impulsará en el Congreso y también de manera administrativa. Presidenta de la Comisión de Familia de la Cámara, Pamela Jiles, se restará de la actividad. “Prefiero recibir esos anuncios desde mi puesto en el Congreso”, dijo. Así como la semana pasada el foco del gobierno estuvo puesto en las medidas económicas proinversión, esta semana será “de la mujer”, dicen en La Moneda. El Presidente Sebastián Piñera, afirman en Palacio, se hará cargo de un tema que se ha tomado la agenda por estos días: “La ola feminista”, que busca la reivindicación de los derechos de las mujeres, apuntando a la equidad de género y evitar distintos tipos de abusos. VER: http://www.latercera.com/politica/noticia/pinera-anuncia-este-miercoles-agenda-promover-equidad-genero/173171/
Ante la Revolución Feminista el Gobierno ha sido sumamente simplista y cree que la situación se responde proponiendo protocolos, cuando las peticiones son mayores
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Nicolás Massai D., Radio Universidad de Chile.- Agenda feminista de Piñera: las dudas del activismo. Desde el Ejecutivo se han generado diversos antecedentes que generan sospechas en las dirigentas que participan de esta movilización nacional. Uno de ellos es el cambio de protocolo en la ley de aborto tres causales, una jugada del ministro de Salud que fue criticada precisamente desde este mismo mundo. El gobierno se apronta para entrar en una semana decisiva para salir al paso de la contingencia feminista, que se extiende a lo largo de Chile tomándose sedes universitarias y reclamando una educación no sexista, entre otras demandas. Así lo relató un artículo de La Tercera este lunes: en La Moneda están diseñando estrategias y un paquete de medidas que serían anunciadas este miércoles 23 de mayo por el presidente Sebastián Piñera. VER: http://radio.uchile.cl/2018/05/21/agenda-feminista-de-pinera-las-dudas-del-activismo/
El viejo patriarcado se disfraza de buen feminista
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por María Isabel Peña Aguado, El Mostrador.- No cabe duda de que se ha convertido en algo de “buen tono” el declararse feminista. En los últimos años prácticamente nadie se atreve a cuestionar que las exigencias de las mujeres deben de ser atendidas y satisfechas. Así, quienes llevamos años trabajando por el feminismo y en temas de teoría feminista no podemos sino sorprendernos de la cantidad de gente, incluidas personas “públicas” e intelectuales, que se apuntan cada día a la causa de las mujeres. Confieso que dicha sorpresa va acompañada –al menos en mi caso– de una buena dosis de escepticismo. Pues para muchas de ellas (sobre todo para muchos de ellos) el hecho de adherirse a la causa del feminismo conlleva inmediatamente el derecho a emitir juicios sobre el feminismo y el movimiento feminista como tal. VER: http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2018/05/21/el-viejo-patriarcado-se-disfraza-de-buen-feminista/
Cómo ser hombre en la Nueva Era del Feminismo
Madrid, España, miércoles 23 de mayo de 2018, por Rodrigo Terrasa, El Mundo.- La campaña #MeToo no sólo ha empoderado a las mujeres sino que ha obligado a replantear qué significa ser hombre hoy y qué papel deben jugar los varones en la lucha por la igualdad. Varios autores han aprovechado el momento para reflexionar sobre la necesidad de asumir la gran revolución pendiente del siglo XXI, la que debe definirla nueva masculinidad. "En la cabeza de cada hombre hay un amo, una voz inconsciente que envía instrucciones a través de un interfono. Ese amo -escribe Grayson Perry- es el jefe del departamento que cada uno tiene asignado en el Ministerio de la Masculinidad. Y ese ministerio quiere mantener las reglas". Perry es un artista ceramista inglés, un icono cultural en su país conocido por su afición a vestirse de muñeca y por sus provocadoras reflexiones sobre la identidad masculina. VER: http://www.elmundo.es/papel/historias/2018/03/03/5a9935db46163fd32a8b45eb.html
Si el machismo perdura es porque los hombres hemos sido cómplices, aunque no seamos acosadores ni violadores ni puteros, guardamos silencio cómplice
Madrid, España, miércoles 23 de mayo de 2018, por Octavio Salazar, El Mundo.- Nuria Coronado es periodista. En su libro Hombres por la igualdad ha entrevistado a 16 "aliados del feminismo". Todos varones. "La igualdad es un principio básico de la democracia y en la lucha por conseguirla es básica y fundamental la implicación del hombre desde los actos más cotidianos. Hay hombres que ahora cogen el altavoz y son superfeministas. Genial, pero no se trata de que sean líderes otra vez, se trata de que tengan consciencia de la sociedad desigual en la que vivimos, de que sean aliados tanto en los actos más cotidianos como en los más evidentes, que nos apoyen sin ser protagonistas porque las protagonistas, por desgracia, somos nosotras". VER: http://www.elmundo.es/papel/historias/2018/03/03/5a9935db46163fd32a8b45eb.html
Un buen hombre ya no es aquél capaz de proveer, el pilar, el cabeza de familia, la decisión última…
Madrid, España, miércoles 23 de mayo de 2018, por Domingo Antonio Edjang Moreno, El Chojin, El Mundo.- Dicen los expertos que mientras las niñas son conscientes desde pequeñas de la complejidad de su género, los niños ignoran por completo qué significa ser hombres y crecen plácidamente acorralados en el modelo masculino de competitividad, agresividad y fuerza. "Quizá jamás entenderemos por qué un joven decide terminar con las vidas de otros, pero por lo menos podemos ver un patrón que no podría ser más evidente. Son los niños varones", escribía el cómico Michael Ian Black en The New York Times tras la última masacre en un instituto de Florida. VER: http://www.elmundo.es/papel/historias/2018/03/03/5a9935db46163fd32a8b45eb.html
No es mojigatería, hay que generar una sensualidad equitativa y no de asalto; los hombres nos hemos considerado guerreros en el ámbito sexual
Madrid, España, miércoles 23 de mayo de 2018, por Ritxar Bacete, El Mundo.- Dijo Woody Allen tras estallar el caso Wenstein y antes de ser señalado él mismo con carácter retroactivo que temía "un ambiente de Salem donde cualquier hombre que guiñe el ojo a una mujer en la oficina tenga que llamar de repente a su abogado para defenderse". Decía el otro día Gay Talese, casi con pavor, que la masculinidad ha sido completamente puesta patas arriba por el feminismo y la corrección política. Y dice también el psicólogo Jordan B. Peterson que "hay una crisis de la masculinidad porque se culpa a los hombres por el mero hecho de serlo". "El feminismo no puede dar miedo, lo que da miedo de verdad es el machismo que nos está aniquilando", sentencia Nuria Coronado. "Somos feminazis, histéricas, exageradas... ¿Pobrecitos los hombres? ¡Pobrecitas las mujeres, que ni siquiera podemos salir tranquilamente a la calle! Este tipo de discursos sólo pretenden que todo siga igual para que nada cambie". VER: http://www.elmundo.es/papel/historias/2018/03/03/5a9935db46163fd32a8b45eb.html
El nuevo rol del hombre del siglo 21 en los tiempos de empoderamiento femenino: La Nueva Masculinidad
Lima, Perú, miércoles 23 de mayo de 2018, por Ana Romero, Gestión.- Las mujeres por nuestra cuenta, no podemos conseguir todos los profundos cambios sociales, económicos y políticos que requiere la construcción de un mundo más justo y equitativo. Para lograr ello, se necesita la participación activa de los hombres en la lucha feminista, ya sea dentro de la organización como miembros activos o como agentes de cambio externo que apoyen a la causa, con el único objetivo de un mundo mejor, más justo y en equidad de género. “La igualdad de género también es problema de ustedes”, refiriéndose al público masculino, dijo la actriz y activista feminista Emma Watson, como Embajadora de Buena Voluntad de la ONU Mujeres en un evento especial de la campaña <HeforShe>,que en español significa “Elporella”, en la sede de las Naciones Unidad, New York, el 20 de septiembre del 2014. VER: https://gestion.pe/blog/tacosfuertes/2017/06/el-nuevo-rol-del-hombre-del-siglo-21-en-los-tiempos-de-empoderamiento-femenino-la-nueva-masculinidad.html?ref=gesr
La nueva masculinidad nos hará libres
Madrid, España, miércoles 23 de 2018, por Mireia Mullor, Esquire.- El ensayo Nuevos hombres buenos de Ritxar Bacete te ofrece una guía para que dejes de tener escalofríos cuando escuchas la palabra feminismo. Déjate de excusas y empieza tu propia revolución. El feminismo no sólo ha traído consigo empoderamiento y cambio (y una línea entera de ropa en las tiendas de Inditex), sino también una reacción a la masculinidad tradicional. Esa que entiende a la mujer como un objeto, que siente la constante necesidad de ocultar sus sentimientos y que es incapaz de salirse del camino marcado por su identidad de género. Esa que nos ha contado la milonga durante años de que los hombres no lloran, que los hombres no bailan o que los hombres no muestran cariño hacia los demás. Por suerte, esta concepción de lo masculino va quedando atrás, poco a poco, aunque seguimos arrastrando ese yugo del -aquí viene- patriarcado. Y no os engañéis: todos los sexos lo sufrimos. VER: https://www.esquire.com/es/actualidad/a13984966/la-nueva-masculinidad-nos-hara-libres/
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DESARROLLO DE NOTICIAS
ESPECIAL: Dossier sobre la Revolución Feminista 2018 en Chile
Ante el Neoliberalismo y el Patriarcado: Revolución Feminista, Desobediencia Civil y Nueva Hegemonía Cultural
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Luis Alberto Gallegos, Boletín GAL.- Antes que nada, les hacemos llegar a las mujeres de Chile nuestras felicitaciones, agradecimientos y solidaridad ante el gran triunfo que ha significado la movilización nacional del 16 de mayo y que ya se ha constituido ante la opinión pública nacional y global, en la Tercera Revolución Feminista de la historia de este país. Nos sentimos orgullosos de lo que hacen por el país, su gente y la humanidad.
No podemos atrevernos a proseguir sin pedirle disculpas a las integrantes de este movimiento y a sus intelectuales, liderezas e ideólogas, por el atrevimiento nuestro en emitir estas modestas opiniones que, por cierto, resultan simples balbuceos de un aprendiz del feminismo ante la contundencia y coraje de los argumentos, acciones y fundamentos que ellas han registrado y defienden en sus escritos y actividades.
La Primera Gran Revolución Feminista en Chile, logró la promulgación del Sufragio Universal Femenino en 1949 durante el gobierno de Gabriel González Videla (1). La Segunda Revolución se generó en la década de los 60, denominada la Revolución Sexual Femenina que, junto a otras demandas, llegó aparejada con la aparición de la píldora anticonceptiva (2). La Tercera Revolución Feminista es la que hoy, 2018, empieza y de la que somos privilegiados testigos.
Capitalismo y patriarcado
Una de las sentidas y urgentes demandas de la actual Revolución Feminista es la Equidad Salarial entre los géneros. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la brecha salarial entre hombres y mujeres en 2016 fue de 31,7% (3).
El sistema económico neoliberal actualmente vigente en Chile, lleva a una de sus máximas expresiones la intensificación de la explotación de la mano de obra femenina, a fin de incrementar su tasa de plusvalía y compensar la tendencia decreciente de la tasa de ganancia.
Por tanto, la Revolución Feminista podría tener en sus manos el desafío histórico de incidir en cambios sustanciales en la estructura económica del país, interpelando y cuestionando las bases de un sistema inviable que privilegia el crecimiento económico como la panacea de futuro de Chile, en desmedro de un desarrollo integral.
Además, el sistema capitalista neoliberal se ha ensamblado en Chile de manera tal que, a la estructura económica, se le ha dotado de una superestructura cultural, educativa e ideológica patriarcal, que le brinda soporte, sentido común y estrategia:
“¿de qué manera capitalismo y patriarcado logran integrarse perfectamente para profundizar la situación de opresión de las mujeres? El desarrollo del capitalismo dio paso a la separación del espacio para la producción en la fábrica o empresa, y el espacio para la reproducción humana en el hogar. La producción toma un carácter público y es ejercida por los hombres, y la reproducción toma un carácter privado y es ejercida por las mujeres. Por este carácter privado, la reproducción -que tiene que ver con el trabajo doméstico- es poco reconocida ante la sociedad y de esa manera el papel de las mujeres se ve reducido a la nada. Esto favorece a los intereses del capitalismo pues el trabajo que las mujeres hacen en el hogar además de no ser valorado, por razones patriarcales, tampoco es remunerado y esto significa más ganancias. En este sentido, ambos sistemas están basados en la explotación y dominación y por eso sus intereses cazan perfectamente, perpetuándose uno a otro: mientras el capitalismo oprime a la mujer basado en la explotación de su clase, el patriarcado lo hace basado en la dominación de su género” (4).
Machismo y Patriarcado: Un país intolerable
En efecto, nuestro país se ha vuelto intolerable ante la cruda realidad de ser uno de los países con más alto nivel de machismo, patriarcado y discriminación, rasgos que se han instalado en la médula de las institucionalidades económicas, sociales, políticas y culturales. La violencia machista y el acoso callejero se han instalado en la sociedad (5).
Según el Observatorio Contra el Acoso Callejero Chile, la sociedad no sólo ampara a los acosadores, sino que, además, le quita gravedad a sus acciones y fomenta, a través de miles de expresiones culturales, su violencia. (6)
La cineasta Marcela Said señala que:
“Los chilenos somos muy abusados, por el capitalismo, por trabajos precarios. Comemos a crédito, en un país carísimo. Estamos bajo presión y hay demasiadas cosas intolerables (…) el acoso donde más ocurre es en las personas que tienen menos recursos, en las mujeres que tienen que tomar la micro y un tipo las sobajea. En aquella que tiene que caminar sola en la noche y le da miedo que la violenten. El machismo ha sido particularmente violento en Chile, estructural” (7)
Las cifras de estudios lo confirman. Según reciente encuesta CADEM, la mayoría de las personas cree que Chile es un país machista, sin embargo, en hombres esta afirmación alcanzó un 64%, mientras que en mujeres un 90%. (8)
Este escenario de intolerancia ante el patriarcado, el machismo y discriminación –escenario, por lo demás, jamás percibido por las élites dominantes, a pesar de sus invocaciones a “escuchar a la ciudadanía”-, es lo que lleva a la explosión social a la que hoy asistimos. Las mujeres dijeron “¡BASTA!” y se echaron a andar.
Hannah Arendt reflexiona sobre este asunto:
“las revoluciones son los únicos acontecimientos políticos que nos ponen directa e inevitablemente en contacto con el problema del origen. Los procesos revolucionarios son sucesos que revisten la posibilidad de un nuevo y abrupto comienzo de la historia, en ellos se pueden apreciar las características de inicio, singularidad y acontecimiento. Son por esto, un tesoro sin edad que en las circunstancias más diversas aparece bruscamente de improviso y desaparece en condiciones misteriosas. Instantes de apertura en donde los actores disfrutan de la acción concertada, aparecen y se muestran a los demás. Es el momento en el cual emerge la libertad: este ‘tesoro sin edad’, donde ‘todo está dicho y nada está dicho’. Acontecimiento, ruptura e inicio serán notas que pasarán a formar parte de una definición del espíritu revolucionario. La descripción del ambiente de ese momento estará permeada de fragilidad y se caracterizará por la alegría de estar juntos y actuar” (9)
Desobediencia Civil y Revolución Femenina
La Revolución Feminista, a nivel local, nacional y global va sumando alianzas, redes y respaldo ciudadano. Está en su momento de expansión. Diversos estamentos sociales como los estudiantes, pensionados, trabajadores, funcionarios del Estado, entre otros, van confluyendo paulatinamente en este “instante de apertura” y prometen constituirse en una marea incontenible. Una marea multitudinaria, diversa, con demandas comunes y, también, exigencias particulares y propias de cada estamento. La Revolución Feminista podría irse constituyendo en la principal corriente que conduzca este proceso de unidad ciudadana contra la ignominia del sistema neoliberal y el avance en el recambio en la Hegemonía Política y Cultural del país.
Si bien es cierto que las razones de fondo de esta irrupción femenina, se debe a los propios procesos internos de Chile, en gran medida también ha contribuido la acción de las redes sociales globales. La globalización, en este caso específico, ha jugado un rol preponderante. El estallido de denuncias, movilizaciones, escándalos de la elite y delitos sexuales por doquier, ha activado el sistema colaborativo, solidario y cooperador de las mujeres chilenas y se han dicho: “No estamos solas, el Planeta está con nosotros”.
En este contexto, resulta inevitable preguntarnos acerca de las Estrategias y Herramientas disponibles actualmente para canalizar, hacer eficaz y lograr triunfos y avances sustanciales en este proceso transformador.
Y aquí es donde encontramos un instrumento fundamental para activar y sostener un movimiento social de esta envergadura: la Desobediencia Civil. Como dice Rosalía Romero Pérez, “la desobediencia civil es, históricamente, hija del pensamiento democrático” (10). Son innumerables las “expresiones colectivas que han apelado a la desobediencia civil como estrategia para reivindicar derechos, para cuestionar las leyes y las políticas gubernamentales o para confrontar a las corporaciones trasnacionales” (11).
Como diría Virginia Wolf:
“Hablando en términos generales, la principal distinción entre nosotros, entre las que por estar fuera de la sociedad somos extrañas, será que, mientras ustedes harán uso de los medios suministrados por su posición… la mejor manera en que podemos ayudarle a evitar la guerra no consiste en repetir sus palabras y en seguir sus métodos, sino en hallar nuevas palabras y crear nuevos métodos” (12).
Medio Ambiente y Revolución Femenina
Finalmente, un tema recurrente e inevitablemente conectado al de la Revolución Feminista, es el del Medio Ambiente, Cambio Climático y el cuidado de nuestro único hogar, la Madre Tierra, la Pachamama.
Según Greenpeace, la contaminación global, la quema de combustibles fósiles, la expansión de la industria agropecuaria y toda actividad humana que provoque cambio climático afecta directamente a las mujeres. Entre el 60 y el 80% de los alimentos es producido por mujeres y la producción agrícola está directamente afectada por el cambio climático. Como resultado del cambio climático global, las catástrofes naturales son cada vez más frecuentes y severas. Las consecuencias no son las mismas para todos y es la población con menos recursos, conformada en un 70% por mujeres, la más afectada. Las mujeres que habitan en zonas rurales o áreas remotas son quienes se ven más perjudicadas, ya que dependen directamente de los recursos naturales para subsistir (13)
Según Patricia Espinosa y Caty Arévalo, los científicos coinciden en que las mujeres se sitúan, junto a niños y ancianos, entre los grupos de población más vulnerables al cambio climático, pero, sin embargo, en la mayoría de países están infrarrepresentadas en la toma de decisiones para combatir este fenómeno (14).
Es decir, las mujeres, a nivel local, nacional y global, son las que más sufren los efectos del cambio climático, pero, paradójicamente, son las que menos atribuciones e incidencias poseen para adoptar decisiones en políticas públicas ambientales y climáticas. La Revolución Feminista tiene el desafío de incluir estas demandas estratégicas en sus programas y propuestas. (FIN) VER: http://luisalbertogmz.blogia.com/
Notas
(1) Cfr. http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-96054.html
(3) Cfr. http://lanacion.cl/2017/08/05/brecha-salarial-de-genero-la-deuda-pendiente-de-chile-con-las-mujeres/
(5) Cfr. https://elpais.com/internacional/2017/06/05/america/1496638530_267332.html
(6) Cfr. https://www.ocac.cl/10-razones-por-las-que-no-debes-sentirte-culpable-del-acoso-callejero/
(9) Citada por Claudia Galindo Lara en “El concepto de revolución en el pensamiento político de Hannah Arendt”, Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México vol. XLVII, núm. 195, septiembre-diciembre, 2005, pp. 31-62. Cfr. http://www.redalyc.org/pdf/421/42119503.pdf
(10) Cfr. https://revistas.ucm.es/index.php/INFE/article/viewFile/51385/47665
(11) Cfr. http://www.redalyc.org/pdf/628/62811391003.pdf
(12) Citada por Montserrat Cervera Rodon, “Desobediencia civil desde el feminismo”, “Tres guineas”, Virginia Wolf
(14) Cfr. https://www.efeverde.com/noticias/mujeres-cambio-climatico/
Momento del feminismo: que la ola se convierta en océano
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Daniela Carvacho, El Mostrador.- Desde universidades y planteles educativos, la crítica circula y se articula con nuestras experiencias más dolorosas. El hartazgo frente a la desprotección, el insulto sexista, la humillación permanente y la insolente impunidad de la violencia machista, han alimentado este momento violeta que te recorre el cuerpo y la conciencia.
Somos parte de una catarsis colectiva que ha hecho visible lo invisible, instalando al feminismo en la televisión, las conversaciones cotidianas y la sobremesa familiar. En todas partes se habla de nuestras demandas por espacios seguros garantizados por organismos adecuados, protocolos efectivos y acompañamiento integral para las víctimas; formación en género y violencia para las comunidades educativas; reconocimiento de las diversas identidades y una educación no sexista.
Hemos logrado apoyos diversos e inesperados, de tu madre y mi abuela, tu amiga y mi tía, la vecina y la señora del kiosko. También hemos generado resistencias machistas y misóginas, como TJH, Gumucio y otros; aparecen las que dicen que no las representamos, pues no quieren que tú no te desnudes el torso para protestar contra la iglesia, ni que yo no escriba esta columna para decirles que no nos sirven los apoyos críticos de mujeres conservadoras y privilegiadas. Hay también una zona de apoyos sospechosos y oportunistas, el feminismo soft de la ministra Isabel Plá, que apoya nuestras demandas mientras denunciemos la violencia sin cuestionar sus causas; es Evelyn Matthei empatizando con nuestra movilización; son Piñera y Varela, elaborando propuestas de protocolo para desactivar el conflicto.
Eres tú quien debe cuestionar esos apoyos. No podemos creer las buenas intenciones de una ministra que rechaza el aborto, de una alcaldesa que defiende la dictadura militar, de un ministro que banaliza nuestras denuncias, y un gobierno que perpetúa la educación mercado, junto a la idea de que las mujeres pertenecemos a la casa y la familia, y que solo podemos acceder al trabajo o la política mientras no descuidemos lo anterior.
Exijamos juntas una educación sexual integral que promueva una sexualidad responsable y el ejercicio soberano de nuestros derechos reproductivos. Pero también rompamos el tabú, hablemos de lo que otros callan: que para dejar de formar agresores sexuales necesitamos hablar de sexo, deseo y consentimiento. Ya conocemos las consecuencias de que el único discurso sobre sexo que circule sea el porno, y para combatir ese fetiche fálico y violento, tendremos que hablar del erotismo como dimensión humana inherente a nuestra experiencia más temprana, generando un discurso emancipador de nuestra sexualidad, que erotice el deseo y no la violencia.
Ellos no son aliados y necesitamos dejarlo claro. Urge profundizar nuestras demandas y objetivos, para evitar la cooptación que está a la vuelta de la esquina. De aquello quisiera hablarte.
Educación no sexista
Exigir una educación no sexista implica tomar medidas correctivas de las consecuencias del sexismo en la educación. Sin embargo, repensar la educación desde una óptica feminista exige más. No se trata solo de modificar currículums e incluir autoras mujeres en las mallas, tampoco se resuelven milenios de dominación masculina mediante un ramo de género en la formación escolar o universitaria, aunque ayude. El desafío de pensar la educación desde una óptica feminista implica cuestionar el paradigma patriarcal en la educación, visibilizar los estereotipos de género e impugnar la falsa escisión razón/emoción, que invalida nuestras emociones señalándolas como caóticas y distorsionadoras. Estamos cansadas de subordinar nuestras emociones al falso imperio de la razón universal, objetiva y masculina. La emoción es un atributo necesario para el desarrollo de un aprendizaje integral, pues no sentimos y pensamos por separado. Para construir una educación no sexista tendremos que disputar el paradigma androcéntrico y negar la legitimidad de la racionalidad patriarcal sobre la cual se erigen escuelas de misoginia, economías de miseria, relaciones violentas y leyes a la medida del macho.
Exijamos juntas una educación sexual integral que promueva una sexualidad responsable y el ejercicio soberano de nuestros derechos reproductivos. Pero también rompamos el tabú, hablemos de lo que otros callan: que para dejar de formar agresores sexuales necesitamos hablar de sexo, deseo y consentimiento. Ya conocemos las consecuencias de que el único discurso sobre sexo que circule sea el porno, y para combatir ese fetiche fálico y violento, tendremos que hablar del erotismo como dimensión humana inherente a nuestra experiencia más temprana, generando un discurso emancipador de nuestra sexualidad, que erotice el deseo y no la violencia.
Si eres educadora como yo, tendremos la tarea de cuestionar las prácticas autoritarias, acabar con la competencia y la evaluación punitiva como poder articulador de las relaciones del aula, lo cual supone otro enfoque en la formación docente, junto con la creación de instancias de coeducación para padres y madres, donde se reflexione sobre la difícil relación entre generaciones que suelen comunicarse desde la censura, la violencia y la asimetría. Para eso, tendremos que reconstruir la alianza entre madres, padres, estudiantes, profesores y comunidades educativas. Solo en unidad podremos impulsar una transformación que ofrezca la esperanza de reeducarnos como sociedad, incorporando la emoción al pensamiento, fomentando una relación armónica entre nuestra sexualidad, nuestra individualidad y el entorno social.
Se trata de que la corporalidad, la emoción y la razón se conecten, para que nuestros cuerpos sean vehículos del compromiso ético con la libertad individual y colectiva, como fundamento de la justicia social.
Espacios seguros para desarrollarnos en paz: no más impunidad de la violencia machista
Por otra parte, urge una ley integral de violencia que se haga cargo de las diversas expresiones de violencia de género que vivimos, visibilizando las causas de estas violencias: estereotipos de género funcionales y necesarios para el buen funcionamiento del engranaje de la injusticia.
Quienes tratan de reducirnos a una pequeña elite de mujercitas enojadas por pequeñas humillaciones, solo retrocederán si logramos que todas seamos parte de esta lucha, desde las actrices y guionistas que denunciaron a Herval Abreu; las trabajadoras discriminadas por sus embarazos en Radio Bío Bío; las que hemos vivido abortos clandestinos; las y los menores abusados, Sofía, Ámbar y la infancia encerrada en el SENAME; las mujeres que sufren vejaciones, las que al salir de casa temen no volver; las que viven violencia en el pololeo, o “violencia intrafamiliar”, y las que nos dejaron a causa de feminicidios que nos recuerdan que ser mujer es peligroso.
A través de la explicación pedagógica del vínculo entre estereotipos, violencia como medio de control y la feminización de la pobreza como expresión de la precarización las mujeres, podremos reconocernos como un colectivo que ha vivido opresiones inaceptables, y podremos lanzarnos a una movilización que no solo pare las universidades y colegios, sino que paralice trabajos, servicios públicos, hogares enteros. Imagínate una plaza llena de mujeres hablando de sus experiencias, imagina que deciden no ir a trabajar ni hacer tareas de la casa, imagínalas con nosotras convocando a una paralización. No es tan difícil, estamos cansadas, violentadas y enrabiadas, pero también por fin estamos reconociéndonos en la experiencia de la otra, estamos abriendo los ojos. Una ley integral contra la violencia tiene que ser un medio para señalar el fondo de toda esta injusticia, y tiene que ser una conquista que mejore nuestras vidas, para que sigamos abriendo conciencias y luchando contra injusticias.
No tengamos miedo a la política, porque al decirnos que lo personal también es político, el feminismo amplió nuestro horizonte. Hagamos política con otras lógicas, con unidad en nuestra diversidad. Juntas podemos abrir paso a un feminismo emancipador, intergeneracional, pedagógico y radical en su crítica anti patriarcal. Esta ola solo será un océano cuando todas seamos parte. Vivimos un momento pedagógico invaluable que debemos aprovechar, para que este país abrace al feminismo como alternativa de amor, respeto y justicia social. VER: http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2018/05/20/momento-del-feminismo-que-la-ola-se-convierta-en-oceano/
Feminismo chileno vive su revolución más importante en 40 años
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Paulina Sepúlveda Garrido, La Tercera.- Desde las peticiones sociales de los 80 que, según académicos, Chile no experimentaba un movimiento de género tan fuerte. Historiadoras y sociólogas afirman que se trata de una “tercera ola” feminista, que sería la más grande registrada en el país.
“Si no les pides a los hombres que lleven tacos, tampoco lo puedes pedir a nosotras”, dijo la actriz Kristen Stewart (Crepúsculo) cuando se sacó sus zapatos e ingresó descalza por la alfombra roja del Festival de Cannes, la semana pasada, desafiando el protocolo del evento.
Protestas como estas se están multiplicando en el mundo. Las mujeres piden igualdad. En organizaciones de hace décadas y otras más recientes, las demandas se repiten en Zimbabue y Uganda. Se escuchan en Filipinas, y en México, Perú, Honduras y en toda Europa.
Las reivindicaciones feministas abandonaron las cátedras y ahora inundan no solo las calles, sino también las redes sociales.
Un fenómeno con tres hitos recientes. El primero fue Ni Una Menos, movimiento que nació en Argentina en octubre de 2016, en repudio a la violación y asesinato de una joven en Rosario.
Protesta por la violencia contra la mujer, a la que Chile se sumó con multitudinarias marchas.
Un año después se dio el segundo hito, con las denuncias por abusos sexuales en contra de Harvey Weinstein, productor de cine y teatro norteamericano. Eso impulsó una campaña viral en redes sociales para denunciar en todo el mundo con miles de adherentes: #MeToo (Yo También).
El tercer hito data de fines de abril con la sentencia de la Manada, en España, donde cinco hombres acusados de violar a una joven de 18 años en la fiesta de San Fermín, en julio de 2016, solo fueron sentenciados por abuso sexual. Miles de personas salieron a las calles indignadas.
Tercera ola
El mundo vive una revolución feminista sin precedentes. Y Chile también. En abril, la Facultad de Humanidades de la U. Austral de Valdivia inició una toma feminista. Reclamaban por los casos de acoso y abuso sexual en la institución.
A esa primera acción se plegaron otras universidades. Hoy suman más de 15. Todas coinciden en rechazar la discriminación respecto a sus pares hombres, que no cuentan con protección frente al acoso sexual, y en criticar la educación sexista presente en currículos y en el aula.
El movimiento congregó a miles de personas en marchas el pasado 16 de mayo, en varias ciudades del país.
Esto es la “tercera ola feminista”, dice Teresa Valdés, socióloga, feminista y coordinadora del Observatorio Género y Equidad. La primera, sostiene, fue en la mitad del siglo XIX y principios del XX, con el sufragismo. Ahí se exigía la igualdad en su condición más básica: existir como ciudadana. “Hasta esa fecha, las mujeres no eran ciudadanas en cuanto a poder decidir en los asuntos públicos”, señala.
Cuando se habla de “olas feministas”, explica Valdés, se hace referencia a momentos cúlmines de demandas para el conjunto de la sociedad con un impacto visible. Es por ello, indica, que pese a que se ha nombrado a la Revolución Francesa como una primera ola, se cuestiona si en realidad lo fue. “La Revolución Francesa no se considera como ola feminista, no ha sido analizada en esos términos. Entre la Revolución Francesa y las peticiones por sufragio, pasaron siglos. En términos de movimiento social y continuidad, se ha ido descubriendo que existieron planteamientos significativos, pero no fue un movimiento feminista”, afirma.
María José Cumplido, historiadora de la Biblioteca Nacional, señala que en el caso de Chile, la primera ola se materializa en 1949 con la Ley del Sufragio Femenino Universal, “y tuvo características más bien de elite”.
La segunda ola se vivió posterior a la mitad del siglo XX. “Tiene que ver con la posguerra y la vuelta a casa de las mujeres, y con manifestar la rabia de que ellas también existían”, dice Valdés. Simbolizada con la píldora anticonceptiva, “fue un grito de libertad en la vida privada”, agrega.
En los años 60, principalmente en EE.UU., se expresó “sobre todo en la liberación sexual. Pero en Chile se vio aplastada por la dictadura”, manifiesta Cumplido.
Por eso, Chile vive su propia segunda ola en los 80, dicen las académicas. Después de tres décadas de lograr el voto, el foco fue el contexto político. “Tiene que ver con democracia en el país y en la casa. Eso es súper importante porque es el ingreso del tema de la igualdad en el espacio privado, y tiene que ver con sexualidad, con distribución de los roles y con acceso al trabajo”, indica Valdés.
Chile hoy vive una tercera ola, coinciden las especialistas. El actual movimiento saca del espacio privado la violencia hacia la mujer y alerta que ocurre en el espacio público, “donde por el hecho de ser mujer estás expuesta a un montón de violencia y de acoso”, acota Valdés.
“Es el movimiento feminista más grande de la historia de Chile, en cuanto a su extensión y visibilidad, y está enfocado principalmente en terminar con la violencia hacia las mujeres. La violencia tanto física y también la simbólica, que tiene que ver con toda la discriminación y las desigualdades que una vive desde el colegio”, sostiene Cumplido.
Para Mónica Peña, académica de la Facultad de Psicología de la U. Diego Portales (UDP), se trata de “un movimiento político que tiene vocación de ser un cambio cultural”.
Es esperable que tenga un correlato en la política, dice Cumplido. Ya lo tiene en la discusión pública. “Tiene que ver en cómo pensar el feminismo como marco teórico de la política”, plantea. En ese sentido, ejemplifica, se requiere cambiar el sistema de pensiones, porque las más discriminadas son las mujeres. “Lo mismo en la educación, porque está separada para hombres y mujeres; lo mismo en la salud, en la igualdad de salario, en el trabajo doméstico. Tiene un componente político de cómo se puede mejorar la vida cotidiana de las personas y de las mujeres en particular”.
Transversal
El fenómeno es global. Pero también se aprecia una localidad propia en las demandas en Chile, indica Peña. “La educación chilena es tremendamente conservadora y las entidades educativas son caldo de cultivo para los abusos, porque son muy jerárquicas”, acusa. Pero, además, las mujeres llegaron mucho después a ese espacio y “estamos en proceso de integrarnos”.
En EE.UU. el descontento partió por los abusos en el espacio laboral, “pero en Chile tiene la visibilidad del movimiento de la calle, y en Estados Unidos no necesariamente. Solo después de que ganó (Donald) Trump han aparecido las mujeres en la calle”, señala Valdés.
Las exigencias actuales son un acontecimiento tan relevante, sostiene Peña, que nadie queda indiferente. “En muchos casos hace resignificar lo que era tu vida. Empezamos a entender que situaciones que nos ocurrieron sí fueron abuso”, explica.
Y si bien se pide igualdad en todos los ámbitos, la conciencia femenina de sus derechos no es de ahora. Antes se naturalizaba, pero existía el mismo nivel de malestar, dice Peña. “El malestar siempre ha estado, solo que hoy se puede manifestar. Hemos salido de una cultura autoritaria a una más diversa, y culturalmente hay nuevos lenguajes para entender procesos que antes no les podíamos poner palabras”, afirma.
Para todos los ámbitos debería representar un remezón, agrega Carolina Carrera, psicóloga de Corporación Humanas. Hoy se está conversando en los hogares de los abusos, “pero antes lo hablábamos entre mujeres, y nuestras abuelas les enseñaron a sus hijas a prepararse para situaciones complejas”.
Se trata de un momento “tremendo y trascendental”, califica Carrera. “Hace cinco años, quienes nos identificábamos como feministas no éramos muchas. Se decían cosas como que las feministas eran feas o que están en contra de los hombres y eso no es así. Cada vez más mujeres jóvenes se definen como feministas”.
Las demandas sociales se expanden, dice Carrera, porque afecta a todas. “El movimiento cruza todas las universidades públicas y privadas, y eso marca algo importante porque lo visibiliza como transversal. El miedo a ser violadas, golpeadas y el miedo a caminar por la ciudad de noche sola es de todas”, manifiesta.
Otra característica es que se difunde y conoce más fácil gracias a internet. Hay un mayor acceso lo que está pasando en otros países, señala Cumplido. “Vimos lo de Hollywood, y al tener acceso a esa información una puede decir ‘a mí también me pasó eso’”, acota.
Pero, además, como en el fondo pide el fin de la violencia contra la mujer en todas las áreas, genera empatía, “porque todas las mujeres han vivido algún episodio de violencia en su vida, sino todos los días, por ejemplo ser acosada o tocada en el transporte público es algo que les pasa a muchas mujeres”, dice Cumplido.
Cambios en las relaciones
Lo que están diciendo las jóvenes hoy es “se acabó”, plantea Carrera. “Y eso exige que los hombres tienen que aprender a relacionarse de una manera absolutamente distinta con las mujeres”, agrega.
Francisco Aguayo, psicólogo e investigador en masculinidades, señala que a muchos les cuesta entender que las mujeres caminan con miedo por la calle, “no entienden que una mujer en el espacio público puede ser acosada varias veces en el día o en la semana, que esto les ocurre desde niñas”.
Eso ocurre, dice Aguayo, por aspectos culturales, “la violencia sexual y el abuso de poder han estado muy invisibilizados y naturalizados”.
Francisco Maffioletti, del magíster en Psicología Jurídica UDP, indica que como consecuencia de todo el revuelo social, hoy se cuestiona lo que antes se consideraba “normal”. “Hoy algunas reivindicaciones de género apelan a que los baños de hombres incluyan espacios para mudar a los hijos. Que los permisos de posnatal puedan ser usados también por los “padres” (y no solo cinco días) o que un hombre se pueda depilar, teñir el pelo, hacer una cirugía o intervención estética, etc. VER: http://www.latercera.com/tendencias/noticia/feminismo-chileno-vive-revolucion-mas-importante-40-anos/172111/
Capitalismo y Patriarcado: aliados perfectos para la opresión de la mujer
San Salvador, El Salvador, miércoles 23 de mayo de 2018, por Xenia Barrera, Militante Bloque Popular Juvenil.- La opresión de las mujeres tiene raíces históricas profundas, y se manifiesta de maneras muy sutiles y diversas en todas las áreas de la vida de la mujer, desde el área económica hasta la social, cultural y política.
Las primeras expresiones de esta opresión y discriminación hacia las mujeres por parte de los hombres la encontramos con la aparición de la sociedad dividida en clases, Engels explica que “el primer antagonismo de clases que apareció en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en la monogamia; y la primera opresión de clases, con la del sexo femenino por el masculino”. En la sociedad primitiva la mujer se quedaba en casa destinada al cuidado y a la procreación, y el hombre trabajaba en la agricultura y la ganadería, esta división del trabajo en un primer momento no significaba ningún tipo de opresión.
Sin embargo, cuando esta sociedad comenzó a tener un desarrollo material fue produciéndose un excedente, el cual quedaba en manos del hombre pues era quién lo producía a partir de su trabajo (ganadería, agricultura), esto permitió que la mujer quedara sometida económicamente al hombre, y esta condición de dependencia es el inicio de la opresión de los hombres sobre las mujeres. Es en la base de esta opresión donde surge el sistema patriarcal, el cual persiste hasta nuestros días y junto al capitalismo son los aliados perfectos para la opresión de la mujer. Pero ¿qué es el sistema patriarcal? Es mayormente conocido como patriarcado y se entiende como el gobierno de los padres. Es un tipo de organización social donde la autoridad la ejerce el varón de la familia, por lo tanto, la familia es la primera institución socialmente establecida donde se pone en evidencia el sistema patriarcal, Engels mismo ponía de manifiesto que “el surgimiento de la familia nuclear es la derrota del sexo femenino a nivel mundial” (Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado).
Pero esta autoridad del varón no solamente ocurre en el ámbito privado de la familia, sino también se extrapola a la vida pública y se ha estructurado e institucionalizado durante siglos mediante las diferentes instituciones económicas, costumbres, creencias religiosas y culturales, leyes, etc. Por tanto, el patriarcado está relacionado con las relaciones de dominación y explotación –material y cultural– que los hombres ejercen sobre las mujeres, y aunque se ha manifestado históricamente de diversas maneras en los distintos modos de producción es con el capitalismo donde se estructura de manera más clara y organizada. Por su misma naturaleza, el patriarcado es difícil de erradicar pues es un tipo de dominación con profundas formaciones ideológicas que se han “normalizado” a lo largo de siglos de opresión.
Por un lado, el patriarcado es el que normaliza a la mujer como débil, incapaz, sumisa, devota, como la que debe atender y cuidar a su esposo e hijos, como la que debe callar y obedecer; y por otro lado otorga al hombre como fuerte, capaz, valiente, proveedor, líder, otorgándole estatus y reconocimiento, promoviendo de esta manera la desigualdad. Ahora bien, ¿de qué manera capitalismo y patriarcado logran integrarse perfectamente para profundizar la situación de opresión de las mujeres? El desarrollo del capitalismo dio paso a la separación del espacio para la producción en la fábrica o empresa, y el espacio para la reproducción humana en el hogar.
La producción toma un carácter público y es ejercida por los hombres, y la reproducción toma un carácter privado y es ejercida por las mujeres. Por este carácter privado, la reproducción -que tiene que ver con el trabajo doméstico- es poco reconocida ante la sociedad y de esa manera el papel de las mujeres se ve reducido a la nada.
Esto favorece a los intereses del capitalismo pues el trabajo que las mujeres hacen en el hogar además de no ser valorado, por razones patriarcales, tampoco es remunerado y esto significa más ganancias. En este sentido, ambos sistemas están basados en la explotación y dominación y por eso sus intereses cazan perfectamente, perpetuándose uno a otro: mientras el capitalismo oprime a la mujer basado en la explotación de su clase, el patriarcado lo hace basado en la dominación de su género. No se puede ser reduccionista y pensar que la emancipación de la mujer se consigue eliminando las condiciones económicas de explotación únicamente, ni tampoco solamente eliminando las condiciones ideológicas de dominación, sino más bien la lucha debe ser contra los dos enemigos potenciales, de otra manera seria una lucha incompleta. La consigna que defendemos las mujeres marxistas es que el patriarcado y el capitalismo como sistemas ideológicos y económicos deben superarse, sustituyéndolos por el sistema socialista que brindará las condiciones para eliminar progresivamente todo rezago de desigualdad existente. VER: https://bloquepopularjuvenil.org/capitalismo-y-patriarcado-aliados-perfectos-para-la-opresion-de-la-mujer/
Brecha salarial de Género: La deuda pendiente de Chile con las Mujeres
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Paula Tupper, La Nación.- La brecha salarial entre hombres y mujeres ha aumentado en los últimos dos años alcanzando un 31,6%. Esto ubica a Chile como el país de Latinoamérica donde hay una mayor diferencia junto con Brasil.
A pesar de que Chile ha avanzado en equidad de género en ámbitos como el ingreso a la educación, el país aún tiene muchas deudas pendientes con las mujeres, entre ellas la abismante brecha salarial que sufren frente a sus pares hombres.
Según el informe de brecha de género del Foro Económico Mundial publicado en 2015, Chile se ubica en el lugar 131 a nivel mundial en el ránking de países sobre inequidad salarial entre hombres y mujeres por el mismo trabajo. Esto posiciona al país como el segundo con mayor brecha en Latinoamérica, superado solo por Brasil, que se ubica en el lugar 133.
De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la brecha salarial entre hombres y mujeres en 2016 fue de un 31,7%, lo que significó un mínimo aumento respecto de 2015, pero un aumento de 2 puntos en comparación con 2014.
Miguel Urrutia, académico del departamento de Sociología de la Universidad de Chile, señaló a La Nación que existe una paradoja si uno contrasta el acceso a la educación y la brecha salarial. “Eso nos habla de que tal acceso a la educación no es muy relevante para las posiciones sociales que se ocupan posteriormente, porque además el salario también es un reflejo de ocupar los cargos más o menos calificados dentro de la estructura laboral”.
Cambio cultural y legislación
Actualmente la Ley Laboral establece la igualdad salarial entre hombres y mujeres que desempeñan la misma función, pudiendo fijarse diferencias sólo en cuanto a cuestiones de capacidad, responsabilidad, calificaciones o productividad.
Sin embargo, esta ley ha sido objeto de observaciones por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) desde el punto de vista de su eficacia práctica, lo que queda reflejado en las cifras del INE. Por esto, la Comisión de Trabajo y Previsión Social despachó en junio de este año un proyecto de ley que modifica el Código del Trabajo en materia de discriminación e igualdad de remuneraciones de hombres y mujeres. Sin embargo, el proyecto aún no ha sido discutido en la Sala.
Urrutia cree que las razones por las que persisten las brechas, se deben sobre todo a “una índole cultural que es fundamental. Y creo que son las causas más duras que no se pueden eludir (…) Son profecías autocumplidas, es decir, en el fondo hay una concepción de las mujeres que las instala en ciertas labores menos calificadas, en ciertas funciones que son menormente remuneradas”.
Para el académico es importante que la legislación salga del paradigma de la libertad y la flexibilidad y debe exigir “condiciones irrenunciables. Y para las mujeres en particular, igualar entre hombres y mujeres esas condiciones irrenunciables”.
Por su parte, Alejandra Bustos, académica de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad San Sebastián, señaló a La Nación que “se han realizado esfuerzos para terminar con la brecha salarial existente en materia legislativa, sin embargo, el desconocimiento de estos mecanismos, sumado a las políticas de las empresas que establecen dichas diferencias, hacen de la problemática una práctica normal y aceptada, o que pasa desapercibida dentro del contexto del trabajo. La diferencia salarial es algo de lo que se habla, pero sobre lo que se hace poco”.
La académica coincide con Urrutia en que debe haber un cambio cultural: “Es compleja la función que cumple la norma cuando los problemas que intenta solucionar son de índole social o cultural. Quizás por esta misma dificultad es que, a pesar de la legislación vigente, la discriminación en relación a las remuneraciones que reciben las mujeres trabajadoras aún persiste”.
Maternidad
La maternidad también es considerada por ambos expertos como un factor que influye en la brecha salarial que existe entre hombres y mujeres. “Si vives en una sociedad donde a la mujer se le asigna tan tajantemente el rol de cuidado de los hijos, que sabemos la cantidad de energía que consume, obviamente que las estamos sometiendo a un desafío mucho más intenso que a los hombres. Si finalmente se quiere medir eso, va a ser notorio que la tienes con una mochila en la espalda que pesa 40 kilos más que la que lleva el hombre”, señaló Urrutia.
En ese sentido, señala Alejandra Bustos, es que “para algunas empresas el tener trabajadoras entre su personal implica, según ellos, un mayor gasto, argumentando entre otras razones: la posibilidad de un embarazo, licencias por enfermedad de los hijos, períodos de pre y post natal, etc. Sin poner atención a las ventajas que puede traer tener a una mujer dentro de su equipo de trabajo. Esta visión, que es más un estigma cultural que una realidad, ha generado que esta práctica se haya ido replicando a todo nivel, público y privado”.
El académico de la Universidad de Chile cree que la falta de un cambio cultural es lo que se refleja en la imposibilidad de equiparar los sueldos entre hombres y mujeres. “Se valora mucho ser buena madre pero nunca ser buena madre va a tener un alto salario. Todo aquel imaginario cultural es el que termina reflejándose finalmente en cuestiones estructurales, como esta incapacidad que hemos tenido de reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres, aún en puestos similares”. VER: http://lanacion.cl/2017/08/05/brecha-salarial-de-genero-la-deuda-pendiente-de-chile-con-las-mujeres/
71% de los chilenos apoya la Revolución Feminista y un 65% apoya también las Marchas Públicas
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, El Mostrador.- Movimiento feminista tiene amplio respaldo ciudadano: 71% de los chilenos lo apoya y un 91% cree que hay que seguir avanzando para alcanzar la igualdad. La última encuesta Cadem, correspondiente a la tercera semana de mayo, muestra una importante brecha de la percepción del machismo entre hombres y mujeres: si bien la mayoría de las personas cree que Chile es un país machista (77%), en los hombres ese porcentaje alcanza un 64%, mientras que en las mujeres aumenta hasta un 90%.
Tras una semana marcada por movilizaciones feministas, la última encuesta Cadem, correspondiente a la tercera semana de mayo, mostró que un 71% de los chilenos apoya la movilización, mientras que un 65% apoya también las marchas en la vía pública.
La encuesta muestra una importante brecha de la percepción del machismo entre hombres y mujeres: si bien la mayoría de las personas cree que Chile es un país machista (77%), en los hombres ese porcentaje alcanza un 64%, mientras que en las mujeres aumenta hasta un 90%. En esta línea, un 63% de las mujeres asegura haberse sentido discriminada o violentada alguna vez, porcentaje que sube en el grupo de 18 a 35 años (68%), pertenecientes a un nivel socioeconómico alto (67%), residentes en Santiago (71%), y que se identifican políticamente con la izquierda (77%).
Es por eso que un 91% de la población cree que el país necesita seguir realizando cambios para alcanzar la igualdad. Entre los temas importantes para avanzar en esta materia se identifican la igualdad de remuneraciones entre hombres y mujeres, una educación que promueva la igualdad de género, y la reducción de la violencia doméstica y abusos sexuales. VER: http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2018/05/22/movimiento-feminista-tiene-amplio-respaldo-ciudadano-71-de-los-chilenos-lo-apoya-y-un-91-cree-que-hay-que-seguir-avanzando-para-alcanzar-la-igualdad/
El machismo sigue presente en la sociedad chilena
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Rocío Montes, El País.- La mayoría de chilenos apoya afirmaciones que desvalorizan el desarrollo profesional de la mujer, según la encuesta del Centro de Estudios Públicos. Pese a que en los últimos años en la sociedad chilena se han abierto debates históricamente silenciados —como la despenalización del aborto, el acoso callejero y los feminicidios—, el machismo parece instalado en las entrañas culturales de la población del país sudamericano. De acuerdo a la encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) dada a conocer el pasado viernes, la mayoría de los ciudadanos apoya afirmaciones que desvalorizan el desarrollo profesional de la mujer, cuyo papel identifican sobre todo con la familia y el cuidado de los hijos.
“Considerando todo lo bueno y todo lo malo, la vida familiar se resiente cuando la mujer trabaja tiempo completo”, fue una de las sentencias. El 61% de los encuestados señaló estar de acuerdo o muy de acuerdo.
Según la información del CEP, la mayor parte de los chilenos apoya las siguientes afirmaciones: “Ser dueña de casa es tan gratificante como tener un trabajo remunerado” (46%), “Tener un trabajo está bien, pero lo que la mayoría de las mujeres en realidad desea es un hogar e hijos” (45%) y “Es probable que un niño en edad parvularia sufra si su madre trabaja” (58%). En este grupo de sentencias apenas en una se advierten percepciones igualitarias entre madres que trabajan fuera del hogar y las que se dedican a su casa: la mayoría, un 57%, piensa que “una madre que trabaja puede establecer una relación tan cálida y sólida con sus hijos como una madre que no trabaja”.
En abril de 2012, el CEP hizo el mismo grupo de preguntas y, aunque las percepciones machistas han retrocedido respecto de hace cinco años, la disminución ha sido leve si se observan los cambios sociales que se han registrado en los últimos años. Asuntos como la violencia machista y el acoso callejero se han instalado en la sociedad. En 2013, por ejemplo, los chilenos eligieron a una mujer, Michelle Bachelet, por segunda vez como su presidenta.
Aunque no es claro que este Gobierno pueda cumplir con su promesa de campaña de despenalizar el aborto en tres supuestos —peligro de vida de la madre, malformación fetal y violación—, de acuerdo a la encuesta de CEP un 27% cree que las interrupciones del embarazo deben estar siempre prohibidas, un 49% estima que solo deben estar permitidos en casos especiales y un 21% piensa que “debe ser una opción para las mujeres en cualquier caso”.
En un país donde este 2017 se han producido 31 feminicidios y una mujer de 68 años fue quemada viva hace dos semanas en el sur del país, la mayoría de la población sigue teniendo percepciones machistas con respecto al papel que deben tener las mujeres como proveedoras económicas de los hogares. La mayoría de los encuestados, un 46%, estima que puede haber problemas en la pareja si la mujer gana más dinero que el hombre. Un 79%, sin embargo, piensa que tanto el hombre como la mujer deben contribuir al ingreso familiar y un 51% no cree que labor de un hombre sea ganar dinero y la labor de la mujer sea cuidar del hogar y la familia.
La encuesta del CEP desveló también que determinados aspectos racistas siguen presentes en la sociedad chilena y que incluso han aumentado. En 1982 los extranjeros representaban el 0,7% de la población, actualmente llega al 2,7%.
Extranjeros y criminalidad
De acuerdo al sondeo, un 41% de los encuestados piensa que los inmigrantes elevan los índices de criminalidad, lo que representa un aumento respecto de 2003, cuando un 35% apoyaba esa sentencia. De acuerdo a la información oficial, apenas un 1% de los extranjeros en Chile ha sido detenido por cometer algún delito.
En paralelo, un 40% de la población piensa que los extranjeros le quitan el trabajo a los chilenos. Según el sondeo, sin embargo, la mayoría de la población piensa que los inmigrantes mejoran la sociedad chilena con nuevas ideas y culturas (35%), que “los inmigrantes legales que no son ciudadanos deberían tener los mismos derechos que los ciudadanos chilenos” (50%) y que “los inmigrantes están más dispuestos a trabajar” (65%). VER: https://elpais.com/internacional/2017/06/05/america/1496638530_267332.html
La Revolución Feminista va a ser una lucha larga, como todas las revoluciones, porque al final se están peleando espacios de poder
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Marco Fajardo, El Mostrador.- Testigos del cambio de época: directoras de cine adelantan que lucha feminista será de largo aliento. Ellas han retratado las problemáticas de la mujer en sus obras. Marcela Said mostró el machismo brutal existente en Chile en su película "Los perros", que cuenta la historia de amistad entre una mujer de clase alta y un ex militar involucrado en los crímenes de terrorismo de Estado. Constanza Figari, en el filme "Siete semanas", abordó el calvario que sufre una joven que evalúa someterse a un aborto. En tanto, Marialy Rivas, en "Joven y alocada", habló sobre una chica que vive libremente su sexualidad. "Va a ser una lucha larga como todas las luchas, como todas las revoluciones, porque al final se están peleando espacios de poder, y porque hay gente que tiene que soltar el poder. Eso siempre es complejo", dice esta última.
No es una época de cambio, sino un cambio de época. Eso es lo que ven tres directoras de cine en medio del mayor movimiento feminista de los últimos 40 años en Chile, surgido en un contexto mundial y nacional particular y la vigorosidad de las redes sociales.
Las tres han retratado las problemáticas de la mujer en sus obras. Marcela Said (1972) mostró el machismo brutal existente en Chile en su película Los perros (2017), que cuenta la historia de amistad entre una mujer de clase alta y un ex militar involucrado en los crímenes de terrorismo de Estado. Constanza Figari (1991), en el filme Siete semanas (2016), abordó el calvario que sufre una joven que evalúa someterse a un aborto. Y Marialy Rivas (1976), por su parte, en Joven y alocada (2012), habló sobre una chica que vive libremente su sexualidad.
"Va a ser una lucha larga como todas las luchas, como todas las revoluciones, porque al final se están peleando espacios de poder, y porque hay gente que tiene que soltar el poder y nadie lo hace así nomás", reflexiona Rivas.
"Eso siempre es complejo, porque implica postergarse, que es lo que han hecho las mujeres por milenios. Implica que los hombres den un paso a un lado, pero no sé si lo van a lograr", agrega.
Acoso y humillación en los 80
Said salió recientemente a la luz al denunciar el acoso que sufrió a manos de un académico de la Universidad de Chile cuando estudiaba Artes, a los 18 años. Una colega suya, la documentalista Carmen Luz Parot, reveló la humillación que sufrían las mujeres en la cátedra de Jaime Guzmán, durante las clases de Derecho en la Universidad Católica.
"Desde muy chica tuve un conflicto con lo femenino, porque me daba cuenta de que las cosas que me gustaban no eran para mí, porque la sociedad lo decía así", recuerda Figari. "Con el tiempo me di cuenta de que el problema no era yo, sino una sociedad estructurada hace miles de años para tratarme como una persona de segunda clase", añade.
Estos testimonios salen a la luz en medio de las tomas feministas de 20 universidades, así como la que realizaron las alumnas de dos liceos de mujeres en el Instituto Nacional. Y fueron precedidas de las denuncias de acoso de académicos en varias casas de estudio, que también afectó a Herval Abreu, el "zar de las telenovelas".
Antes conmovió el caso de Nabila Riffo –cuyo marido fue condenado a 26 años por atacarla y sacarle los ojos–, y de Ámbar Lazcano, una pequeña de apenas un año y siete meses, violada y asesinada por un tío. Menos dramático, pero no con menos simbolismo, fue el caso de la "muñeca inflable" regalada al entonces ministro de Economía Luis Céspedes, en una cena empresarial, por la asociación de exportadores (Asexma) en 2016, para "estimular la economía". Hoy, repetir esa escena resulta impensable.
"Chile por fin está despertando de una somnolencia donde ha estado muchos años", celebra Figari.
Un país intolerable
En Chile hay 370 mil mujeres más que hombres, según el último Censo, pero el sexo femenino gana, en sueldos, en promedio un 32% menos que el masculino. Un 75% de los menores abusados está constituido por niñas y en 2017 hubo 42 femicidios, casi uno por semana.
"Los chilenos somos muy abusados, por el capitalismo, por trabajos precarios. Comemos a crédito, en un país carísimo. Estamos bajo presión y hay demasiadas cosas intolerables", reflexiona Said.
Ella también destaca que el acoso donde más ocurre es en las personas que tienen menos recursos, "en las mujeres que tienen que tomar la micro y un tipo las sobajea. En aquella que tiene que caminar sola en la noche y le da miedo que la violenten", señala.
"El machismo ha sido particularmente violento en Chile, estructural. Se pensaba que era normal cierto tipo de humillaciones", como las frases arquetípicas "calladita se ve más linda" o "las mujeres manejan mal".
Sufrimiento mundial
Que el acoso ocurre en todos lados lo demuestra, a nivel mundial, el caso del productor cinematográfico Harvey Weinstein, ganador de más de un Oscar, acusado por varias actrices de abuso y violación. Su empresa desapareció y él mismo fue borrado del mapa cinematográfico. El caso dio origen al movimiento MeToo, en el marco del cual miles de mujeres alrededor del mundo dieron testimonio de los acosos que han sufrido.
En el mundo, de forma simultánea, creció la campaña NiUnaMenos de Argentina, surgida para denunciar los femicidios en ese país.
Y también conmocionaron casos como el de La Manada, en España, donde cinco hombres –entre ellos un policía y un militar– violaron a una joven indefensa en medio de una fiesta local.
"La mujer ha sido vista como un ser inferior. Lo digo por experiencia personal y de amigos cercanos: las familias se estructuran de tal forma que el hombre es lo más importante. Eso ha permitido, por ejemplo, que cualquier hombre que vea a una mujer ebria se sienta con derecho a tocarla, algo que le ha pasado a muchísimas chicas. O que los hombres crean que las mujeres deben alegrarse si te piropean en la calle", lamenta la directora de Siete semanas.
"Llegó la hora de decir basta. Esto no tiene vuelta atrás. La gente que no quiere entender, va a tener que entender", enfatiza Said.
El dique que se derrumbó
Hoy la situación explotó a nivel mundial, y también en Chile.
"Había un dique sosteniendo mucha agua, y de repente se fisuró, se derrumbó y salió esta marejada de denuncias, de conciencia", explica Rivas. "Hay dos mil años de acumulación", recalca.
¿Cuál ha sido el gatillante?
"Internet y las redes sociales tienen mucho que ver", responde Said. "Ya vimos el papel de las redes en la Primavera Árabe. Hoy puedes bajar una película en el día", puntualiza.
"Gracias a las redes sociales, las denuncias se pueden hacer en un lugar donde no necesariamente van a ser desestimadas, como sucede a veces en la policía. Han dado ese espacio", coincide Figari.
Las consecuencias son enormes. "El cambio cultural que viene, de paradigma, es fuerte", anticipa Said, mientras que para la realizadora de Joven y alocada lo que se viene es "una toma de conciencia social total".
Ella cree asimismo que el Gobierno de Piñera también ha tenido su cuota de responsabilidad, al intentar revertir, por ejemplo, la conquista del derecho al aborto.
"Es machista, es misógino", dice, mientras recuerda la broma de "háganse las muertas": en un acto electoral en 2017, en Linares, el actual Mandatario realizó una particular broma sobre la violación con la frase “las mujeres se hacen las muertas y nosotros nos tiramos encima”. "Da mucha más rabia y sabes que tienes que salir a la calle a defender cada centímetro ganado", señala.
Piñera, que tuvo que enfrentar el Movimiento Estudiantil durante su primer mandato, deberá confrontar al Movimiento Feminista en el segundo.
En el arte
La reflexión que han hecho estas artistas en sus obras es patente. Por ejemplo, en Los perros el personaje principal enfrentaba "este machismo, las bromas, el paternalismo y el patriarcado, del cual todas las mujeres hemos sido víctimas, pero no todas nos hemos dado cuenta", según su directora, residente en París.
"En el extranjero me preguntaban si el machismo que yo mostraba estaba un poco exacerbado, pero es así. Los propios chilenos no se han dado cuenta del nivel de machismo que existe en nuestro país. Es una de las razones por las que decidí vivir afuera", expresa.
Said actualmente prepara Eva, una instalación educativa para reflexionar sobre feminicidio en Chile. Inspirada en el caso de Nabila Riffo, el objetivo es que sea presentada a fin de año en la feria del arte Chaco y que recorra varios colegios.
"El arte es el termómetro de la sociedad. Cuando uno está creando, a veces anticipa, aunque no sea querido", comenta.
"Yo cuento historias de mujeres, porque solo eso ya es radical, porque hay pocas historias de mujeres contadas por mujeres. Es triste, porque es la mitad de la población", plantea la directora de Joven y alocada.
Ella da unas estadísticas desoladoras: en los museos del mundo hay un 4% de artistas mujeres de obra permanente; solo un 7% de los cineastas son mujeres; y en las películas, el 87% de los diálogos son hablados por hombres.
"Al retratar solo a la mitad de la humanidad, se pierden temáticas importantes de reflexionar en la pantalla. Hablar de mujeres es un acto político", afirma Figari.
"Siempre en las películas muestran a la mujer como vehículo del deseo masculino, no como una persona con búsquedas y deseos propios. Está bien que exista esa mirada, la del hombre, heterosexual y blanco, pero no puede ser hegemónica. Nos hace mal a todos", advierte Rivas.
En ese sentido, su cinta Princesita, que cuenta la historia de una niña en una secta que es entregada a su líder, es "un relato metafórico de la historia femenina, donde los hombres deciden cuál es el destino de una mujer mientras les sirva a ellos".
La directora de Siete semanas destaca que, en su caso, quiso hablar del aborto porque "es una metáfora de los derechos coartados solo por ser mujer. Allí ella decide por sí misma y es juzgada por eso", añade.
Optimismo
Sobre el futuro, Figari –cuyo próximo filme es sobre una relación entre madre e hija– es optimista.
"Esto no tiene marcha atrás. Siempre nos acordaremos de mayo del 2018 como el mes feminista de Chile. Ojalá sea el comienzo de un cambio cultural, en Chile y el mundo. Es la primera vez que siento que las cosas pueden cambiar y me emociono con las noticias que veo, leo y escucho. Es muy emocionante, porque durante mucho tiempo nos han dicho que no es así. Siento que las mujeres se sienten más acompañadas, entendidas y menos juzgadas", sostiene.
"Es un proceso duro para todos, porque las mujeres se dan cuenta de que los hombres que aman han tenido conductas abusivas con ellas, y duro para los hombres, porque tienen que revisar cuando se han sobrepasado. Pero es sano", afirma. VER: http://www.elmostrador.cl/cultura/2018/05/22/testigos-del-cambio-de-epoca-directoras-de-cine-adelantan-que-lucha-feminista-sera-de-largo-aliento/
Encuesta Cadem revela que hay mayor machismo en el trabajo, la política, el humor y la TV
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, El Mostrador.- El estudio muestra que el 63% de las mujeres encuestadas han sentido discriminación de género. En cuanto a las tomas y marchas en la vía pública, el apoyo baja considerablemente. Hoy, existen al menos 17 universidades en toma en el país, se hizo una marcha en contra de la educación sexista y la violencia machista, y se han producido numerosas protestas a nivel nacional en cuanto a la misma tónica.
El movimiento feminista, el cual busca luchar y exigir derechos básicos de la mujer, se ha llevado la atención del país, teniendo al parecer una aceptación en la población. Esto, ya que los resultados de la última Encuesta Cadem arrojaron que alrededor de un 71% de la población apoya esta movilización.
Según consigna La Tercera, este apoyo supera el porcentaje de aprobación que tiene el movimiento estudiantil en la población, el cual alcanzó un 60% a fines de abril.
Dentro de otros datos interesantes en los resultados de la encuesta, se obtuvo que la mayoría de las personas cree que Chile es un país machista, sin embargo, en hombres esta afirmación alcanzó un 64%, mientras que en mujeres un 90%.
Karen Thal, gerenta general de Cadem, explicó a dicho medio que "este es un movimiento que llegó para quedarse, porque es transversal y genera apoyo en todas las edades y en todos los sectores políticos", pero además agregó que "todavía hay una mirada por parte de los hombres de que hay cosas que son una exageración, mientras que las mujeres las perciben claramente como machismo".
La encuesta, que se elaboró con una muestra de 700 casos, estableció que los lugares donde se percibe mayormente el machismo son el trabajo, la política, el humor y la televisión.
También se estableció que la discriminación de género es mayormente percibida en Santiago y por mujeres que se identifican con la izquierda, con un 77% de las mujeres, en contraposición al 49% de las mujeres identificadas con la derecha que reconocieron un trato discriminatorio.
Por último, a pesar que el movimiento feminista cuente con un amplio apoyo, en el caso de las marchas en la vía pública todo baja a un 65%, mientras que la aprobación de tomas en universidades y colegios sólo llega a un 31%. VER: http://www.elmostrador.cl/braga/2018/05/20/encuesta-cadem-revela-que-hay-mayor-machismo-en-el-trabajo-la-politica-el-humor-y-la-tv/
Las demandas tras las tomas feministas en universidades
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Paula Yévenes, La Tercera.- Educación no sexista, cambios en mallas curriculares, capacitación en materia de igualdad de género y un ministro como interlocultor son algunas de las exigencias que plantea el nuevo movimiento.
A eso de las 9 horas, en la Facultad de Derecho de la U. de Chile figuran cientos de mujeres sentadas en un semicírculo en el patio central. Todas levantan la mano, todas quieren opinar y son escuchadas en un ambiente de completo respeto. A la entrada del recinto, desde el pasado viernes 27 de abril cuelgan lienzos que rezan frases como “hermana, yo sí te creo” y “queremos espacios seguros para todas”. Estos mensajes se replican en los frontis de varias facultades del país. Quienes están detrás son alumnas con un objetivo común: erradicar la educación sexista y acabar con la violencia de género al interior de los planteles estudiantiles.
El inicio de este histórico movimiento de alumnas partió en la Universidad Austral de Valdivia, luego de que trascendiera que un docente, acusado de acoso sexual en contra de una funcionaria, sería despedido y por ello recibiría una millonaria indemnización. Este hecho detonó la molestia del alumnado y la toma de las dos sedes de la institución (Valdivia y Osorno). Dos semanas después se sumó Derecho de la U. de Chile, y desde entonces la cifra ha ido en alza.
Hasta este martes, 10 universidades tenían carreras paralizadas y/o facultades en toma. Las últimos en sumarse fueron las facultades de Psicología de la U. Diego Portales y de Ingeniería y Ciencias Sociales de la U. de Chile.
“Hemos sido testigos (sic) de distintos hechos de violencia que constantemente viven las mujeres en todo espacio social, y las universidades no son la excepción”, manifestaron las alumnas de Ingeniería, luego de tomarse la torre central de la facultad.
Pero, en lo concreto, ¿cuáles son las banderas por las que luchan las alumnas?
Educación no sexista
El punto principal y en el que todos los planteles convergen es en eliminar la educación sexista. Un concepto amplio, que abarca desde el lenguaje que utilizan los docentes en las clases hasta agregar más bibliografía de autoras femeninas en la lectura complementaria, pasando por quitar el estigma de que algunas carreras son para mujeres o otras de hombres.
Eva Saavedra es vocera de la mesa de coordinación de Trabajo Social de la U. del Bío Bío. En su plantel no existe un protocolo, pero la educación no sexista “es el piso mínimo”, que piensan exigir. “Parte importante de esto tiene que ver con incluir una bibliografía equilibrada en las carreras y que los profesores no hagan ‘bromas’ sexistas, aunque estén en una sala solo con hombres”, sostuvo.
Mejora de protocolos
La creación o mejora de los protocolos internos que abordan las situaciones de acoso y/o abuso; denuncias que se demoran mucho tiempo en ser resueltas y otras que son declaradas inadmisibles son parte central de este problema.
“Hay una gran cifra negra de denuncias que nunca llega a puerto. Pedimos que se baje la discrecionalidad de los fiscales y que se cree una oficina centralizada que se haga cargo de las denuncias de género de manera integral”, planteó Millaray Huaquimilla, vocera de la toma de Derecho de la U. de Chile.
En la U. Católica de Valparaíso rige un reglamento contra acoso desde marzo de este año. Y si bien Valeria Verdejo, secretaria general de la federación de estudiantes, reconoce que es mejor que el de otras universidades, es consciente de que con eso no se soluciona el problema de fondo.
Mallas curriculares
De la insuficiencia de los protocolos nace otra necesidad: que las mallas curriculares sean modificadas para que tengan cursos obligatorios con enfoque de género. En la U. de Chile proponen, en concreto, un ramo optativo para cada carrera, para que cada alumno haya cursado una materia referente a esto antes de egresar. “Esto es muy necesario para que nosotros como futuros abogados, por ejemplo, podamos hacer una sentencia con enfoque de género”, dijo Huaquimilla.
Capacitaciones
Pero la transformación tiene que ser transversal. En varias facultades consultadas las alumnas concuerdan en que académicos y funcionarios deben ser capacitados en materia de igualdad de género. Verdejo señala que la obligatoriedad de esto es clave. “Hoy en la U. Católica de Valparaíso existe un curso de capacitación opcional para estos dos estamentos, pero de poco sirve si solo llegan los que están interesados. Hay que llegar a las personas que creen que el acoso o abuso no es un problema”.
Mujeres a cargo
La presencia de más mujeres en cargos de relevancia, como la rectoría o los decanatos, también es otra de las exigencias. Luna Mansilla, secretaria de comunicaciones de la Federación de Estudiantes de la U. de Concepción, explicó que en su plantel -que se movilizó por denuncias internas y también en apoyo a las alumnas de la U. Austral-, “todos los cargos más relevantes son ocupados por hombres. Los ramos más importantes siempre están a cargo de ellos. Y en facultades como Ingeniería es mucho más evidente”.
Interlocutor
Uno de los puntos que desde Derecho de la U. de Chile se plantea es que para lograr avanzar en sus demandas, requieren de un interlocutor superior. “Hoy día la toma no se baja aunque se destituya a Carlos Carmona, porque va a llegar otro profesor u otro estudiante con esa misma formación. Nosotras aún estamos viendo quién va a ser nuestro interlocutor cuando esto estalle, con quién nos va a tocar sentarnos a negociar. Quizás va a ser el Ministerio de la Mujer o el Ministerio de Educación, una comisión grande. Todo eso lo estamos viendo en términos de la articulación que esta movilización está teniendo”, sostuvo Danae Borax, vocera de la toma.
Ante un movimiento que parece no dar tregua, este martes el Consejo Universitario de la Universidad de Chile sostuvo “que valora y comparte las demandas por igualdad de género y defensa de los derechos de las personas, junto con rechazar la discriminación, la violencia y el acoso sexual en todas sus formas y espacios”.
El organismo sostuvo que pedirán abocarse con la mayor brevedad a proponer nuevas medidas urgentes e indispensables en esta materia. VER: http://www.latercera.com/nacional/noticia/las-demandas-tras-las-tomas-feministas-universidades/157888/
Movimiento Feminista crece y suma respaldos
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, El Ciudadano.- Coordinadora NO + AFP entregó su apoyo a movilizaciones feministas en todo Chile. “Este levantamiento debe servir para avanzar en conquistar un estado de derechos sociales, en beneficio de todas y todos", señalaron las dirigentas, recordando que el sistema privado de cotizaciones "condena a las mujeres a pensiones miserables, luego de trabajar doble y hasta triple jornada”.
El pasado viernes una multitudinaria marcha fue convocada por el movimiento Ni Una Menos, exigiendo el fin de “la cultura de la violación”. Este miércoles 16 la Confech llamó a otra movilización “contra la violencia machista” y por una “educación no sexista”.
En este contexto, la Coordinadora de Trabajadores No + AFP -que ha logrado convocar a miles de personas en torno a la demanda del fin del sistema privado de pensiones- este viernes entregó públicamente su apoyo al histórico proceso de cambio cultural encabezado por el feminismo en nuestro país.
“Saludamos y abrazamos la lucha que están dando cientos de miles de estudiantes contra el sexismo, la discriminación, la falta de derechos y la violencia de género, prácticas tan normalizadas en nuestra sociedad que para muchos no son evidentes. Esta importante batalla que lideran las estudiantes, es un gran impulso por la equidad y el respeto de los derechos de las mujeres”, señalaron en un punto de prensa en la sede de la Confederación Bancaria de Chile.
Diversas dirigentas de organizaciones como la Fenpruss, la Confederación Bancaria, la Coordinadora 8 de marzo, de sindicatos del comercio, universidades y de organizaciones de mujeres y migrantes, entre otras, expresaron su apoyo a las demandas que mantienen las tomas, ocupaciones y paros en diversas universidades y liceos a lo largo de todo el país.
Tras la lectura de un comunicado firmado por la Coordinadora No + AFP, las dirigentas reflexionaron sobre los alcances del patriarcado y cómo esta cultura machista que cruza nuestro país también las afecta en las pensiones y en otros ámbitos, como el acceso al trabajo, las remuneraciones, la salud y la educación. VER: https://www.elciudadano.cl/organizacion-social/coordinadora-no-afp-entrego-su-apoyo-a-movilizaciones-feministas-en-todo-chile/05/18/#ixzz5G3C1KhvF
La ola feminista a cuatro voces
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por L. Ayala, M. Ahumada y F. Velásquez, La Tercera.- Aun en áreas distintas, comparten experiencias similares y un mismo diagnóstico sobre la necesidad de promover políticas activas para facilitar el ingreso de mujeres a nuevos territorios.
Cuatro profesionales que son exitosas en ámbitos considerados tradicionalmente “tierra de hombres” analizan el fenómeno de la “ola feminista” en Chile. Con destacadas trayectorias en sus áreas, la jefa de Alta Complejidad de la fiscalía, Ximena Chong; la premio nacional en Ciencias, Claudia Hidalgo; la teniente coronel del Ejército Bárbara Ojeda y la fundadora de Magistradas de Chile, Francisca Zapata, se suman a las voces que piden más mujeres en espacios de poder.
Ustedes son destacadas profesionales en áreas como la judicial, militar y la ciencia, que tradicionalmente han sido “de hombres”, y quizás hay muchas niñas que hoy no piensen en una carrera en estos lugares. ¿Es un tema cultural?
C.H.: Esa es una pregunta bien interesante, porque tiene que ver con la percepción de las niñas, de lo que es -por ejemplo- el quehacer en ciencia. Hace años se publicó un estudio que lo realizó un amigo, un gran bioquímico brasileño, en que les pedían a chicos de 9-10 años, que dibujaran cómo veían a un científico o científica. La mayoría dibujaron puros hombres solos y trabajando con material de vidrio. Dibujaron la imagen típica del científico loco, con unos pelos así (muestra el pelo desordenado), los ojos desorbitados, qué sé yo. Entonces, claramente ahí había una percepción errada en dos aspectos: primero, que la ciencia ahora no se hace de a uno, se hace en equipo, y segundo, cada vez hay más mujeres. Felizmente creo, porque no los he visto todavía, que hay estudios mucho más recientes en que eso está cambiando. Están apareciendo muchas más mujeres en los dibujos de los niños respecto de la ciencia, respecto de lo científico. Creo también que es responsable la formación en el colegio, en que, en general, no se entusiasma a las mujeres a utilizar a full su intelecto. Para mí, la ciencia es una actividad muy hermosa y muy creativa, sin embargo, en la percepción general, un científico es como alguien muy ensimismado, muy solitario. No se ve este aspecto creativo que tiene el quehacer en la ciencia, en el cual las mujeres lo hacen muy bien.
X.Ch.: La sociedad lo que ha ido haciendo es generar ciertos estereotipos y creo que uno de los déficits que hoy día tenemos, y en los cuales están trabajando varias organizaciones de mujeres, es en que las niñas tengan referentes, en visibilizar el trabajo que las mujeres están haciendo en distintas áreas, porque parte importante de la generación de vocaciones se logra mediante el modelamiento. Los niños necesitan tener modelos a seguir y las niñas también necesitan tener modelos a seguir. Las niñas necesitan que se visibilice la actuación, la actividad que están haciendo científicas como Cecilia, como la María Teresa Ruiz, los aportes que han realizado, y en eso también los medios de comunicación y las organizaciones hoy día están bregando por educación no sexista.
B.O.: La presencia de la mujer como militar propiamente tal es desde el 74. Ahí entra la primera promoción, cuando se crea este escalafón de servicio femenino militar de línea. Este año, a partir del 1 de enero, se suman los primeros lineamientos para un nuevo escalafón mixto que permitirá a las mujeres llegar a ser general. Es decir, desde ahora la mujer que cumple los requisitos está en plena igualdad para llegar a ser comandante en jefe del Ejército. A diferencia de la sociedad con los problemas de que las mujeres tienen menor sueldo, nosotras ganamos lo mismo: a mismas actividades, mismo sueldo. Esa es la apertura que ha ido haciendo el Ejército en estas materias.
¿Cuál es su impresión de lo que se vivió esta semana, de las manifestaciones feministas y estas expresiones que resultan más controvertidas, como liberar sus pechos en la calle?
F.Z.: A mí las estudiantes me parecen fabulosas. Ellas están transmitiendo muy poderosamente los ideales propios del feminismo. La sabia del feminismo está muy emparentada con los ideales de la tradición ilustrada: libertad, igualdad y fraternidad. La Revolución Francesa avanzó justamente con estos ideales, pero las luces de la ilustración finalmente no alcanzaron a las mujeres. Las que pelearon codo a codo con los hombres en ese proceso no fueron visibilizadas, ni como luchadoras, ni después en los espacios de poder. Esto dio lugar a que, por ejemplo, grandes revolucionarias y estudiosas y filósofas de la época trataran de sumar esta visibilización creando, por ejemplo, ‘la declaración de los derechos de las mujeres y las ciudadanas’, pero así fue como le fue a la Olimpia… la ejecutaron. En la era moderna no se nos quema en la plaza pública, pero se nos ridiculiza, se nos trata de exageradas, se nos humilla en nuestra capacidad intelectual, de que nosotras no razonamos bien, se dice ‘están todas locas’, que las hormonas… ese es el fuego que nos alcanza hoy día como brujas, siendo diferentes con este discurso poderoso. Y las chiquillas hoy día están más allá de eso. Ese es el gran problema para el machismo: que estas chiquillas están más allá, de hecho, al punto que muestran lo que tradicionalmente es oculto y es prohibido en algún ámbito. Sabemos que nuestros colegas, nuestros familiares, nuestros amigos ven muchos más pechos desnudos que esos todo el día: en los WhatsApp, en los grupos de amigos, ¡ay, la pornografía! Hasta en los programas de farándula, nadie se escandaliza por la cantidad de pechos que están viendo todos los días, pero se escandalizan si las chicas lo hacen con un sentido político. Ellas son las Olimpia de nuestro tiempo, con la suerte de que afortunadamente nadie se va a atrever esta vez a ejecutarlas. Así es como yo observo este fenómeno. Es la actualización de la lucha en traje moderno o sin traje como, corresponde hoy día.
“Uno de los déficits de hoy y en los cuales están trabajando organizaciones de mujeres es en que las niñas tengan referentes”, Ximena Chong.
¿Cuáles son las muestras de machismo en sus respectivos campos?
B.O.: En la institución había, efectivamente, una conducta machista, réplica de la sociedad. Por eso, para estos temas hemos hecho protocolos, nos hemos juntado, nos han escuchado, qué cosas son las pertinentes y qué cosas no lo son. De cómo tratar, cómo relacionarse, en ese ámbito hemos tenido grandes avances, pero yo también concuerdo en que, efectivamente, esta lucha suma a la necesidad de expresarse. Ese tipo de cosas ya no están permitidas por protocolo y es difícil erradicar esa conducta, porque es algo que viene de la sociedad, de cómo actúan nuestros padres, madres, nuestra familia. Y en el caso, por ejemplo, de casos de acoso sexual, antes se hacía una investigación sumaria, mientras que ahora hay un protocolo para asegurar el debido proceso y la protección a la víctima.
X.Ch.: Probablemente, si nosotras empezáramos a hablar encontraríamos ciertas experiencias transversales. La comandante decía, por ejemplo, la utilización del epíteto cariñoso, de mijita, Ximenita, el apoco, digamos. Que, claro, mirado desde una perspectiva positiva, una puede decir sí, es una forma cariñosa de tratarse. El punto es que probablemente los colegas hombres no se tratan de la misma forma. Es decir, es condescendiente. En definitiva, tiene una carga de poner a la persona en una posición distinta de la posición de igualdad en la que uno se encuentra. Y a lo largo de la vida uno se ha podido encontrar, digamos, con afirmaciones de ese tipo. Incluso, con afirmaciones que muchas veces tratando de ser positivas resultan ser tremendamente negativas y violentas, tales como ‘eres tan inteligente como un hombre’, ‘te siento como una igual’. En la fiscalía se daba, y se ha ido superando paulatinamente, que las mujeres investigaban abusos sexuales y violencia intrafamiliar, porque está esta cosa de la sensibilidad, de la empatía. Mientras que aquellos ámbitos que son de investigación más duras, los homicidios, los delitos financieros, la corrupción, eran investigados por hombres. Cuando nos juntábamos, los fiscales que investigábamos delitos económicos y corrupción, éramos muy pocas las mujeres, porque las materias financieras, de economía, se supone que son propias de hombres. Son temas en los cuales habitualmente tú haces una afirmación y hay un colega en la mesa que toma esa afirmación y te la trata de explicar, es decir, los hombres presumen que los otros hombres que están sentados en la mesa saben de lo que estamos hablando. ¡Pero a ti te deben explicar! O me pasó con testigos en interrogatorios, uno formula una pregunta sobre temas de organización empresarial, de gobierno corporativo y ellos te miran y te dicen: ‘Ahh, usted ha estudiado’. Ahí hay cuestiones que todavía son muy notorias.
“Cuando uno les cuenta a los hombres que estas situaciones también pueden sufrirlas, ellos recién visualizan”, Bárbara Ojeda.
¿Ayudan las cuotas? En política se está intentando resolver el tema de la representación, en parte, con la ley de cuotas que debutó en esta elección. ¿En las áreas de ustedes, son partidarias de este tipo de herramientas?
C.H.: Respecto de eso, ayer una noticia cortita y me pareció increíble. En España se decidió que no podía, en ningún congreso científico, haber una reunión en la cual no hubiera mujeres como expositoras, lo cual a mí me parece que es un paso en la dirección correcta. Es visibilizar el trabajo de las mujeres, reconocer la capacidad de ellas para generar en un ámbito analítico, teórico, conocimiento, ¿Por qué no? Esa es la pelea. Que nos reconozcan la capacidad de las mujeres de tener la misma variedad de talentos que tienen los hombres. No tenemos que ser todas iguales, pero sí que las mujeres que tienen la capacidad, el interés por ejemplo por trabajar en ciencia, que lo pueden hacer sin ningún prejuicio y sin condescendencia y sin desconfianza.
F.Z.: En lo personal, sí estoy de acuerdo con las cuotas y con cualquier mecanismo racional para superar este déficit. Que no es un déficit simplemente de mujeres, es un déficit de legitimación democrática. Nuestra asociación está promoviendo una campaña de más mujeres en la Corte Suprema. Porque hay cinco de 21. Entonces, cuando tú hablas de que debe haber más mujeres en la Suprema, inmediatamente sale alguien y te dice: ¿Pero cómo? ¿Y los méritos? Porque cuando se trata de poner más mujeres en posiciones fuertes, o muy validadas dentro del sistema, ahí todo el mundo se acuerda de los méritos. ¿O no? Antes de eso, cuando se trata de la participación netamente masculina o mayoritariamente masculina, se dan por hecho. Como dice la fiscal, entonces, la pregunta que inmediatamente yo me hago, cuando me hacen a su vez esa advertencia, tan alarmante es ¿acaso tú puedes asegurar que nuestro sistema de ascenso es meritocrático? Generalmente, los sistemas de designación en cargos importantes no pasan el test de la meritocracia, por lo menos en el Poder Judicial no lo pasa. Y eso es parte de nuestras luchas gremialistas, desde hace mucho tiempo. No está asociado exclusivamente al tema de las mujeres. Esa es una pelea que ha dado la Asociación Nacional de Magistrados durante años y a la opacidad del sistema general que perjudica a hombres y mujeres, a la existencia del besamanos, por ejemplo, que perjudica a hombres y mujeres, tú tienes que sumarle una serie de trabas específicas, normativas y culturales, que afectan doblemente a las mujeres. Soy absolutamente convencida de que cualquier sistema que se pudiera generar para facilitar el acceso a las mujeres para las altas posiciones, en este caso la Corte Suprema, no iría en absoluto a contrapelo con los méritos Nosotras no estamos preocupadas de que se nos ponga sobre la mesa el mérito, de hecho, nosotras queremos poner sobre la mesa el tema del mérito.
En una institución tan jerarquizada como el Poder Judicial se dan más situaciones de acoso, se está trabajando en un protocolo…
F.Z.: Así es, y lo hizo la propia Corte Suprema en su secretaría de género. Todo un diagnóstico acerca de cuál es la posición de la mujer al interior del Poder Judicial y situaciones, en general, de discriminación de género. Muy interesante el trabajo. Y claro, uno de los aspectos en que se manifiesta es probablemente estas situaciones de acoso, estas “pequeñas humillaciones” como alguien dijo. Imagina que en el Poder Judicial más del 90% de las personas encuestadas, hombres y mujeres, han dicho que o vivieron o saben de una situación de acoso de una persona muy directamente relacionada con él. Esa es una manifestación evidentemente de la cultura machista al interior del sistema, que no es ninguna novedad, y la otra manifestación es justamente el no visibilizar el que hay algo raro… Que durante 200 años no haya habido una presidenta de la Corte Suprema, ¿cómo a alguien no le va a llamar la atención? ¿Me estás queriendo decir que durante 200 años no ha habido una mujer con los méritos para llegar a esa posición? No lo creo y algo pasa.
Se ha demorado la elaboración de ese protocolo por casos de acoso, ¿Qué cree que pasa? ¿Hay resistencia?
F.Z.: Por supuesto que hay resistencia. Porque los varones que tienen los privilegios no se dan cuenta que son privilegios, creen que son algo natural, porque ellos son lindos, hermosos, inteligentes y capaces. Y desde luego, que por todas estas virtudes se las ganaron. Ellos están convencidos de que ellos están ahí exclusivamente por mérito. Mire qué simpático.
B.O.: Yo creo que lo importante en esto y lo rescatable es el tema de la capacitación y prevención. Prevenir en situaciones de acoso es fundamental. En el Ejército nos hemos puesto como misión ser agentes replicadores en todo. Cuando uno les cuenta a los hombres de que estas situaciones también pueden sufrirlas ellos, recién visualizan, se ponen en la situación del otro. Hay un comercial que nosotros vimos de la minería, donde decían, claro, una mujer que había sido acosada le contaba a un hombre, y el hombre decía no es tanto, entonces, ella le responde, no es tanto porque no es tu hija. ¿Qué pasa si fuera tu hija? Y el hombre se quedaría así, helado. Porque ahí recién toman conciencia de eso. Y eso es importante. Prevenir, educar, visualizar.
“Estoy de acuerdo con las cuotas para superar el déficit. Que no es un déficit de mujeres, es de legitimación democrática”, Francisca Zapata.
¿Y el tema de la maternidad, se posterga en sus ámbitos?
C.H.: Para mí eso es una forma de discriminación en contra de las mujeres. Porque para tener hijos y compatibilizarlo con tu carrera, yo tengo cuatro, requiere unos niveles altos de energía. Los hombres no necesitan esos niveles extraordinarios de energía para hacer una carrera exitosa.
X. Ch.: Por eso, la corresponsabilidad parental es tan relevante y también medidas legislativas. O sea, hoy todavía en materia laboral, que la salacuna sea de cargo del empleador de las mujeres es una complicación. Eso debe cambiar.
“La pelea es que nos reconozcan a las mujeres la capacidad de tener la misma variedad de talentos de los hombres”, Cecilia Hidalgo.
A propósito de esta explosión feminista, hay críticas muy duras provenientes de las propias mujeres a este tipo de manifestaciones… ¿Qué piensan de eso?
C.H.: Yo creo que es miedo a la libertad. Viene de un grupo de mujeres que culturalmente se ha adaptado al sistema, encuentran que es lo natural y, por lo tanto, estas manifestaciones subversivas entre comillas le desordenan todo el esquema, y eso yo creo que es algo muy poderoso, de lo que están haciendo las mujeres jóvenes hoy día, con estas protestas: la libertad. En nuestra sociedad, sobre todo, y eso contrasta con otros países, es tan importante cómo te vistes, cómo se supone que tienes que andar, y eso de desnudarse en público es una subversión total contra esos estándares y esos códigos tan rígidos que tenemos en nuestro país. Y esas son las cosas que yo valoro de esto, decir ‘las mujeres podemos hacer lo que queremos hacer, no tenemos por qué estar en estos moldes rígidos’.
X.Ch: Detrás de muchas de esas afirmaciones, de muchas de nuestras compañeras mujeres, que critican la forma y el fondo de lo que denomina la prensa la “ola feminista”, hay muchas afirmaciones del tipo ‘mírenme a mí, que yo he podido llegar a estar donde estoy y nunca me he sentido discriminada, y he llegado a estar donde estoy por mis propios méritos’. Volvemos al tema del mérito. Y uno se da cuenta de que cualquier análisis que se pretenda hacer desde la mirada egocéntrica, cualquier análisis que tú pretendas hacer mirándote al ombligo, es un análisis que por su naturaleza va a ser un análisis estrecho. Y, probablemente, un análisis equivocado. Porque el machismo, la cultura machista va a caer al momento en que los hombres se hagan cargo de darse cuenta que han vivido en una sociedad de privilegios. Y, por lo tanto, si yo pretendo hacer un análisis también desde mi postura de privilegios, no voy a terminar con esas inequidades que son aquellas que están reclamando las chiquillas hoy día. Yo siento que este tema de liberar la pechuga y salir ahí pechuga al aire protestando también tiene que ver con un derribamiento cultural. Si finalmente las pechugas están hechas para amamantar. Ese es el rol. Y la erotización que se ha hecho de esta parte del cuerpo femenino tiene que ver con una cuestión cultural. Y, por lo tanto, lo que ellas están diciendo es ¡abajo el tema cultural! Abajo con un enclaustramiento a las mujeres, y eso demuestra que detrás de este movimiento existe una profunda convicción. Y yo personalmente les tengo a las chiquillas una admiración enorme. Y yo creo que todas nosotras debemos estar agradecidas de lo que ellas han puesto sobre la mesa. VER: http://www.latercera.com/reportajes/noticia/la-ola-feminista-cuatro-voces/171463/
Luna Follegatti: Por un feminismo sin silencio
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Tania González, Radio Universidad de Chile.- Con posterioridad a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la Doctora en Filosofía Política y Moral de la Universidad de Chile, Luna Follegati, instó a las protagonistas de este resurgir del movimiento feminista a no desconocer su historia. Un grupo de expositoras sacaron cuentas de los avances y desafíos, entre estos últimos se apuntaron la relación con otras organizaciones y la suma de la perspectiva de migrantes.
Luego de ocurrida en las calles del centro de Santiago la multitudinaria marcha del 8 de marzo que busca reivindicar las demandas de derechos de las mujeres, es momento de hacer balances y autocríticas.
En el marco de un foro organizado por Le Monde Diplomatique y titulado “Feminismo y movimientos sociales: hacia la construcción de las izquierdas”, un grupo de expositoras concordaron en que la movilización de hace unos días atrás fue distinta a otras.
A su juicio, se dio mayor visibilidad a las variadas aristas y/o áreas de la población desde donde se potencia el discurso contra las consecuencias del patriarcado y el capitalismo sobre la mujer.
De este modo, por ejemplo, se levantó la campaña por medios de comunicación no sexistas de parte del Colegio de Periodistas, se vio el rechazo de mujeres trabajadoras a la firma del TPP-11 y desde sectores rurales, de la educación, de la salud, pensionadas, migrantes, entre otros, se evidenció un interés por aunar fuerzas.
La Doctora en Filosofía Política y Moral e historiadora de la Universidad de Chile, Luna Follegati, instó a las protagonistas de este resurgir del movimiento, a no desconocer su historia e identificar qué tipo de actrices existieron, sus prácticas y qué modos de organización anteriores han resultado y cuáles no.
“Hubo un primer momento en que las feministas jóvenes que no tenían una vinculación histórica o una experiencia con la dictadura, miraban como si no hubiese nada para atrás” criticó la académica y añadió que después de un tiempo se dio cuenta que “había una falta de comunicación importante entre las que habían sido luchadoras en los 80´ y las que tenían menos de 30 años”. En otras palabras, existiría la necesidad de establecer un diálogo entre las distintas generaciones.
En la recapitulación de las denominadas “olas del feminismo”, Luna Follegati, sostuvo que cada cual revela con sus demandas la condición política contextual en la que se desarrolla.
Si en un momento fue la lucha por el voto femenino en las urnas, luego demandas por derechos sexuales y reproductivos y más actuales los esfuerzos por disminuir los índices de femicidios, hoy el contexto de globalización coloca los movimientos de las personas de un país a otro como materia de preocupación.
En esa línea, la vocera de la Coordinadora 8 de marzo perteneciente al Colectivo Sin Fronteras, Patricia Loredo, defendió el feminismo antiracista e identificó un fenómeno emergente de vulneración de derechos económicos y sociales a mujeres provenientes especialmente del Altiplano con familias empobrecidas que han ido adoptando el trabajo doméstico en nuestro país.
La dirigenta social apuntó como ejemplo el poco control que tienen éstas mujeres de su vida cotidiana con empleadores dominantes que manejan hasta sus comidas. En efecto, hizo un llamado al movimiento feminista a incluir y comprender la mirada de las migrantes que pueden priorizar otros problemas.
“Los temas más relevantes que han sido banderas de lucha de los movimientos feministas no son necesariamente los más relevantes para las mujeres que vienen como parte de las migraciones, porque hay una forma distinta de pensar las relaciones entre hombre y mujer y de socializar en términos de individualidad” señaló Patricia Loredo.
En tanto, la estudiante de la Universidad de Chile e integrante de Articulación Feminista, Irune Martínez, afirmó que en los desafíos de las agrupaciones feministas se apuntan la ampliación de sus lecturas y el entablar relaciones con otros movimientos sociales ya consolidados.
En la reciente movilización, “se fue capaz de convocar con un discurso que tenía perspectiva de totalidad, que instaba a hacer alianzas y hacía el llamado a la necesidad del feminismo no solamente por una cuestión ética sino que profundamente política” sostuvo la estudiante.
Aparejado de todos los desafíos anteriormente mencionados, se anota como principal el subvertir el silenciamiento de los movimientos feministas, es decir, el mantenerse vigentes indistinto del punto de vista de los gobiernos de turno que muchas veces, incluso con dos administraciones presididas por una mujer, el rol del Estado no ha pasado de ser asistencialista. VER: http://radio.uchile.cl/2018/03/31/luna-follegatti-por-un-feminismo-sin-silencio/
10 razones por las que NO DEBES sentirte culpable del acoso callejero
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, Observatorio contra el Acoso Callejero Chile.- 1. Tu ropa: cuando denunciamos acoso callejero solemos recibir un “pero mira cómo andabas vestida”, pero ¡hey! ¿Acaso deberíamos vestirnos diferente para evitar estas situaciones? ¡Obvio que no! La culpa no es nuestra, poco importa si vestimos peto y minifalda o abrigo y beatle, porque la ropa que escogemos NO da derecho a faltarnos el respeto.
En simple, cuando queramos su opinión, se las vamos a pedir.
2. La hora del día: las mujeres somos libres de caminar por la calle a CUALQUIER hora. Hasta donde sabemos, no existe el toque de queda femenino, por lo que no importa si son las ocho de la mañana, la hora de almuerzo o las tres de la madrugada, que nunca te vuelvan a decir: “es que no son horas de andar en la calle”.
3. Lo que has consumido: El haberte tomado un trago o tres o diez no es en ningún caso una invitación a recibir acoso ni ningún tipo de violencia machista.
4. Caminar sola o con una amiga: muchos se equivocan al pensar que cuando dos mujeres van caminando “andan solas”, porque se ha cultivado la idea de que sólo un hombre puede “acompañarlas y protegerlas”. ¡No, definitivamente no! Las mujeres también nos acompañamos entre nosotras o podemos sentirnos seguras estando solas. Ver a una chica sola o con sus amigas NO es una “oportunidad” para acosar a una persona.
5. El “romance”: muchas personas siguen confundiendo el acoso callejero con el interés de una persona por otra, o con “conquistar”. Que quede claro, los territorios se conquistan, pero las personas debemos construir relaciones basadas en el respeto y el consentimiento. Sin consentimiento no hay posibilidad de romance, es sólo acoso y violencia.
6. Señales equivocadas: ¿Te has cuestionado alguna vez el haberle sonreído mucho a un hombre, porque pudo haber pensado que lo estabas invitando a algo? Creemos que una sonrisa o un saludo son parte de una conducta amable, cordial y amistosa, en ningún caso son invitaciones a pasarse rollos y acosar.
7. Lucir como mujer: no sólo las mujeres son víctimas del acoso callejero, también lo son todos quienes no cumplen con el molde de masculinidad hegemónica. En nuestra web encontrarás testimonios de hombres que también se han visto afectados.
8. Tu fenotipo: Chile se vuelve cada día un país más diverso ¡y eso nos encanta! Lo que no puede seguir pasando es que nuestras migrantes sean erotizadas y transformadas en fetiche, vulnerándolas no sólo por ser mujeres, sino también por su apariencia “exótica”.
9. Tu orientación sexual: las lesbianas sufren acoso callejero por partida doble y al igual que las mujeres migrantes, algunos todavía las consideran un fetiche. Amiko, las chiquillas sólo quieren andar de la mano, no están ni ahí con hacerte show a ti.
10. La naturaleza del macho: ¿Cuántas veces hemos escuchado “es que los hombres son así”? No po, niña, nosotras no creemos que haya algo genético en los varones que les impida controlar sus pulsiones, porque tampoco los vemos defecando en la calle (eso es vital y, sin embargo, se aguantan). El machismo es cultural y tal como se aprende se puede desaprender.
Dos razones que SI tienen la culpa del acoso
1. El acosador: aquí no nos vamos a extender.
2. La sociedad que no sólo ampara a los acosadores, sino que, además, le quita gravedad a sus acciones y fomenta, a través de miles de expresiones culturales, su violencia. El machismo se combate en familia, en la escuela, en el trabajo, en los carretes con amigos, en los voluntariados, en la tele, en la música y es tarea de todos y todas. VER: https://www.ocac.cl/10-razones-por-las-que-no-debes-sentirte-culpable-del-acoso-callejero/
Las mujeres, las más afectadas por el Cambio Climático
Buenos Aires, Argentina, miércoles 23 de mayo de 2018, Greenpeace.- La contaminación global, la quema de combustibles fósiles, la expansión de la industria agropecuaria y toda actividad humana que provoque cambio climático afecta directamente a las mujeres.
Entre el 60 y el 80% de los alimentos es producido por mujeres y la producción agrícola está directamente afectada por el cambio climático.
Como resultado del cambio climático global, las catástrofes naturales son cada vez más frecuentes y severas. Las consecuencias no son las mismas para todos y es la población con menos recursos, conformada en un 70% por mujeres, la más afectada.
Las mujeres que habitan en zonas rurales o áreas remotas son quienes se ven más perjudicadas, ya que dependen directamente de los recursos naturales para subsistir. En los países en desarrollo, entre el 60 y el 80% de los alimentos es producido por mujeres, siendo la producción agrícola el rubro que más se ve afectado por los efectos del cambio climático.
A estos hechos se suma de manera histórica que a las mujeres e incluso a las niñas se les ha impuesto a su cargo la responsabilidad por completa del hogar. El calentamiento global hace cada vez más difícil las labores domésticas, por ejemplo, se incrementan las distancias que tienen que recorrer para encontrar el recurso más necesario, el agua.
En Argentina, la tierra como propiedad es fundamentalmente masculina ya que a las mujeres se les hace más difícil acceder a créditos y esto limita su posibilidad de desarrollar su propia actividad económica y tomar decisiones respecto a un mejor uso de la tierra.
Por otro lado, el calentamiento global perjudica la salud de las mujeres. Las olas de calor sostenidas afectan a las embarazadas y producen un aumento de nacimientos prematuros con consecuencias en el futuro desarrollo de los bebés.
En este escenario, Greenpeace sostiene la urgencia de que se piensen y ejecuten políticas públicas para combatir el cambio climático con una perspectiva de género. VER: http://www.greenpeace.org/argentina/es/noticias/Las-mujeres-las-mas-afectadas-por-el-Cambio-Climatico/
Las mujeres, las más afectadas y las que menos deciden en cambio climático
Madrid, España, miércoles 23 de mayo de 2018, por Patricia Espinosa y Caty Arévalo, EFE Verde.- Los científicos coinciden en que las mujeres se sitúan, junto a niños y ancianos, entre los grupos de población más vulnerables al cambio climático, pero, sin embargo, en la mayoría de países están infrarrepresentadas en la toma de decisiones para combatir este fenómeno, como ocurre en España.
El Gobierno elabora desde hace un año una Ley de Cambio climático y Transición Energética que marcará las pautas a seguir por los principales sectores económicos para que España sea un país libre de emisiones en 30 años, así como para adaptarse a los impactos irremediables del calentamiento, como la menor disponibilidad de agua o mayor frecuencia e intensidad de climas extremos.
Infrarrepresentadas
Como paso previo a la redacción de la ley, el Ejecutivo celebró unas jornadas de dos días el pasado mayo para recabar la visión de los sectores implicados.
En la lista de 75 invitados solo había 13 mujeres (poco más del 17%), y en 3 de las 5 mesas temáticas organizadas en torno a la ley (dirigidas por 5 ó 6 ponentes cada una) no hubo ni una sola mujer ponente, y en las que sí estuvieron fue en una proporción de 1 frente a 4 ó 5 hombres.
Dos meses después, el Ejecutivo nombró, a proposición de los grupos parlamentarios, una comisión de expertos independientes para asesorar la ley que está compuesta de 14 hombres y ninguna mujer.
“La ausencia de mujeres en estos foros de debate y toma de decisión supone directamente que su visión no aparezca en una normativa tan transcendental”, señala a Efe Cristina Monge, profesora de Sociología y portavoz de la Fundación Ecología y desarrollo (ECODES).
Monge asegura que esta infrarrepresentación tiene mucho que ver con el hecho de que “las cúpulas son mayoritariamente masculinas tanto en el sector académico como en las empresas que dominan los mercados estratégicos a los que afectará esa ley (energía, agua, agricultura o transporte)”.
Un freno
Un estudio reciente de la Universidad de Exeter (Reino Unido) concluía que la falta de mujeres en los consejos de administración de las empresas energéticas suponía “un freno” para la adopción de medidas contundentes para combatir el cambio climático.
Los datos de los gigantes del sector en España coinciden con las cifras de ese estudio: en Endesa hay 2 mujeres entre los 12 miembros de su consejo de administración, en Gas Natural Fenosa hay 3 de 14 y en Iberdrola hay 5 de 17.
La citada investigación subrayaba que “a mayor presencia de mujeres en puestos de decisión en materia energética, más respuesta a las necesidades de los ciudadanos y a la lucha contra el cambio climático”; como también alerta el máximo órgano de la ciencia del clima (IPCC, por sus siglas en inglés).
Perspectiva relevante
Marta Rivera-Ferre, una de las científicas españolas en el IPCC, en cuyo último informe sólo hubo un 20 % de investigadoras, explica a Efe que en las áreas de estudio de este órgano en las que no hay mujeres “hay temas que directamente no se consideran, y uno de ellos es la perspectiva de género”.
Esta perspectiva es “relevante” en tanto que los impactos del cambio climático, como los desastres naturales, afectará más a los más pobres, y el 70 % de las personas que viven en la pobreza son mujeres.
Las mujeres producen casi el 90 % de los alimentos básicos, pero sólo son dueñas del 1 % de la tierra cultivable, y realizan la mayor parte de tareas relacionadas con el agua pero apenas deciden en las políticas en la materia.
Uno de los estudios sobre cambio climático y género de los que es autora Rivera-Ferre destaca que las mujeres no sólo son más vulnerables al cambio climático en los países en desarrollo, sino también en los europeos.
En una reciente resolución, el Parlamento Europeo aseguró que “la participación desigual de las europeas en los procesos de adopción de decisiones y en los mercados laborales les impide ser tenidas en cuenta en la planificación de políticas climáticas”.
Plan de Género
Uno de los organismos pioneros en promover que las mujeres estén al mismo nivel que los hombres en esta materia es la convención de cambio climático de la ONU (UNFCCC), que la pasada cumbre del clima de Bonn (COP23) aprobó un Plan de Género que persigue, entre otras cosas, la paridad en todos sus órganos.
En una entrevista telefónica, la secretaria general de esa convención, Patricia Espinosa, explica que desde 2014 vienen adoptando decisiones “para promover más participación de las mujeres en las negociaciones internacionales de cambio climático, con el objetivo de que las posiciones de los países en las mismas también contengan las prioridades de las mujeres”.
El propio Acuerdo de París, ratificado ya por 175 naciones, “obliga a los países a incorporar la perspectiva de género en sus políticas climáticas”, y la convención de la ONU “presta apoyo para que lo hagan”, subraya Espinosa.
La portavoz de cambio climático de Greenpeace España, Tatiana Nuño, subraya que la ley española debe incorporar esa perspectiva de género, entre otros motivos porque una norma que persigue instaurar un nuevo modelo de desarrollo, debe aprovecharse para abolir la desigualdad que sufre la mujer en el actual.
“Para evitar los peores impactos del cambio climático y el deterioro ambiental debemos construir sociedades justas, pacíficas, democráticas y que primen los cuidados, la cooperación y aquellos trabajos que generan bien común”, añade.
Fuentes de uno de los ministerios que preparan la ley, el de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, han indicado a Efe que “estudian” la posibilidad de incluir los “temas de género” en la misma. VER: https://www.efeverde.com/noticias/mujeres-cambio-climatico/
Piñera anuncia hoy miércoles agenda para promover equidad de género
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Paula Catena C., La Tercera.- En medio de “ola feminista”, Mandatario dará a conocer medidas que el gobierno impulsará en el Congreso y también de manera administrativa. Presidenta de la Comisión de Familia de la Cámara, Pamela Jiles, se restará de la actividad. “Prefiero recibir esos anuncios desde mi puesto en el Congreso”, dijo.
Así como la semana pasada el foco del gobierno estuvo puesto en las medidas económicas proinversión, esta semana será “de la mujer”, dicen en La Moneda.
El Presidente Sebastián Piñera, afirman en Palacio, se hará cargo de un tema que se ha tomado la agenda por estos días: “La ola feminista”, que busca la reivindicación de los derechos de las mujeres, apuntando a la equidad de género y evitar distintos tipos de abusos.
El jefe de Estado ha seguido con atención el movimiento junto a personeros de su círculo más cercano, quienes han estado elaborando el diseño comunicacional para esta semana, la que tendrá una serie de hitos que apuntan a responder las demandas de las mujeres.
Desde el sábado en la mañana el Ejecutivo comenzó a llamar por teléfono a parlamentarias del oficialismo y la oposición para invitarlas a La Moneda este miércoles 23 de mayo, a las 10.00, a una ceremonia donde el Presidente Piñera dará a conocer las medidas que impulsará mediante proyectos de ley en el Congreso y por vía administrativa.
Piñera ha estado en coordinación con la ministra de la Mujer, Isabel Plá, con quien ha estado afinando la batería de medidas que promoverá el Ejecutivo. De hecho, para ajustar los últimos detalles de algunos de los anuncios del miércoles, Piñera tiene previsto para mañana una reunión bilateral con ella.
Desde hace unas semanas el Mandatario empezó a reforzar su discurso en materia de equidad de género. Este sábado, de hecho, publicó en Twitter que “tienen razón las mujeres al luchar por una causa justa. Nuestro gobierno está totalmente comprometido en avanzar, con decisión y urgencia, hacia erradicar toda discriminación y abuso contra las mujeres, donde hombres y mujeres tengamos iguales derechos, deberes y dignidad”.
En Chile Vamos han señalado que la irrupción del movimiento feminista representa una “oportunidad” para el gobierno y que esa agenda no puede ser arrebatada por la izquierda.
Con todo, la apuesta, dicen en el Ejecutivo, es “subirse al tema con tino, no de forma burda ni oportunista”.
La semana pasada, en medio de la marcha que el movimiento feminista realizó en La Alameda, en La Moneda comentaban que han mirado con atención el fenómeno y que puede convertirse en una buena plataforma para dar a conocer las iniciativas del Ejecutivo en la materia. Sin embargo, reconocen que hay “complejidades”. Mencionan, por ejemplo, que se trata de un “movimiento transversal” con un gran número de interlocutores, lo que dificulta el diálogo.
Pese a eso, el Ejecutivo anunció la conformación de una mesa de trabajo para tratar las tomas feministas en más de 15 universidades.
La semana pasada, Plá señaló que el propósito de esta instancia será “abordar la existencia de protocolos y la actualización de ellos, si fuera necesario, asegurándonos de que haya reglas claras y conocidas por la comunidad universitaria frente a denuncias de acoso”.
Instructivo y medidas
Junto con el análisis de los protocolos al interior de los centros de estudio, Plá y el Servicio Civil trabajan en un instructivo -que anunció el lunes pasado la vocera de gobierno, Cecilia Pérez- que busca condiciones de igualdad de género en el sector público.
Según explicaron desde el Ejecutivo, el instructivo -que ya está en poder del Presidente Piñera y que sería anunciado el miércoles- se trabajó sobre la base del que elaboró, en enero de 2015, la expresidenta Michelle Bachelet, el que se titula “Buenas prácticas laborales en desarrollo de personas en el Estado” y en donde se recalca que no deben haber discriminaciones entre hombres y mujeres en el sector público.
De igual manera, dentro de las iniciativas que el gobierno busca promover y que ya se encuentran en tramitación en el Congreso, figura la modificación al régimen de sociedad conyugal para permitir a la mujer administrar la sociedad y/o sus bienes propios. También el proyecto ingresado por el gobierno de Piñera en 2013 de violencia intrafamiliar “en las relaciones íntimas de pareja sin convivencia”.
Además, se ingresará un nuevo proyecto de ley para garantizar un acceso universal a salas cuna a todas las madres trabajadoras.
Dentro del programa de gobierno, además, se estipula “mantener el índice de paridad de género e incentivar a las empresas aún no incorporadas” a “desarrollar un plan global de incentivo a la participación femenina en la alta dirección” y “aumentar las penas del delito de maltrato habitual y de lesiones”, entre otras medidas.
Con todo, en La Moneda precisan que las medidas definitivas que se anunciarán el miércoles no están zanjadas y que será el Mandatario quien resuelva.
Jiles se resta de actividad
La diputada del Partido Humanista y presidenta de la Comisión de Familia de la Cámara, Pamela Jiles, anticipó a La Tercera que, pese a haber sido invitada, se restará de la ceremonia convocada por el gobierno para el miércoles. “Prefiero recibir esos anuncios desde mi puesto en el Congreso”, dijo.
Jiles también informó haber “puesto en tabla el proyecto que consagra el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, cuestión que acordamos hace una semana con la presidenta de la Cámara, Maya Fernández”.
La diputada del Frente Amplio además añadió que le pedirá una audiencia a la ministra Plá para solicitar que el gobierno le asigne suma urgencia a dicha iniciativa, que tuvo su origen en un mensaje de Michelle Bachelet en 2016. VER: http://www.latercera.com/politica/noticia/pinera-anuncia-este-miercoles-agenda-promover-equidad-genero/173171/
Ante la Revolución Feminista el Gobierno ha sido sumamente simplista y cree que la situación se responde proponiendo protocolos, cuando las peticiones son mayores
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por Nicolás Massai D., Radio Universidad de Chile.- Agenda feminista de Piñera: las dudas del activismo. Desde el Ejecutivo se han generado diversos antecedentes que generan sospechas en las dirigentas que participan de esta movilización nacional. Uno de ellos es el cambio de protocolo en la ley de aborto tres causales, una jugada del ministro de Salud que fue criticada precisamente desde este mismo mundo.
El gobierno se apronta para entrar en una semana decisiva para salir al paso de la contingencia feminista, que se extiende a lo largo de Chile tomándose sedes universitarias y reclamando una educación no sexista, entre otras demandas. Así lo relató un artículo de La Tercera este lunes: en La Moneda están diseñando estrategias y un paquete de medidas que serían anunciadas este miércoles 23 de mayo por el presidente Sebastián Piñera.
La movida se debe en parte a lo que advirtieron durante esta semana los partidos de Chile Vamos: que esta movilización nacional no debe ser entregada a la oposición, en particular a la izquierda, donde tampoco ha faltado oportunismo en cuanto a desplegar declaraciones grandilocuentes que se identifiquen rápidamente con el feminismo –Miguel Crispi, diputado de Revolución Democrática, afirmó en entrevista con Radio Zero que ésta hoy en día es “la causa más importante de la izquierda”–.
En cuanto a las ideas del gobierno, entre otras, se dice que estaría listo un proyecto que funcione en el sector público y que aplique un parámetro de no discriminación entre hombres y mujeres. Pero hay antecedentes que reman en sentido contrario a la igualdad: aquellos son los que siembran la desconfianza en el activismo.
“Nadie nos ha pedido nuestra opinión”
Desde el movimiento feminista la lectura es clara: el Ejecutivo está enfrentando la contingencia. Francisca Ochoa, secretaria de comunicaciones de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), indicó que hay que “ver para creer, porque se ha demostrado que hay muchas personas que no están sintonizando con las demandas”.
Además, agregó que las medidas que anunciaría el presidente son de carácter “punitivo, y si bien son necesarias, hoy no resuelven el conflicto de fondo. Este se resuelve con educación sexual y no sexista. De eso no se habla, de hecho, a nosotras nadie nos ha preguntado, no han tenido la voluntad de pedirnos la opinión. Lo que el gobierno está haciendo hoy nos deja mucho en la desconfianza”.
Sin dudas, las palabras del ministro de Educación, Gerardo Varela, respecto de que ciertos episodios de acoso y discriminación hacia las mujeres son “pequeñas humillaciones”, no ayudan en nada a la hora de alinear la estrategia comunicacional.
Para Valentina Gatica, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Austral (FEUACh), lo de Sebastián Piñera representa una maniobra ante la “falta de respuesta que han tenido frente a las demandas”. A su modo de ver, desde el Ejecutivo “han sido sumamente simplistas, y creen que la situación se responde proponiendo protocolos, cuando las peticiones son mayores”.
“Yo creo que lo que ha planteado el gobierno ha sido nada más para responder al silencio con el que habían estado presentes en estas movilizaciones. Han sido silenciosos con las demandas que hemos tenido hoy en día, y si quieren apoyarse realmente en la lucha feminista podrían haber partido incluso cuando se estaba dando la discusión del aborto. Caer en este tema por lo mediático es una falta de respeto, porque no ha habido diálogo ni con el movimiento estudiantil ni con las compañeras movilizadas”, dijo.
Precisamente, el protocolo de interrupción del embarazo por tres causales del ministro de Salud, Emilio Santelices, es otro de los antecedentes que establecen un rumbo diferente al del feminismo por parte del oficialismo. Ese texto fue considerado como un artilugio en favor de las clínicas privadas que le quitó fortaleza a la legislación.
Por su parte, Amanda Opazo, vocera de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (Cones), explicó que la educación no sexista es una exigencia que está “hace tiempo, durante los cuatro años del gobierno anterior”. En ese sentido, manifestó que dentro del Ministerio de Educación (Mineduc) hay contradicciones en cuanto a sus funcionarios.
“Donde incluso dentro del Mineduc tenemos a Tomás Henríquez, al seremi del Biobío (Fernando Peña) que nos dice que las mujeres somos más tontas y que tenemos otro nivel de aprendizaje que los hombres, tenemos al yerno de José Antonio Kast (Exequiel Rauld Saade), principal precursor del discurso de odio hacia las mujeres y la diversidad sexual, entonces claramente es una contradicción tremenda que ahora se quieran preocupar y no quieran dejarle esta agenda a la oposición, cuando en verdad no quieren conversar con los movimientos sociales”, señaló.
Desde ya, la Confederación de Estudiantes de Chile convocó a una marcha nacional para el 1 de junio, el mismo día en que Sebastián Piñera entregará una cuenta pública en el Congreso Nacional. VER: http://radio.uchile.cl/2018/05/21/agenda-feminista-de-pinera-las-dudas-del-activismo/
El viejo patriarcado se disfraza de buen feminista
Santiago, Chile, miércoles 23 de mayo de 2018, por María Isabel Peña Aguado, El Mostrador.- No cabe duda de que se ha convertido en algo de “buen tono” el declararse feminista. En los últimos años prácticamente nadie se atreve a cuestionar que las exigencias de las mujeres deben de ser atendidas y satisfechas. Así, quienes llevamos años trabajando por el feminismo y en temas de teoría feminista no podemos sino sorprendernos de la cantidad de gente, incluidas personas “públicas” e intelectuales, que se apuntan cada día a la causa de las mujeres. Confieso que dicha sorpresa va acompañada –al menos en mi caso– de una buena dosis de escepticismo. Pues para muchas de ellas (sobre todo para muchos de ellos) el hecho de adherirse a la causa del feminismo conlleva inmediatamente el derecho a emitir juicios sobre el feminismo y el movimiento feminista como tal.
Así me ha pasado leyendo las declaraciones del escritor y premio Nobel Mario Vargas Llosa, quien hace unos días en Chile advertía de la existencia de un feminismo “autoritario” que sería necesario “combatir”. El juicio que se permite emitir Vargas Llosa –comprendo que para quien ha recibido el Nobel es difícil sustraerse a la tentación de emitir juicios– podría llevarnos a pensar que conoce el movimiento feminista y la teoría feminista de primera mano y que tiene los suficientes elementos de juicio como para dividir el feminismo en uno “bueno” y otro “malo”.
Personalmente, me inclino a pensar que de feminismo el señor Vargas Llosa saber, lo que se dice saber, sabe poquito; es más, me atrevería a decir que hay por su parte una voluntad no solo de ignorarlo, sino de vapulearlo. Al menos eso es lo que demuestra el artículo que publicó recientemente en el diario español El País titulado “Nuevas inquisiciones” (18.03) en el que se permite afirmar que “el feminismo es hoy el más resuelto enemigo de la literatura”. El motivo para esta sentencia tan destemplada, lo encontró Vargas Llosa en otro artículo publicado en el mismo diario unas semanas antes y cuya autora, Laura Freixas, se preguntaba qué hacer con una novela como Lolita de Nobokov (21.02). Con esa pregunta la escritora Freixas no estaba conjurando ninguna hoguera ni ninguna quema de libros, muy al contrario. Freixas responde a su interrogante afirmando con un rotundo “sí” que hay que leer Lolita “porque es una gran novela”, explica. Pero afirma igualmente que debe de ser “analizada” y “criticada”. Análisis que nos ayuda a “entender cómo el patriarcado manipula en su beneficio, y para nuestra desgracia, la cultura. Buscarle alternativas: leer y dar a leer otros textos, en vez de reproducir ad nauseam la visión patriarcal del mundo”.
Su descripción de lo que es la literatura muestra además una mirada que no es sino el reflejo cegador de un fuego inquisitorial que no procede precisamente del feminismo radical sino de un patriarcado que, aunque se presenta como conciliador, no consigue esconder sus orejas y dientes de lobo. La diferencia es que ahora Caperucita no anda sola por el bosque, sino con muchas de sus hermanas. Esa sí que es una diferencia radical, señor Vargas, la de que las mujeres ahora nos hemos cansado de vernos en las miradas de los hombres y nos apoyamos entre nosotras, incluso si hay que matar al ángel en casa con Virgina Woolf.
La reacción del señor Vargas Llosa, que claramente reduce el muy recomendable artículo de la señora Freixas a una mera declaración de guerra, es sin duda un buen ejemplo de lo que señala la escritora española cuando afirma que “quienes defienden la legitimidad de representar artísticamente el mal, nunca reparan en el detalle de que el mal en cuestión suele ser el de los poderosos (varones, occidentales, blancos, de clase media o alta) contra los subalternos (mujeres, colonizados, de otras razas o pobres).” Y es por eso que me permito citar en extenso las palabras de Freixas, justamente para mostrar que la reacción de Vargas Llosa, ese “rasgarse las vestiduras” por la causa de la literatura, forma parte de esa actitud y mirada patriarcal que con tanto acierto denuncia Freixas. A quien, por cierto, Vargas Llosa en sus declaraciones en Chile ni siquiera nombra, reduciéndola a ser una feminista radical, olvidando que se trata de una escritora igual que él; olvido muy significativo, por otra parte.
¿Quizás podría hacer Vargas Llosa un esfuerzo e imaginar –tal y como sugiere Freixas– cómo se lee una novela de este tipo cuando se ha vivido esa terrible experiencia de la violación o la imposición de un deseo en la propia carne? Como ayuda para este ejercicio de imaginar otras perspectivas, me permito humildemente recomendar la lectura de un texto clásico del feminismo, Sexual Politics de Kate Millet que ya en 1970 señalaba hasta qué punto el sexo es política, es decir, relaciones de poder absolutamente patriarcales. Para mostrar dicha tesis, Millet se dedicó a analizar algunas de esas “grandes” obras literarias de autores como D.H. Lawrence, Henry Miller y Norman Mailer. Los resultados del análisis de Millet no dejan duda de que la literatura –como otros aspectos de la cultura– ha contribuido a establecer, forjar y mantener una imagen de la mujer que no atiende precisamente a las mujeres reales, al contrario, las olvida y las silencia. En sus páginas se habla de mujeres cuyos cuerpos (y almas) están (y deben estar) a disposición del varón y del uso que dichos varones hacen de ese “derecho”.
Reducir el valor de la literatura a ser una “contracorriente que se enfrenta a lo establecido” es ponerle una gran dosis de romanticismo tanto al valor de la literatura como al quehacer literario. La literatura, al igual que la filosofía, la historia, las ciencias naturales y sociales han sido no solo cómplices de una representación de lo “femenino” y de la “Mujer”, sino que han servido de medio para producir, reproducir y apuntalar la mayoría de los prejuicios y esclavitudes con las que lidiamos las mujeres desde hace siglos.
Su descripción de lo que es la literatura muestra además una mirada que no es sino el reflejo cegador de un fuego inquisitorial que no procede precisamente del feminismo radical sino de un patriarcado que, aunque se presenta como conciliador, no consigue esconder sus orejas y dientes de lobo. La diferencia es que ahora Caperucita no anda sola por el bosque, sino con muchas de sus hermanas. Esa sí que es una diferencia radical, señor Vargas, la de que las mujeres ahora nos hemos cansado de vernos en las miradas de los hombres y nos apoyamos entre nosotras, incluso si hay que matar al ángel en casa con Virgina Woolf. VER: http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2018/05/21/el-viejo-patriarcado-se-disfraza-de-buen-feminista/
Cómo ser hombre en la Nueva Era del Feminismo
Madrid, España, miércoles 23 de mayo de 2018, por Rodrigo Terrasa, El Mundo.- La campaña #MeToo no sólo ha empoderado a las mujeres sino que ha obligado a replantear qué significa ser hombre hoy y qué papel deben jugar los varones en la lucha por la igualdad. Varios autores han aprovechado el momento para reflexionar sobre la necesidad de asumir la gran revolución pendiente del siglo XXI, la que debe definirla nueva masculinidad.
"En la cabeza de cada hombre hay un amo, una voz inconsciente que envía instrucciones a través de un interfono. Ese amo -escribe Grayson Perry- es el jefe del departamento que cada uno tiene asignado en el Ministerio de la Masculinidad. Y ese ministerio quiere mantener las reglas". Perry es un artista ceramista inglés, un icono cultural en su país conocido por su afición a vestirse de muñeca y por sus provocadoras reflexiones sobre la identidad masculina.
Se acaba de editar en España su libro La caída del hombre, un irreverente manifiesto de la masculinidad desde el feminismo que cuestiona aquellos imperativos que los psicólogos sociales Robert Brannon y Deborah David enunciaron en 1976 para definir el rol del hombre en la sociedad, algo así como los cuatro mandamientos del macho: estatus social, seguridad, agresividad y, sobre todo, no lo olvide, "nada de mariconadas". Ya saben, cuatro claves para ser "un hombre de verdad", cuatro condiciones bajo las cuales todo marchaba bien o, al menos, iba según lo previsto por aquel jefe que nos habla a los hombres a través del interfono.
A finales del año pasado, después de las primeras denuncias de acoso sexual en Hollywood contra el poderoso productor de cine Harvey Wenstein, la actriz Alyssa Milano tomó prestado un hashtag creado diez años atrás por la activista Tarana Burke, #MeToo (Yo También), para iniciar una campaña contra las agresiones a las mujeres que inundó las redes sociales.
Más de 200.000 personas compartieron su mensaje sólo en las primeras 24 horas. Vino después la campaña 'Time's up' (Se acabó), millones de mujeres en todo el mundo alzaron la voz y de repente sonaron todas las alarmas en los despachos del Ministerio de la Masculinidad.
¿Qué piensan los hombres de todo esto? ¿Cómo deben reaccionar? ¿Cuál es su papel? ¿Qué narices significa ser hombre en la nueva era del feminismo? "Ante lo que está ocurriendo lo primero que tenemos que hacer los hombres es ponernos delante del espejo, analizarnos y darnos cuenta de la situación privilegiada que tenemos por el simple hecho de ser hombres. Y justo después asumir la parte de responsabilidad que nos corresponde para transformar el statu quo", asegura Octavio Salazar, profesor de Derecho Constitucional y autor de El hombre que (no) deberíamos ser. "Ellas llevan siglos planteándose su lugar en la sociedad, nosotros nunca lo hemos hecho. La gran revolución pendiente del siglo XXI es la masculina", insiste Salazar.
"Y ese proceso sólo lo podemos hacer quitándonos todas esas capas de cebolla, las máscaras que la masculinidad nos ha ido imponiendo, todo lo que siempre ha implicado ser 'un hombre de verdad'". VER: http://www.elmundo.es/papel/historias/2018/03/03/5a9935db46163fd32a8b45eb.html
Si el machismo perdura es porque los hombres hemos sido cómplices, aunque no seamos acosadores ni violadores ni puteros, guardamos silencio cómplice
Madrid, España, miércoles 23 de mayo de 2018, por Octavio Salazar, El Mundo.- Nuria Coronado es periodista. En su libro Hombres por la igualdad ha entrevistado a 16 "aliados del feminismo". Todos varones. "La igualdad es un principio básico de la democracia y en la lucha por conseguirla es básica y fundamental la implicación del hombre desde los actos más cotidianos.
Hay hombres que ahora cogen el altavoz y son superfeministas. Genial, pero no se trata de que sean líderes otra vez, se trata de que tengan consciencia de la sociedad desigual en la que vivimos, de que sean aliados tanto en los actos más cotidianos como en los más evidentes, que nos apoyen sin ser protagonistas porque las protagonistas, por desgracia, somos nosotras".
Octavio Salazar recoge en su libro un "decálogo para la nueva subjetividad masculina". Habla de la necesidad de transformar las estructuras de poder, de que los hombres dejen de gozar de manera acrítica de sus privilegios, dejen de estar ausentes en lo privado y de creerse omnipotentes, que no huyan más de lo femenino, "que nos amariconemos un poco", reclama, "en el sentido más positivo del término", que seamos "militantes" contra la desigualdad.
"Si el machismo ha perdurado a lo largo de los siglos es porque los hombres hemos sido cómplices, en muchos casos con nuestro silencio. Aunque no seamos acosadores ni violadores ni puteros, hemos guardado silencio cómplice", denuncia. "Los hombres tenemos que dejar de dar lecciones a las mujeres y trabajar con nosotros, entre nosotros, porque estamos carentes de modelos.
Por ser 'hombres de verdad' hemos vivido muy cómodos, pero también hemos renunciado a un montón de cosas, a lo más privado, a las emociones. Si cada uno asume su responsabilidad daremos un paso histórico. Y si no lo hacemos, esto se quedará así otro par de siglos".
"Así" significa que el conjunto de salarios recibidos por mujeres suma un 23% menos que el de los hombres, que tres de cada cuatro directivos son varones, "así" es que las mujeres aún dedican el doble de horas a las tareas del hogar que los hombres, "así" es también que en 2017 medio centenar de mujeres fueron asesinadas en España por sus parejas o ex parejas, que ya son 12 este año, casi un millar desde el año 2003, cuando empezaron a recogerse estadísticas oficiales.
Y "así" es que, todavía hoy, uno de cada cuatro jóvenes considera "normal" la violencia en la pareja y más del 20% de los españoles de 15 a 29 años cree que la violencia machista es "un tema politizado que se exagera mucho". El año pasado se triplicó en España el número de menores detenidos por violencia machista. VER: http://www.elmundo.es/papel/historias/2018/03/03/5a9935db46163fd32a8b45eb.html
Un buen hombre ya no es aquél capaz de proveer, el pilar, el cabeza de familia, la decisión última…
Madrid, España, miércoles 23 de mayo de 2018, por Domingo Antonio Edjang Moreno, El Chojin, El Mundo.- Dicen los expertos que mientras las niñas son conscientes desde pequeñas de la complejidad de su género, los niños ignoran por completo qué significa ser hombres y crecen plácidamente acorralados en el modelo masculino de competitividad, agresividad y fuerza. "Quizá jamás entenderemos por qué un joven decide terminar con las vidas de otros, pero por lo menos podemos ver un patrón que no podría ser más evidente. Son los niños varones", escribía el cómico Michael Ian Black en The New York Times tras la última masacre en un instituto de Florida.
Gregorio Gómez es vicepresidente de la asociación Alma contra la violencia de género: "La única manera de solucionar el problema es la educación. Yo creía que el feminismo era lo contrario al machismo porque nadie nos explicó nunca lo que significaba. Mi madre los domingos le limpiaba los zapatos a mi abuelo y todas quitaban la mesa menos él, que era el jefe de la tribu. Era lo normal. La violencia de género me hizo ver la situación real.
El machismo es una lacra social que viene de la época de las cavernas y los hombres tenemos que ser partícipes del cambio porque si no, el cambio es imposible. Por puro egoísmo los hombres tenemos que entender que el feminismo nos beneficia, nos hace mejores personas y nos quita las cargas que el machismo nos mete en la mochila".
"El que crea que el machismo es un problema exclusivo de las mujeres es que no ha entendido nada", apunta Domingo Antonio Edjang Moreno. Más conocido como El Chojin, es uno de los raperos más conocidos de España. En 2005 lanzó la canción El final del cuento de hadas contra el maltrato a las mujeres y participa regularmente en foros y talleres de feminismo.- ¿Puede un hombre ser feminista?- Puede y debe serlo. Hasta que seamos no iguales, sino equivalentes, hasta que tengamos el mismo valor. Un buen hombre ya no es aquel capaz de proveer, el pilar, el cabeza de familia, la decisión última...
Un buen hombre es aquel capaz de acompañar a su pareja no de una manera preestablecida, sino de la manera que decidan entre los dos. No hay unas normas establecidas del feminismo, y eso lo complica todo, los roles cambian para abrirse en un abanico casi infinito de posibilidades. Pero tenemos la lógica de la igualdad, que no es un arma menor. - ¿Y cómo acertamos con el encaje?- Si tomamos como fin último la erradicación del machismo por completo, vamos a vivir frustrados una generación completa porque va a ser muy complicado acabar con esto del todo.
Los triunfos deben ir en pequeñas dosis y esperar a que se estabilicen las aguas para saber dónde tiene que estar cada uno. - ¿Le da miedo como personaje público ser señalado por alguna conducta machista?- Yo he oído discursos feministas con los que no estoy nada de acuerdo, auténticas salvajadas, pero a veces tienes que apretar los dientes y callarte porque apuestas por el final del camino. Lo ideal sería que hasta que lo consigamos no hubiera una caza de brujas pero si es el precio que hay que pagar, pues se paga y ya está. VER: http://www.elmundo.es/papel/historias/2018/03/03/5a9935db46163fd32a8b45eb.html
No es mojigatería, hay que generar una sensualidad equitativa y no de asalto; los hombres nos hemos considerado guerreros en el ámbito sexual
Madrid, España, miércoles 23 de mayo de 2018, por Ritxar Bacete, El Mundo.- Dijo Woody Allen tras estallar el caso Wenstein y antes de ser señalado él mismo con carácter retroactivo que temía "un ambiente de Salem donde cualquier hombre que guiñe el ojo a una mujer en la oficina tenga que llamar de repente a su abogado para defenderse".
Decía el otro día Gay Talese, casi con pavor, que la masculinidad ha sido completamente puesta patas arriba por el feminismo y la corrección política. Y dice también el psicólogo Jordan B. Peterson que "hay una crisis de la masculinidad porque se culpa a los hombres por el mero hecho de serlo".
"El feminismo no puede dar miedo, lo que da miedo de verdad es el machismo que nos está aniquilando", sentencia Nuria Coronado. "Somos feminazis, histéricas, exageradas... ¿Pobrecitos los hombres? ¡Pobrecitas las mujeres, que ni siquiera podemos salir tranquilamente a la calle! Este tipo de discursos sólo pretenden que todo siga igual para que nada cambie".
"Toda lucha por unos derechos se tiende a radicalizar, pero es normal. Y está bien que nos pellizque a veces. Si molesta, por algo será. Algo se ha puesto alerta y es clave para que haya una consciencia de género", asegura Salazar. "Cuando tomaron la Bastilla en 1789 seguro que los reyes absolutos también estaban muertos de miedo", bromea Ritxar Bacete, autor del libro Nuevos hombres buenos, un ensayo en el que radiografía una sociedad en la que el mero hecho de nacer con pene te construye una identidad sexista.
"También las mujeres han sido educadas en esa cultura machista, por lo que el proceso de emancipación ha de ser colectivo. Yo planteo el #WeToo (Nosotros También) porque pedirle a un hombre que ahora se calle o dé un paso atrás cuando jamás hemos alzado la voz contra este modelo de masculinidad tóxica es muy poco operativo". "Es normal que haya cierta sensación de desasosiego entre los hombres porque todo aquello en lo que hemos sido socializados desde niños se tambalea", insiste Bacete. "Si las mujeres mueven el tablero, nosotros nos movemos y nos tiemblan las piernas.
Pero el gran miedo no es a lo que digan las mujeres de nosotros sino a no tener claro cuál es el papel que nos toca jugar ahora". Hay quien denuncia que el nuevo feminismo nos conduce al puritanismo. Esto no tiene nada que ver con la mojigatería ni con la pérdida de la sensualidad. Se trata de generar una sensualidad equitativa y no de asalto. Los hombres nos hemos considerado guerreros en el ámbito sexual y hay que empezar a pensar como compañeros. La revolución de las mujeres ha venido a cambiar la masculinidad, que atraviesa una crisis muy profunda. El feminismo ha venido a liberarnos a nosotros también. VER: http://www.elmundo.es/papel/historias/2018/03/03/5a9935db46163fd32a8b45eb.html
El nuevo rol del hombre del siglo 21 en los tiempos de empoderamiento femenino: La Nueva Masculinidad
Lima, Perú, miércoles 23 de mayo de 2018, por Ana Romero, Gestión.- Las mujeres por nuestra cuenta, no podemos conseguir todos los profundos cambios sociales, económicos y políticos que requiere la construcción de un mundo más justo y equitativo. Para lograr ello, se necesita la participación activa de los hombres en la lucha feminista, ya sea dentro de la organización como miembros activos o como agentes de cambio externo que apoyen a la causa, con el único objetivo de un mundo mejor, más justo y en equidad de género.
“La igualdad de género también es problema de ustedes”, refiriéndose al público masculino, dijo la actriz y activista feminista Emma Watson, como Embajadora de Buena Voluntad de la ONU Mujeres en un evento especial de la campaña <HeforShe>,que en español significa “Elporella”, en la sede de las Naciones Unidad, New York, el 20 de septiembre del 2014.
En efecto, <HeForShe> es una campaña que nació en las Naciones Unidas con el fin de mover a todos los hombres y jóvenes como target principal para que se conviertan en los defensores de la equidad de género. La campaña busca trascender en el tiempo y más que una <campaña de momento>, exige el involucramiento de todos los hombres posibles para que la equidad de género realmente funcione y no sólo quede en teoría. Hay muchas cosas que faltan por hacer para que realmente se sienta la equidad de género, sin embargo, no podemos solas, ésta causa tiene que ser de todos, como sociedad.
El Primer paso para la equidad de género, es entender los conceptos apropiadamente y de la manera correcta, por esa razón es que creo fundamental explicar que significa cada concepto clave que involucra la equidad de género, empezando por el género.
¿A qué le llamamos Género?
Para Gerda Lerner: “Es la definición cultural del comportamiento asignado como apropiado para cada uno de los sexos en una sociedad determinada. El género es un conjunto de roles culturales. Es un disfraz, una máscara con la que hombres y mujeres bailan su desigual danza”.
Cuando hablamos de género, entonces hablamos de un concepto que engloba comportamientos, roles y funciones por el sexo, a través de procesos sociales, en su mayoría por ideologías o instituciones patriarcales.
¿A qué llamamos Patriarcado?
Es un orden culturalmente establecido, que le da poder, reconocimiento, privilegios y beneficios únicamente a los hombres, dejando de lado a la mujer, en una palabra, discriminándola. Por otro lado, el sistema patriarcal, no sólo afecta a las mujeres, sino también, aunque en menor medida e intensidad a los hombres, ya muchos de ellos, no se identifican con el modelo estereotipado y cerrado sobre las expectativas que recaen en su supuesta < masculinidad > de alfa macho, basado en los valores de poder, fuerza, valentía, atrevimiento, exigencia, competencia, rivalidad e imposición. Sin duda, un modelo en el que lo afectivo-emocional está devaluado y donde lo político-social sobredimensionado.
A continuación, mostramos la percepción del Patriarcado en torno a la Mujer.
Las Mujeres en el Patriarcado:
1- Carecen de autonomía económica: Para las mujeres se reservan los puestos de «bajo perfil» o de «perfil asistencial»
2- Tienen expectativas más bajas en el mundo laboral al entenderse que son ellas las que deben asumir el cuidado de hijos e hijas y del hogar.
3- Quedan fuera (o son minoría) de los altos cargos y de toma de decisiones , tanto en empresas privadas como en instituciones públicas.
4- Sufren violencia tanto dentro como fuera del espacio doméstico (violaciones, ablaciones, asesinatos, trata, acoso…).
5- Son moldeadas bajo un patrón cultural impregnado de valores tales como: sensibilidad, ternura, belleza, debilidad, pasividad… lo que les lleva a crear relaciones de dependencia y sumisión hacia el hombre.
El sistema patriarcal asegura la transmisión de este orden desigual de generación en generación a través de usos, costumbres, tradiciones, normas familiares, prejuicios y hábitos sociales que aprendemos a través de un sutil pero eficaz proceso de socialización. Esta situación hace que las mujeres se movilicen contra éste gran opresor que es el patriarcado, a través de una lucha por la equidad. En este contexto reivindicativo se reconoce el papel primordial y necesario del hombre como compañero de lucha, cuyo papel activo consiste en asumir y propagar un discurso que llegue al corazón de otros hombres.
Es en éste punto, es donde nos encontramos con nuevos hombres con otro tipo de pensamiento, lejos del <macho alfa> , descubrimos un hombre que simplemente ya no se siente identificado con el viejo patrón del “know how” antiguo, porque se ha dado cuenta que algo está cambiando y él no se quiere quedar atrás, porque sabe además que lo único constante es el cambio; éste tipo de mentalidad da como resultad a la necesidad de la construcción de nuevas masculinidades que buscan transformar y cambiar la sociedad a favor de hombres y mujeres en equidad.
La Nueva Era, la Nueva Masculinidad
Hace 50 años, la imagen colectiva de los hombres era bastante clara: Hombre trabajador, padre fuerte y disciplinado, poco involucrado en la familia. El modelo de masculinidad tradicional, impone a los hombres una forma estereotipada de ser y estar en el mundo, producto de un sistema y una sociedad sexista, que produce no solamente discriminación y opresión a las mujeres, sino también problemas de género en los hombres.
Es por eso, la importancia de la adaptación y adoptación de la nueva masculinidad para lograr realmente un cambio sostenible en el tiempo. Es así que el papel de los hombres en la lucha feminista ese vuelve vital y primordial, ya que sin su colaboración es del todo imposible alcanzar la meta de un mundo equitativo. El papel responsable que se espera de los hombres en este sentido es el de comprometerse de manera activa, rompiendo con el modelo tradicional masculino, construyendo nuevos valores y referentes de masculinidad positivos, tolerantes, respetuosos y equitativos.
Un claro ejemplo hacia la nueva visión o paradigma de lo que se espera de la nueva masculinidad es cuando una pareja planifica un embarazo, o la mujer descubre que está embarazada. Al nacer la o él bebe ¿qué actitud toma el padre? ¿Toma un papel privilegiado de dejar el cuidado de su hija o hijo a la madre? ¿Se excusa afirmando que es quien lleva el dinero a la casa, por lo que no puede desvelarse en el cuidado del bebé ya que debe descansar para poder trabajar al día siguiente? O toma un nuevo rol de masculinidad, buscando la equidad de derechos, apoyando a la mujer en el parto, ambientando el espacio que será de su hijo, se preocupa por su nombre, se preocupa por garantizarle su derecho a la identidad, se preocupa por su cuidado y se reparte equitativamente todas las tareas que trae consigo el acogimiento de un nuevo miembro de la familia, quitando su papel privilegiado que el rol de hombre le ha otorgado por el hecho de serlo, desapareciendo el poder que la cultura le ha consentido, más bien buscando la justicia para su familia.
En este sentido, las expectativas de los hombres como compañeros de lucha, como los nuevos hombres del siglo 21, son las siguientes:
1.- Rechacen todo tipo de violencia que sufren las mujeres
2.- Se posicionen públicamente contra la discriminación histórica que han ejercido los hombres sobre las mujeres.
3.- Apoyen las reivindicaciones de las mujeres a favor de sus derechos personales, laborales, sociales y políticos.
4.- Reconozcan al sistema patriarcal como un sistema opresor que discrimina a las mujeres y favorece únicamente a los hombres.
Ser un Hombre Feminista, no es para cualquiera, es sólo para Valientes
Una encuesta realizada por la empresa global de investigación Ipsos, publicada en 2014, encontró que el 48 por ciento de los hombres de 15 países desarrollados se identifican a sí mismos como “feministas” y el 58 por ciento de los hombres están de acuerdo con la igualdad de género e incluso la promueven en las redes sociales. Ser un hombre del siglo 21 y representar a la nueva masculinidad en carne y hueso no es fácil, especialmente por los prejuicios que se esconden detrás del concepto “feminismo”, término que se ha ido distorsionando en el tiempo, perjudicando un concepto clave para la equidad de género.
Según señala Luis Bonino: Los hombres Feministas “son acusados por otros hombres de promover la cultura del hombre “blando”, emprender cruzadas junto al feminismo contra la masculinidad, promover el culto a la emoción e impulsar el fracaso masculino”.
Es aquí donde me toca explicar lo que conlleva realmente el término o concepto “feminista”
¿Qué es el feminismo?
“Cuanto más he hablado sobre el feminismo, tanto más me he dado cuenta de que la lucha por los derechos de las mujeres se ha vuelto con demasiada frecuencia un sinónimo de odiar a los hombres. Si hay algo de lo que estoy segura es que esto no puede seguir así” Emma Watson.
De acuerdo a Castells se entiende por feminismo a aquellas personas y grupos, que reflexionen y actúen orientados a acabar con la subordinación, desigualdad, y opresión de las mujeres y lograr, por tanto, su emancipación y la construcción de una sociedad en que ya no tengan cabida las discriminaciones por razón de sexo y género.
Alda Facio va más allá, y define al feminismo como:
“Un movimiento social y político, ideológico y teórico, que parte de la toma de conciencia de las mujeres como colectivo humano subordinado, discriminado y oprimido por el colectivo de hombres en el patriarcado, para luchar por la liberación de nuestro sexo y nuestro género. El feminismo no se circunscribe a luchar por los derechos de las mujeres sino a cuestionar profundamente y desde una perspectiva nueva, todas las estructuras de poder, incluyendo, pero no reducidas a, las de género”.
Debemos de entender que el Feminismo no es lo contrario al machismo. El Feminismo no busca la superioridad de la mujer sobre el hombre. A continuación, la definición de machismo es:
1.- Machismo: Actitud o manera de pensar de quien sostiene que el hombre es por naturaleza superior a la mujer.
Y el de feminismo es:
2.- Feminismo: Doctrina y movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de unas capacidades y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres.
Y para dejarlo aún más claro, para un machista, el feminismo es algo que no debería de existir, pues para muchos las mujeres feministas son unas resentidas sociales, que odian a los hombres y las descalifican inclusive cuestionando su sexualidad, por ello es importante hablar de lo que se entiende por feminismo.
Masculinidad hegemónica o machismo
El machismo es una expresión derivada de la palabra macho, definido como aquella actitud o manera de pensar de quien sostiene que el varón es por naturaleza superior a la mujer. El machismo es una ideología que engloba el conjunto de actitudes, conductas, prácticas sociales y creencias destinadas a promover la negación de la mujer. Para referirse a tal negación del sujeto, existen distintas variantes que dependen del ámbito que se refiera, como, por ejemplo:
Familiares: Estructuras familiares patriarcales, es decir dominación masculina Sexuales: Promoción de la inferioridad de la sexualidad femenina como sujeto pasivo o negación del deseo femenino
Económicas: Infravaloración de la actividad laboral, trabajadoras de segunda fila
Legislativas: No representación de la mujer en las leyes y por tanto, no legitimación de su condición de ciudadanas, leyes que no promuevan la protección de la mujer ni sus necesidades.
Intelectuales: Inferioridad en inteligencia, en capacidad matemática, en capacidad objetiva, en lógica, en análisis y tratada como astucia, maldad, subjetiva, poco coeficiente intelectual.
Anatómicas: Poca importancia al parto, poco papel en la reproductividad biológica.
Lingüísticas: No representación de la mujer en el lenguaje.
Históricas: Ocultación de mujeres importantes dentro de la historia de la humanidad.
Culturales: Representación de la mujer en los medios de comunicación como un cuerpo haciendo de ella misma un objeto en vez de un ser humano.
Académicas: Poca importancia a estudios de género, no reconocimiento de la importancia del feminismo.
Es así que lo femenino se ha visto como algo inferior, débil, subordinado y por otro lado, la dureza, exigencia, fuerza, vigor, libertad, poder, valentía, sin necesidad de afecto, competitividad, agresividad, rivalidad e imposición han sido las características para definir a la masculinidad tradicional, la cual poco a poco ha cedido terreno frente a la exigibilidad de los derechos de la mujer.
¿Cuál es el origen de la palabra feminista?
La palabra nació en Francia en el siglo XIX. Durante mucho tiempo, se pensó que la palabra había sido inventada por el filósofo socialista Charles Fourier, sin embargo, esto fue un error ya que el término ya se usaba en el campo de la medicina, designado a un trastorno de desarrollo en los varones, que afectaba su “virilidad” y les hacía parecer femeninos. Asimismo, el primero en usar ese término para designar a las mujeres que luchaban por sus derechos fue en realidad el escritor francés Alexandre Dumas hijo, quien se burló del concepto en su libro “El Hombre –Mujer” en 1872, de ésta manera:
“Las feministas, perdón por el neologismo, dicen: todo lo malo viene del hecho de que no se quiere reconocer que la mujer es igual al varón, que hay que darle la misma educación y los mismos derechos que al varón” Alexandre Dumas.
Es a partir de ese neologismo, que la palabra se difundió como una manera despreciativa de designar a las mujeres que luchaban por sus derechos. Hasta que, en 1882, la sufragista francesa Hubertine Auclert, se apropió de la palabra en el contexto positivo en que se utiliza actualmente definido como la lucha para mejorar la situación de las mujeres.
¿Por qué feminismo y no igualitarismo o humanismo?
“¿Si se busca la igualdad por qué no se llama algo así como Igualitarismo?, La palabra Feminismo discrimina a los hombres, porque no los incluye, solo nombra a las Mujeres”.
Por comentarios como éste, es que me veo en la obligación de poder aclarar ciertos conceptos y/o términos clave para poder realmente entender qué es el feminismo y cuál es nuestro rol como mujeres para la transformación y el cambio de nuestra sociedad a nivel mundial.
Para entender el porqué del nombre y del movimiento, nos tenemos que remontar a la Revolución Francesa, en donde el pensamiento de la Ilustración proclamaba los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, y en 1789 se aprobó la Declaración de los Derechos del Ciudadano; sin embargo, estos principios hablaban sobre los derechos personales y colectivos de los hombres únicamente. Es por esa razón que las mujeres lucharon para conquistar sus derechos, comenzando por el sufragio femenino y los derechos laborales hasta llegar al derecho a la educación, los derechos reproductivos y el cuestionamiento de los roles género o la heteronormatividad. El Feminismo no se puede llamar igualitarismo porque no busca que todo sea igual,o que la mujer se adapte a las normas y reglas masculinas de la sociedad, sino que cada uno tenga sus propios derechos y libertades según sus características. El feminismo no se llama humanismo ni igualitarismo porque simplemente son conceptos diferentes:
1.- El humanismo es una rama de la filosofía y la ética que aboga por la igualdad, la tolerancia y la laicidad. El humanismo reconoce que los seres humanos no «necesitan» de la religión para desarrollar sistemas morales o establecer un comportamiento moral. Muchos humanistas eran también grandes misóginos y su concepción de la igualdad se limitaba a la igualdad entre los varones.
2.- El Igualitarismo es una forma de filosofía política que defiende que todos los seres humanos son iguales en esencia y por lo tanto tienen el mismo derecho a iguales recursos como los alimentos, la vivienda, el respeto, el estatus social. Puedes facilitar a todo el mundo los mismos elementos y perpetuar la desigualdad y/o la inequidad. El igualitarismo, aun siendo un concepto ético fundamental, no tiene generalmente en cuenta las desigualdades.
Para entender el porqué del nombre y del movimiento, la periodista Joanna Gutierrez nos remonta a la Revolución Francesa, en donde el pensamiento de la Ilustración proclamaba los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, y en 1789 se aprobó la Declaración de los Derechos del Ciudadano; sin embargo, estos principios hablaban sobre los derechos personales y colectivos de los hombres únicamente. Es por esa razón que las mujeres lucharon para conquistar sus derechos, comenzando por el sufragio femenino y los derechos laborales hasta llegar al derecho a la educación, los derechos reproductivos y el cuestionamiento de los roles género o la heteronormatividad.
El Feminismo no se puede llamar igualitarismo porque no busca que todo sea igual, o que la mujer se adapte a las normas y reglas masculinas de la sociedad, sino que cada uno tenga sus propios derechos y libertades según sus características. El feminismo no se llama humanismo ni igualitarismo porque simplemente son conceptos diferentes:
1.- El humanismo es una rama de la filosofía y la ética que aboga por la igualdad, la tolerancia y la laicidad. El humanismo reconoce que los seres humanos no «necesitan» de la religión para desarrollar sistemas morales o establecer un comportamiento moral. Muchos humanistas eran también grandes misóginos y su concepción de la igualdad se limitaba a la igualdad entre los varones.
2.- El Igualitarismo es una forma de filosofía política que defiende que todos los seres humanos son iguales en esencia y por lo tanto tienen el mismo derecho a iguales recursos como los alimentos, la vivienda, el respeto, el estatus social. Puedes facilitar a todo el mundo los mismos elementos y perpetuar la desigualdad y/o la inequidad. El igualitarismo, aun siendo un concepto ético fundamental, no tiene generalmente en cuenta las desigualdades a través de una perspectiva interseccional.
Empezaremos por desarrollar el concepto <Igualdad>:
1.- Igualdad: Principio que reconoce la equiparación de todos los ciudadanos en derechos y obligaciones.
Bien, como vemos, igualdad es equiparación, por lo tanto, el igualitarismo pediría la semejanza y equivalencia de derechos y obligaciones en todas las situaciones de la vida. El problema y la genialidad de género, es que no somos iguales. No tenemos ni las mismas características físicas biológicas, ni las mismas necesidades o incluso “las ganas” de ser igual que los hombres.
2.- Equidad: Cualidad que consiste en dar a cada uno lo que se merece en función de sus méritos o condiciones.
Entonces podemos decir que el feminismo busca la equidad, es decir, según las características de cada persona, que tenga sus derechos sin que esto sea el menoscabo de otra persona. Asimismo, el término “feminismo” no busca excluir, rechazando al hombre ni mucho menos. Simplemente, visibiliza a todas las mujeres que han venido luchando por la equidad de género desde hace mucho tiempo atrás. Hombres y Mujeres somos completamente diferentes y ¡que vivan las diferencias!, sin embargo, necesitamos la equidad de género como objetivo para poder tener igualdad en derechos.
Soy feminista y amo a los hombres
La idea que los hombres y las mujeres podían tener iguales derechos fue difícil de aceptar, y su aceptación no fue de la noche a la mañana, ni por arte de magia y mucho menos por la cesión o la voluntad de los hombres, sino más bien por la lucha de mujeres valientes para hacer desaparecer el patriarcado, consiguiendo disminuir la influencia de éste en algunas estructuras políticas, sociales y económicas, mujeres que rompieron esquemas y se aventuraron a exigir lo que les corresponde, y que ha sido tomado dictatorialmente por el hombre durante mucho tiempo.
Es por ello que a pesar de los falsos prejuicios en contra del término, yo soy y me reivindico como “feminista” con orgullo y a mucha honra, que lejos de ser una “guachafería”, es una manera de honrar también a todas aquellas mujeres que me precedieron, lucharon, se manifestaron, siendo reprimidas, encarceladas, tildadas de locas, machonas, amargadas que sufrieron y que también murieron para que las mujeres en general tengamos los mismos derechos que los hombres. Es gracias a todas esas mujeres que hoy en día soy una ciudadana que goza de casi los mismos derechos que los hombres, es por esa razón que debemos tener cuidado al referirnos al feminismo despectivamente, pues éste movimiento ha significado para su reconocimiento, mucha sangre, lágrimas, castigos, incluso muerte de mujeres que buscaron trasformar la sociedad en la que ahora vivimos.
El feminismo entonces, no es un movimiento exclusivo de mujeres pero sí creado por ellas para llegar a la equidad de derechos. Deja r de tenerle miedo a la palabra “feminismo” es un primer paso para conseguir una verdadera revolución social, económica y política en torno al empoderamiento femenino en nuestra sociedad. Una vez entendido y comprendido que el término <feminismo> no supone ninguna amenaza a la virilidad masculina, el segundo paso sería el de tomar acción y unirte a la lucha por una sociedad más justa.
El feminismo no es acerca de que los hombres pierdan
“El feminismo es, sin duda, acerca de que las mujeres ganen. Pero no se trata de que los hombres pierdan. La igualdad de género significa que las mujeres que amamos —nuestras esposas, hijas, hermanas y amigas— tendrán las mismas oportunidades que nosotros. Esto significa que nuestros gobiernos, las empresas, los sindicatos y las instituciones religiosas reflejen mejor nuestra sociedad. Y también significará que los hombres serán liberados de las definiciones estrechas de la virilidad que nos mantienen atrapados”, Michael Kaufman Autor de La guía del hombre hacia el feminismo.
Sobre la equidad de género, existe una claridad en el reconocimiento sobre los beneficios obtenidos por las mujeres, lo que no queda tan claro es cómo benefician éstos nuevos cambios a los hombres y su nuevo rol en la sociedad. Debido a ello, algunos hombres se sienten atacados pero sobretodo descolocados o desubicados y no es para menos, ya que todo para lo que fueron educados, está cambiando y aun así quieran adaptarse a los cambios, sienten que éstos son muy rápidos, causándoles presión por el entorno e inclusive sintiendo que perdieron privilegios, generando frustración, confusión e impotencia hacia su nuevo rol como hombre del siglo 21, lo que nos lleva a la siguiente pregunta:
¿Por qué un hombre debería preocuparse por la equidad de género?
Los especialistas coinciden en que la equidad beneficia a los hombres también, aumentando su bienestar y ayuda a crear un mayor equilibrio entre su vida laboral y familiar, mejorando las oportunidades de empleo para su familia en general, específicamente sus hijas. De acuerdo a Nikki Van Der Gaag, escritora y autora del libro Feminismo y los hombres, los hombres deben preocuparse por el feminismo “por el bien de las mujeres que aman y por su propio bien también”.
¿Cuál debería ser el papel de los hombres en la búsqueda de la igualdad de género?
Los hombres tienen que aprender a reconocer el liderazgo femenino, no como algo amenazador ni soberbio, sino como lo que es: un líder, de ésta manera, los hombres aprenderán a reconocer a las mujeres como pares y no como un objeto inferior o una potencial amenaza directa a su poder. No solo los hombres deben aprender a escuchar sobre el problema de la violencia contra las mujeres, sino que también deben asumir la responsabilidad de ayudar a lograr un cambio. Kaufman añade: “Debemos permanecer como aliados al lado de las mujeres”.
Una de las acciones clave para integrar e involucrar la participación de más hombres a la equidad de género, debe ser el de contar con más modelos líderes de diferentes sectores como voceros hombres feministas que expliquen el movimiento y la importancia de la participación del género masculino. En la actualidad, un hombre feminista mediático que cree y apoya a la equidad de género es Justin Trudeau, el Primer ministro de Canadá. El primer ministro canadiense, que desde su elección se ha destacado como un fuerte defensor de la equidad de género, viene participando junto con la ONU Mujeres en la sede de Naciones Unidas con mensajes alentadores no sólo a la equidad de género en general, si no que se refiere a él mismo como vocero feminista oficial de la causa, logrando de ésta manera, la mirada, el interés, el involucramiento y la participación de más hombres a la causa, sin que se sientan avergonzados o menos por ser feministas.
“Voy a seguir diciendo alto y claro que soy feminista hasta que me respondan encogiendo los hombros”, dijo Trudeau.
Finalmente, espero haber aclarado el panorama sobre los conceptos que circulan en torno a la equidad de género, ya que creo que conocer apropiadamente los términos es básico y clave para poder entendernos y estar alineados como sociedad, hombres y mujeres para lograr una comunidad más justa en el presente y para nuestra futura descendencia. Asimismo, comparto un fragmento del discurso de la reconocida, actriz y activista feminista Emma Watson, en donde hace una invitación formal a todos los hombres, con el fin de que nos ayuden a cambiar nuestro mundo en uno mucho mejor para todos.
Invitación formal
“En 1995, Hilary Clinton pronunció en Beijing un famoso discurso sobre los derechos de la mujer. Me entristece ver que muchas de las cosas que quería cambiar todavía son realidad. Lo que más me impresionó fue que sólo el 30 por ciento de su público eran hombres. ¿Cómo podemos cambiar el mundo si sólo la mitad de éste se siente invitado o bienvenido a participar en la conversación?
Hombres: aprovecho esta oportunidad para extenderles una invitación formal. La equidad de género también es su problema. He visto a hombres jóvenes que padecen una enfermedad mental y no se atreven a pedir ayuda por temor a parecer menos “machos”. De hecho, en el Reino Unido el suicidio es lo que más mata a los hombres de entre 20 y 49 años de edad, mucho más que los accidentes de tránsito, el cáncer o las enfermedades coronarias. He visto hombres que se han vuelto frágiles e inseguros por un sentido distorsionado de lo que es el éxito masculino. Los hombres tampoco gozan de los beneficios de la igualdad.
No es frecuente que hablemos de que los hombres están atrapados por los estereotipos de género, pero veo que lo están. Y cuando se liberen, la consecuencia natural será un cambio en la situación de las mujeres. Si los hombres no necesitaran ser agresivos para ser aceptados, las mujeres no se sentirían obligadas a ser sumisas. Si los hombres no tuvieran la necesidad de controlar, las mujeres no tendrían que ser controladas. Tanto los hombres como las mujeres deberían sentir que pueden ser sensibles. Tanto los hombres como las mujeres deberían sentirse libres de ser fuertes. … Ha llegado el momento de percibir el género como un espectro y no como dos conjuntos de ideales opuestos. Se trata de la libertad. Quiero que los hombres acepten esta responsabilidad, para que sus hijas, sus hermanas y sus madres puedan vivir libres de prejuicios, pero asimismo para que sus hijos tengan permiso de ser vulnerables y humanos ellos también, que recuperen esas partes de sí mismos que abandonaron y alcancen una versión más auténtica y completa de su persona. Los invito a dar un paso adelante, a que se dejen ver, a que se expresen: a que sean “él” para “ella”. Y pregúntense: si no lo hago yo, ¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo?” Emma Watson
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Corporación Suyo Urbanistas: http://www.suyourbanistas.com/index.html#modal
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Bibliografía
- http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0258-64442007000100003
- http://www.unwomen.org/es/news/stories/2014/9/emma-watson-gender-equality-is-your-issue-too
- http://bastadesexismo.blogspot.pe/2014/08/el-origen-de-la-palabra-feminista_1.html
- http://www.cime2011.org/home/panel1/cime2011_P1_Abril_Romero.pdf
- http://www.europarl.europa.eu/atyourservice/es/displayFtu.html?ftuId=FTU_5.10.8.html
- http://elcomercio.pe/mundo/actualidad/primer-ministro-canada-enorgullece-feminista-213089
- http://www.tribunafeminista.org/2017/01/el-papel-de-los-hombres-en-la-lucha-feminista/
- http://www.actitudfem.com/entorno/genero/por-que-feminismo-y-no-igualitarismo
- http://www.locarconio.com/2017/01/por-que-se-llama-feminismo-y-no-igualitarismo/
La nueva masculinidad nos hará libres
Madrid, España, miércoles 23 de 2018, por Mireia Mullor, Esquire.- El ensayo Nuevos hombres buenos de Ritxar Bacete te ofrece una guía para que dejes de tener escalofríos cuando escuchas la palabra feminismo. Déjate de excusas y empieza tu propia revolución.
El feminismo no sólo ha traído consigo empoderamiento y cambio (y una línea entera de ropa en las tiendas de Inditex), sino también una reacción a la masculinidad tradicional. Esa que entiende a la mujer como un objeto, que siente la constante necesidad de ocultar sus sentimientos y que es incapaz de salirse del camino marcado por su identidad de género. Esa que nos ha contado la milonga durante años de que los hombres no lloran, que los hombres no bailan o que los hombres no muestran cariño hacia los demás. Por suerte, esta concepción de lo masculino va quedando atrás, poco a poco, aunque seguimos arrastrando ese yugo del -aquí viene- patriarcado. Y no os engañéis: todos los sexos lo sufrimos.
“Todos estamos construidos de la materia contradictoria”
Que a nadie le salga un sarpullido en el brazo si afirmo que el feminismo no sólo hará libre a las mujeres, sino también a los hombres. Y no se puede avanzar sin un cambio necesario en lo que entendemos por ser un hombre, y tampoco nos moveremos mucho de nuestra situación si no comenzamos a ser un poco autocríticos. La machunidad -en diferentes grados- se identifica fácilmente: si cuando escuchas las consignas feministas y sientes que no es tu lucha, o la misma palabra feminismo te provoca un sudor frío en la espalda, algo tienes que cambiar. Si diste por supuesto que es tu mujer la que tiene que cuidar a los niños, dejar su trabajo o encargarse de las cosas del hogar, algo tienes que cambiar. Si pensaste por un momento que la vida posterior a la violación de una joven en los Sanfermines minimizaba el delito de los cinco hombres que la agredieron, algo tienes que cambiar. Si te parece inofensivo que en un campo de fútbol se haya coreado "Shakira es de todos" o "Rubén Castro lo hiciste bien", o incluso participaste en ello, definitivamente algo debes cambiar. Y sólo estoy apuntando cosas ‘menores’, cosas que podemos considerar normales en una sociedad heteropatriarcal. Desde luego, si alguna vez le has gritado algo obsceno a una mujer por la calle, háztelo mirar.
Todos estos comportamientos, adoptados con total normalidad y que ahora comienzan a ser puestos a juicio -mediático y social, al menos-, se analizan en el libro Nuevos hombres buenos: La masculinidad en la era del feminismo. Este ensayo escrito por Ritxar Bacete pretende analizar esa nueva definición de lo masculino que ha emergido desde las profundidades -y, algunas, desde dentro de un armario- para rebelarse contra cualquier limitación. El vitoriano nos anima a cambiar, y no es fácil. "Todos estamos construidos de la misma materia contradictoria", reconoce el autor, y tiene razón: hemos vivido en una realidad -una educación, un contexto- ineludible. Pero basta de excusas. Sí, somos lo que la sociedad ha construido, todos hemos sido educados bajo el sexismo de la publicidad, los clichés de la cultura popular y los roles de género binarios, pero hasta ahí. Refugiarse en el siempre ha sido así no sólo es de conformistas: es de cobardes.
La crisis del macho
Decía Simone de Beauvoir que "no se nace mujer: se llega a serlo". Lo mismo se puede aplicar a los hombres y su férrea masculinidad: no es más que una construcción social, un limitante del comportamiento y un generador de conflictos internos y externos. Vivimos en la crisis del macho tal y como lo conocíamos. "Hace tiempo que se rompió el tablero de juego y toca reconstruirlo", apunta Bacete en su ensayo, en el que también indica el primer paso para cambiar. Y es el de siempre: reconocer que tienes un problema. "No se trata de flagelarnos", escribe, "pero sí de conectar desde la humildad con distintos grados tanto de contradicciones como de responsabilidades". Amén a eso.
En lugar de esta reacción pacífica, los llamados angry white men nos han regalado otra algo más infantil: una pataleta constante contra la lucha feminista. Fijaos en muchas de las películas apadrinadas por Judd Apatow, desde El reportero: La leyenda de Ron Burgundy -más autoconsciente- o Lío embarazoso -más estúpida-, en las que se ha fabricado un arquetipo nuevo, el del hombre-niño, que se niega a madurar en una época en la que las mujeres han tomado la delantera en muchos aspectos. "Los miedos masculinos están directamente relacionados con el desasosiego que nos genera a muchos de nosotros ser conscientes de que vivir en igualdad conlleva, inexorablemente, perder nuestros privilegios (que son de todos)", cuenta el autor. Puede parecer contradictorio, pero en la lucha por los derechos de las mujeres -de todos- también se necesita la presencia de los hombres. No es una batalla que se pueda mirar desde las gradas. Y esto no es una competición, ni una guerra de sexos, como a muchos les encanta plantear. La única manera de construir una sociedad justa para todos es juntos. Porque no hablamos de hombres y mujeres (y viceversa): hablamos de personas.
Las mujeres son seres con autonomía, a pesar de lo que piensen genios como Harvey Weinstein o Donald J. Trump, y los hombres también. Y aunque es innegable que han tenido privilegios ancestrales, no subestimemos sus propias problemáticas. Por culpa de lo que venimos hablando, los machos deben ser fuertes, tener éxito con las mujeres y aficionados al alcohol para superar el rito social de la masculinidad. Deben ser los héroes de la historia, como les han enseñado en el cine, en los libros o en la televisión, añadiéndole ese estreñimiento emocional insoportable (para ellos mismos, claro) que desemboca en frustraciones nunca materializadas pero siempre responsables de su comportamiento.
En las sesiones de trabajo en grupo que Bacete ha realizado con miles de hombres, les preguntó qué cambiarían de sus vidas si pudieran ser más libres. La respuesta no debería sorprendernos. "La mayoría de los hombres manifiesta que, probablemente, si fuera más libre lloraría más, abrazaría más, llamaría más a sus amigos o pediría ayuda más a menudo", revela. ¿En qué puñetas hemos estado convirtiendo a los hombres?
En un artículo publicado en julio de 1914 en The Masses, diario neoyorquino, el periodista Floyd Dell habló de esta nueva masculinidad que tanto necesitamos. ¡Hace más de 100 años! La primera frase que escribió debería resonar en nuestra contemporaneidad con la misma fuerza que los cánticos futbolísticos: "El feminismo hará posible por primera vez que los hombres sean libres". Un nuevo abanico de masculinidades también.
En una escalofriante página de este ensayo publicado por Ediciones Península, Bacete recopila algunas cifras sobre el maltrato a las mujeres. En España se presentan más de 140.000 denuncias cada año, de las cuáles sólo un 0,014% son falsas, para los amantes del argumento de "las mujeres son unas mentirosas que quieren destruir las vidas de los pobres hombres". Además, se estima que sólo se reporta un 20% del maltrato. Haced las cuentas de cuántos hombres están maltratando a sus parejas en estos mismos instantes. En este año, 44 de esos maltratadores han llegado a su objetivo final y las han asesinado.
“El sexismo limita nuestra capacidad de sentir, conectar yempatizar”
No es fácil hacer punto y aparte con todo esto sobre la mesa, pero Bacete -y una servidora- está convencido desde su "optimismo ilustrado" que todo empieza con los pequeños cambios en uno mismo. Para llegar al concepto clave de este cambio, pongamos un ejemplo muy gráfico: Tootsie (1982). En esta película dirigida por Sidney Pollack, un actor -de aquellos serios, del método- está harto de encontrar trabajo por ser demasiado bajo, demasiado alto, demasiado delgado o por su mal humor. Así que, para entrar en el elenco de una telenovela, se disfraza de mujer creyendo será coser y cantar.
Pero, ah, es cuando nos ponemos en la piel del otro cuando realmente nos damos cuenta de lo que supone estar en su posición. Para una actriz en los años 80 -y, tal y como hemos constatado en recientes noticias, también en nuestra actualidad- los abusos, los toqueteos y los comentarios sexistas son el pan de cada día. Y así la bautizada como Tootsie (un genial Dustin Hoffman) se rebela contra todas esas absurdidades que las mujeres tienen que soportar y se convierte en un verdadero icono feminista. Pero lo más importante es que el personaje de Hoffman -y el verdadero Hoffman también- descubrió que los hombres no son realmente conscientes del clima de incomodidad sexista que pueden llegar a provocar. Y eso les hace un poco más malvados. "[El sexismo] limita nuestra capacidad de sentir, conectar y empatizar, al mismo tiempo que se apoya en una valoración positiva de la agresividad (e incluso de la violencia) como forma masculina de regular los conflictos", escribe Bacete.
Así que, ¿cómo dejar atrás todo eso? Haciendo un simple ejercicio de empatía. Tan fácil como eso. "Eso nos aporta, fundamentalmente, la perspectiva de género y el feminismo: la capacidad de ver y entender el mundo en su complejidad y con amor, justicia y ternura”, prosigue el autor en su ensayo. Y la empatía pasa por dejar de atrincherarse en las manadas masculinas, donde los chistes y comentarios sexistas son la moneda de cambio. “Es un virus pegajoso, invisible y estructural", escribe Bacete sobre este fenómeno tan normalizado. Esos entornos puramente masculinos son el caldo de cultivo para la pervivencia de una masculinidad tóxica que no beneficia absolutamente a nadie.
En un reciente artículo publicado en The Guardian, la periodista Jessica Valenti se rebelaba contra la idea de que el hombre sea considerado un depredador por naturaleza. "Si empezamos a creer eso, que así son los hombres -que este comportamiento es algo esperable- estamos cediendo a algo crucial: la creencia de que las cosas pueden mejorar", escribía Valenti, y razón no le falta. ¿No decía Rousseau que el hombre es bueno por naturaleza? Creámoslo entonces. Y lo más importante: hombres, creedlo vosotros mismos. VER: https://www.esquire.com/es/actualidad/a13984966/la-nueva-masculinidad-nos-hara-libres/
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